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LA SOLEDAD ME HIZO CAER EN EL ALCOHOLISMO

Confesiones de un Alcohólico

LA SOLEDAD ME HIZO CAER EN EL ALCOHOLISMO

/Por Esteban Durán Acosta/

Amigos lectores, en esta ocasión les traigo el relato de Luis “N”, quien nos platicó que su primer contacto con el alcohol fue a muy temprana edad, agrega que en ese tiempo se encontraba alejado de la familia, por algún motivo cambió de residencia y recuerda que en esa ocasión tomó una cerveza, lo que a la postre le llevó a beber.

Sin darse cuenta, nos comentó que paulatinamente fue aumentando las cantidades de alcohol, en un grado en el cual a lo mejor era una o dos, hasta que ya llegaron las borracheras.

Y platica a detalle: “Tenía 11 años de edad, conforme fue avanzando la edad, con el paso de la primaria a la secundaria, cambió el ciclo de la niñez a la adolescencia; cambian las amistades y los hábitos, ahí es donde tengo más contacto con el alcohol”.

Tras esa primera vez, Luis “N” comentó que no fue sino hasta dos años después que volvió a probar el alcohol y lo hizo no porque quisiera experimentar de nuevo, sino porque se sentía triste, lejos del hogar; veía a las demás personas que se divertían, mientras que él estaba alejado de su madre, de sus hermanos y aunque no bebió grandes cantidades en su momento, a esa edad, -13 años- era muy fácil ponerse ebrio.

En cuanto a sus estudios, nos dijo que a raíz que empezó a tomar, éstos se vieron seriamente afectados: “me expulsaron de la escuela, por lo que tuve que estudiar por mi cuenta en la noche, buscando la manera de ingresar bebidas alcohólicas a la escuela; ya estaba girando a mi alrededor el alcoholismo y aunque no llegaba a un grado muy fuerte, ya era más constante, hasta que todo se salió de control”.

Respecto a sus padres, Luis señaló que como había un total descontrol en su forma de beber, por más que la familia le reprendía su actuar, él les respondía que no lo volvería hacer, pero tardaba más en decirlo que en lo que volvía a tomar.

Cierta noche, después de varios días de ingerir alcohol -intoxicándose-, hubo una plática con  un familiar directo, en la que le mencionó que conocía un lugar donde le ayudarían a dejar de beber.

“Fue  y a raíz de todo lo que había vivido, a mi corta edad, cuando tenía 19 años, ya sentía una soledad inmensa y conforme pasaba el tiempo y escuchaba que había un lugar donde ayudaban para dejar de beber, me nació el interés, a pesar de que en el momento no me encontraba sobrio”, nos comenta.

Y aunque parezca increíble, durante esa borrachera se transmitió el mensaje y al otro día, inmediatamente Luis se presentó al grupo de Alcohólicos Anónimos para pedir ayuda; pues pensaba que si no lo hacía de una vez, ya no lo haría otro día.

“Para mi llegó la luz en ese momento, me pasan el mensaje, tal vez no de la manera que debió haber sido, pero mi familiar ya conocía del programa, me acompañó y lógicamente para no entorpecer la recuperación a él lo canalizaron a otro lugar, mientras yo me quedé ahí mismo. Ese fue mi primer acercamiento con AA”. Manifestó de forma aliviada.

Al principio, cuando se enteró del programa o de las pláticas en AA, el cual mencionaba que iba a haber situaciones en las cuales el individuo no va a estar dispuesto a cambiar, Luis decía que quizá por su juventud no pudo quedarse en ese momento en el grupo, su pretexto fue que era muy joven.

“Tuve que recaer y continuar con mi carrera, sin embargo, eso trajo más consecuencias, más soledad, más situaciones en las cuales yo estaba envuelto y el látigo del alcoholismo me regresó al grupo de Alcohólicos Anónimos”, nos expresó.

Al cuestionamiento de sí ya se sentía completamente sano, respondió que para el alcoholismo no hay una cura, es una enfermedad del alma que va a durar para el resto de sus días.

Y nos informó que en AA, hay un programa de 24 horas, que dice: Sólo por hoy, te lo digo como alcohólico anónimo, que ya aprendí y acepté mi situación como enfermo de alcoholismo”.

En tono reflexivo manifestó: “el ayer ya pasó y el día de mañana es incierto para mí; el mañana no existe para mí, por eso me la llevo el día de hoy con el programa, afortunadamente, gracia a Dios, gracias a Alcohólicos Anónimos no he vuelto a beber y espero que el día de mañana así sea, completamente convencido de la que me ha dado AA”.

Finalmente, en un mensaje a los lectores, Luis “N” manifestó que Alcohólicos Anónimos  no es la única opción o la única alternativa, hay muchas; pero sólo hay resultados siempre y cuando uno tenga el deseo de dejar de beber: “no es la única instancia y aunque parezca repetitivo, aquí es donde les decimos que esto es una vida, vida que deseamos compartir, que la gente no está sola, que tiene que aprender y a darse cuenta que el alcoholismo no es un vicio, es una enfermedad progresiva y mortal”.

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