Confesiones de un alcohólico
LA DEPRESIÓN ME HIZO ALCOHÓLICA
/Por Esteban Durán Acosta/
Primer contacto con el alcohol y efectos
En esta ocasión, le tocó a una dama ser entrevistada.
Verónica, de Puebla, nos abrió su corazón y nos expresó que fue a los 15 años cuando tomó su primer copa. “Me sentía mal dentro de casa y sentía que no me entendían, que no me comprendían y la banda, con la que me reunía, era un grupo de personas, igual de desadaptadas como yo, sentí que ahí era mi lugar. Sentí que ahí me entendían, que ahí me escuchaban y que me comprendían, porque eran personas que se alcoholizaban y se drogaban”.
“Con este grupo de personas sentí que pertenecía y que valía”.
¿Qué le decían sus padres al ver su manera de beber?
“Obviamente se molestaban, mi mamá era la que más se enojaba, me decía que no, que no estaba en edad de andar en la calle a las 11 de la noche y mucho menos con este tipo de personas.
¡Que anduviera con chicos de bien, decía ella!
En cuanto a mi padre, fue totalmente lo contrario, él fue a Alcohólicos Anónimos, murió, hace 3 años”, nos dice con cierta tristeza Verónica.
Y continúa con su relato: “Hoy entiendo que, pues esa fue su forma de demostrarme su amor, él estaba en un grupo de AA, pero nunca me dijo: ´vete a un grupo, mira tu forma de beber”.
Y agregó que la anexaron a los 15 años: “Me anexaron, pero apenas empezaba con el consumo, pero cómo me juntaba con estos chicos ellos se drogaban.
“Sólo me drogué en dos ocasiones, la primera con inhalante, la segunda con PVC, con esponja o estopa una vez; después pasaron algunos días y fue otra.
Recuerdo que en alguna ocasión me dieron a guardar una lata, como me juntaba con ellos, mi mamá pues ya había visto focos rojos, ya no le gustó que me juntara con ese grupito de chicos y me encontró esa lata, fue entonces cuando tomaron la decisión de anexarme, sólo estuve un año y en ese tiempo nunca vi alucinaciones, ni todos esos rollos”.
Ya entrados en confianza, Verónica nos relata que aunque estuvo encerrada, su mente le decía que jamás se iba a meter drogas: “yo empezaba a vivir las experiencias, decía no las he vivido, no me he quedado tirada, no he pedido dinero por droga o por alcohol, escuché muchas experiencias, pero pues es un arma de dos filos o tomas la reflexión para que salgas o hagas lo que no has hecho.
“Solo seguí con la ingesta de alcohol, pero yo decía por qué me dejaron ahí? Yo fui a vivir y a escuchar cosas que yo no me imagine que iba a vivir, pero no me las quise ahorrar yo salí de ese lugar como más resentida. Y pues empecé, al salir del anexo, seguí con la ingesta”.
¿Qué efectos o consecuencias tuvo en su escuela o trabajo?
Ante esta pregunta Verónica nos señaló que a consecuencia del alcohol, ya no quiso seguir estudiando, pues se fue alejando de la escuela, abandonó la secundaría y aunque nos manifestó que la volvieron a inscribir, simple y sencillamente ya no quiso seguir con los estudios, hubo una rebeldía en ella, señaló.
¿Cuál fue su primer acercamiento con AA?
“Tenía conocimiento de un grupo, pero estaba muy mal, ya tenía hijas, estaban muy pequeñas y pues me veían”.
Continúa con su relato y nos relata: “El alcohol ya había hecho estragos, eran unas crudas mortales y yo siendo diabética, entonces ya eran taquicardias, ya no podía cortar la bebida porque tenía que estar así bebiendo”.
“Así me la pasé hasta que mi esposo me llevó a hacer un juramento, ya no podía dejar de tomar porque no me gustaba sentir esos estragos, la taquicardia, escuchaba o veía cosas, me daba miedo que llegara a la noche, a través de eso mi esposo tomó la decisión de llevarme a hacer un juramento de dos meses.
Como mi familia ya sabía en qué forma vivía, mi mamá me sugirió un grupo. Mi papá se murió a los 29 años en la Ciudad de México, fue cuando me decidí, que en lo que se cumplían mis dos meses de juramente, me integraría a un grupo, y aunque no lo hice muy convencida para dejar de beber, sí lo hice para que dejaran de molestarme, para que la familia estuviera más tranquila, esa fue mi idea.
Mi plan era seguir bebiendo después de que se venciera el juramento, pero llegué a AA y ya me quedé”.
¿Cómo le cambió la vida AA?
“Fue la mejor decisión y hasta el día de hoy sigo en el grupo, los hijos ya crecieron, ya soy abuela, la niña en ese momento tenía 6 años, ahora ya terminó la carrera y trabaja, hoy está en la universidad, la pareja trabaja y se va de viaje, me dicen me voy tranquilo, porque yo ya no podía estar. Aquí me hacen saber que mi enfermedad es emocional y entonces tengo que fortalecerme, no me enseñaron a cómo beber sino a cómo vivir, porque no sabía vivir”.
Finalmente, Verónica, ya muy aliviada se superar su alcoholismo, se siente agradecida con AA: “me rescataron, la comunidad, los compañeros, todo en general, hoy no digo que no tengo problemas, como todo, sí hay problemas, pero a eso vengo a un grupo, a fortalecerme, a entender que uno tiene que cambiar, que las personas tienen su rumbo y que yo no tengo por qué cambiar a la gente, ni a mis hijas, puedo darles un consejo pero no puedo cambiarlas, porque a final de cuentas ellas también tienen que vivir su propia vida”.
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