Confesiones de un Alcohólico
POR MI FORMA DE BEBER, PERDÍ TODO
/Por Esteban Durán Acosta/
“Fue en la secundaría cuando empecé a probar el alcohol con los cuates, fue la primera vez y posteriormente fue seguir con los amigos, convivir con la pandilla, se puede decir que durante muchos años fui un bebedor fuerte, desde mi adolescencia”, nos confesó Benjamín “N”.
Con más confianza, nuestro entrevistado nos dijo que había muchos planes, muy buenos: ser buena gente, un buen ser humano, “pero el alcohol lo va a uno desviando de su objetivo que tiene en la vida, pude terminar la secundaria más o menos, entrar a la vocacional, pero ya en lo ocasional, fue más fuerte la adicción y en cuarto semestre fue cuando ya perdí la escuela”.
Nos manifestó que fue perdiendo sus objetivos por causa del alcohol, pues era ya de cada ocho días el estar bebiendo; al principio era poco, era andar con los amigos, no era mucho en aquellos años, pero fue pasando el tiempo, los años y fue aumentando la cantidad de alcohol que ingería, primero fue la cerveza y posteriormente se convirtió en un fuerte bebedor.
Benjamín reconoció que desgraciadamente la presunción de la juventud, en aquellos años, le hizo pensar que podía triunfar en la vida en lo que fuera, tenía aquel modo de pensar que así iba a ser, en lo que se desarrollara, en lo que trabajara iba poder salir adelante, iba a triunfar según él en la vida.
Desde la adolescencia, en la secundaria, cuando empezó andar con los cuates, con la pandilla, su madre fue la que siempre anduvo detrás de él: “desde los 13 años ya me andaba buscando en las canchas de la colonia donde me reunía con los amigos, para tratar de sacarme de ese círculo vicioso desde aquellos años y que lamentablemente no pudo”.
Agregó que desgraciadamente su padre nunca le dijo nada, pues fue su mamá quien siempre le andaba buscando. No era fácil para ella ver un hijo que poco a poco se iba descarriando y alejándose de sus objetivos y haciéndose una mala persona.
Con el propósito de alejarse del alcoholismo, a los 29 años, estuvo dos meses en un grupo con cierta corriente ideológica, misma que desconoció posteriormente, lo que le originó a tener problemas más agudos con su manera de beber; ya con una esposa y con dos hijas pensó que sólo podía, que no necesitaba de ninguna ayuda.
Tuvieron que transcurrir nueve años más en su vida, donde ya el alcohol le arrastró, se volvió un alcohólico, empezó a perder todo en la vida, hasta la familia, a su esposa y a sus hijas; fue a los 38 años cuando llego a la agrupación, ya aceptando que tenía problemas con el alcohol, con su manera de beber.
Fue a raíz de Alcohólicos Anónimos que cambió muchísimo su vida: “al día de hoy estoy viviendo, como decimos, horas extras, porque definitivamente, como yo iba, es para que ya estuviera muerto, agradezco mucho el poder haber llegado a una agrupación para dejar de beber y empezar a ser una persona diferente”, nos dijo con gran satisfacción.
Finamente, Benjamín, con la experiencia que le dejó el ser un alcohólico, aconsejó que si alguien tiene problemas con su manera de beber, se eviten tantas cosas que uno ha pasado: perder familia, perder todo y se acerquen a un grupo de Alcohólicos Anónimos, ahí hay una solución que él encontró y que seguramente, quien llegue a un grupo AA, también va a encontrar.
“Yo ya estoy completamente alejado del alcohol, ni siquiera con el intento de querer regresar a aquella otra vida que tuve antes, al día de hoy estoy viviendo una vida totalmente diferente”.
Alcohólicos Anónimos, Sección México,
ofrece una Alternativa de Solución para
quien sufre la enfermedad del alcoholismo.
Servicios totalmente gratuitos
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