Confesiones de un Alcohólico
Perdí todo por mis excesos con el alcohol
/Por Esteban Durán/
Ahora nos vamos hasta el norte de la República Mexicana, con Sandra, quien radica en el estado de Chihuahua, que a diferencia de otros entrevistados, su primer copa de alcohol fue hasta los 26 años de edad, esta es su historia.
Primer contacto con el alcohol y efectos
Como suele suceder en todas las historias, donde el alcohol está presente en las reuniones familiares, con Sandra sucedió lo mismo; nos dice que perdió el conocimiento cuando hizo contacto con las bebidas embriagantes.
“De alguna manera sentía como si fuera una bebedora social y llegó el momento en que tomaba más seguido, pero en cuanto pensaba que me empezaba a hacer daño o le hacía daño a alguien, me retiraba y luego otra vez, queriendo controlar la bebida, pero llegó un momento en que ya el alcohol me controlaba pues; algo me gano, pues quería poner un alto y no podía, así que llegué a pedir ayuda”.
Nos comenta que siempre tuvo un trastorno depresivo mayor y agrega que en ocasiones había acontecimientos que le hacían tener el enorme deseo de una copa.
Reacciones de sus padres al ver su forma de beber
Con la franqueza que caracteriza a las damas, Sandra nos dice que con sus padres no hubo problema: “más bien fue con la pérdida de mi pareja que se agudizó mi forma de beber, lo hacía más seguido, pues con esta pérdida empecé a entrar más en depresión; recuerdo que asistí a un grupo de Alcohólicos Anónimos y de Al Anon, porque yo pensaba que había sido también afectada por el alcoholismo de mi padre”.
Efectos y consecuencias en el trabajo
Sandra no es la excepción con las consecuencias de su alcoholismo en su trabajo y al igual de quienes padecen esta enfermedad, siempre la niegan: “pensaba que no tenía problema, que lo podía controlar, pero me di cuenta que en las mañanas iba y me preparaba un tequila y luego más tarde otro y ya no paraba en todo el día. Esto me afectaba demasiado, con el tiempo empecé a sentirme cansada, fatigada, lo único que quería era salir y tomarme una copa”.
Con gran pesar, Sandra nos platica que como resultado de sus excesos con el alcohol cayó en la infidelidad: “cuando despertaba al lado de otra persona sentía mucha culpa, mucha vergüenza, trataba de ocultarlo, pero al mismo tiempo se volvían situaciones recurrentes”.
Pero eso no acaba ahí, lamentablemente tuvo pérdidas económicas; dejó la responsabilidad a sus hijos, descuidó su trabajo, perdió por muchos años a su hija mayor y se vio involucrada en situaciones muy complicadas.
Pensó que por ser una profesionista con carrera, con automóvil y casa, pues no podía ser una alcohólica: “estaba equivocada, lo perdí todo, me quedé en la calle y empecé de cero otra vez”, reconoció finalmente.
Y a manera de reflexión expresó: “la bebida te hace perder todo, trabajaba un segundo turno, del cual se me iba hasta el 40 por ciento en comprar bebidas. Caí en una situación de suicidio dos veces, ahora sé que el alcoholismo es una enfermedad crónica, que no tiene cura y que solo el poder superior me ha ayudado”.
Su llegada al grupo de AA
De manera pausada, confesó que llegó a tener pensamientos suicidas, pues ya no quería seguir viviendo está difícil situación; cada día lo vivía sin importarle sus hijos, ni su madre, ni su padre ni nada.
Y fue en una ocasión, agrega, que una compañera llegó a su casa, después de platicar con ella es como se decidió a buscar ayuda, tanto para sus depresiones, así como para evitar la bebida.
Entonces le habló a un compañero que conoció en alcohólicos anónimos, recuerda que él la invitó al grupo, por lo que empezó a ir nuevamente; otro compañero le consiguió una madrina, con la que comenzó a platicar y tuve que declararse alcohólica.
¿Cómo le cambio la vida AA?
Con un semblante más tranquilo, Sandra nos comenta: “ahora deseo quedarme en el grupo y hacer servicio en beneficio de otros. Ahora sé que traía muchos resentimientos, mucho dolor desde mi infancia”.
Finalmente, señala que está más convencida de que el amor de Dios la salvó y que ahora valora todo, perdió muchos años de su vida y ahora está dispuesta a recorrer todos los pasos y evitar a toda costa, todas esas situaciones tan desagradables que vivió.
“Hoy tengo una familia muy bonita, logré recuperar la dignidad y respeto que perdí”, remató.
Alcohólicos Anónimos, Sección México, ofrece una Alternativa de Solución para quien sufre la enfermedad del alcoholismo. Servicios totalmente gratuitos. Teléfonos: 55 5705 5802 / 800 561 3368