Confesiones de un Alcohólico
CUATRO DÍAS DE ALCOHOL Y LAGUNAS MENTALES FUERON MIS INICIOS
/Por Esteban Durán Acosta/
“Alcohólicos Anónimos me coqueteó desde muy temprano en tres ocasiones, la primera era yo monaguillo en un templo, tres compañeros llegaron a dejar el primer mensaje en Casa Grandes, si mal no recuerdo era el año de 1964 fue una junta de información en el salón parroquial, a la que asistí”, así inició la plática nuestro entrevistado, Guillermo “N”, del estado de Chihuahua.
Y continúo con su relato: “el segundo coqueteó se dio porque mi padre fue alcohólico anónimo, él cumplía su primer aniversario en 1982, los compañeros del grupo se lo festejaron, entonces me encontraba en Ciudad Juárez y me presenté para compartir con él; cosa curiosa, cuando me subí al estrado para agradecerles la gentileza de acogerlo y darle ánimo por ese año”.
Nos comenta que la primera vez que probó el alcohol trabajaba en una compañía del gobierno del estado, entonces era administrador en la Secretaría de Obra Públicas; recuerda que fue preciosamente un 28 de diciembre, en el año de 1969.
Detalla que les habían dado la encomienda de hacer un inventario de todo el recorrido que tenían administrativamente; por ser temporada de frío, había unas heladas tremendas, salían desde las 7 de la mañana y un ingeniero, con quien trabajaba Memo, era muy tomador, así que compró una caja con varias botellas de ron, le invitó unos traguitos para que aguantara el frío y ante la “mucha insistencia y poca resistencia”, pues nuestro entrevistado accedió, entrando de ese modo al mundo del alcohol.
Memo se lamenta que durante cuatro días de trabajo, tiempo que duró el inventario, fueron días de pérdida, de estar inconsciente, de no saber que pasaba, cuatro días de lagunas mentales; tenía 16 años de edad cuando sucedió eso.
En cuanto a los estudios, señaló que éstos no se vieron afectados, pues ya los había terminado, en julio de 1969; pues sus inicios con el alcohol fueron cuando ya empezó a trabajar en forma.
Con cierto pesar nos comentó que en esos 11 años que duró su alcoholismo, nueve años que le regaló su esposa, en ese tiempo tocó fondo, que lamentó tanto, fue involucrarme en un robo en Chihuahua; estaba estudiando para un ascenso, pero me involucré en un, por lo cual caí en la penitenciaria del estado, aunque finalmente se comprobó que yo no tuve nada que ver con ese delito, pero salí en la primera página del diario y se me hizo bolas el engrudo con mi papá, con mi esposa, con todo el mundo, porque el periódico en ese tiempo se leía mucho, fue ese que episodio que le hizo cambiar e ingresar de lleno a un grupo de Alcohólicos Anónimos.
“Yo entré de lleno al 100 por ciento a AA, con la convicción de dejar de beber, me sentí tan en mi casa, tan adecuadamente en el grupo. Tuve la fortaleza de avanzar, tuve los primeros seis meses, escuchando y participando, al término de ese tiempo me dieron mi primer servicio; se vinieron otros seis meses, hasta que completé dos años y me la dieron de representante de servicios generales, es cuando ya por fin me alejo del alcohol”, expresó orgullosamente
Finalmente, don Memo envió un mensaje a nuestros lectores, diciéndoles que en estas fechas haya verdaderamente paz y tranquilidad en sus corazones, que AA es una tabla de salvación para aquellos que verdaderamente quieran dejar de beber, porque no sólo se involucra el alcohólico se involucra a la esposa, los hijos, los suegros… bueno hasta al perro, pues nos dice que les pegaba cuando andaba borracho.
“El mensaje es no deseches lo que no conoces, pidan una junta de información, péguense a un padrino que conozcan, el padrino idóneo que decimos nosotros en Alcohólicos Anónimos eso es lo más esencial”, finalizó don Memo.
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