AMLO, SEIS MESES EN CAMPAÑA
Mochila Política
AMLO, seis meses en campaña
/Por Héctor Moreno/
López Obrador es previsible: anuncia lo que va a hacer y lo hace.
Sus 18 años en campaña tras la Presidencia hoy se reflejan en un ente político que desde el poder marca los tiempos; hace fintas, suelta el galgo que nadie alcanzará y que ha entendido, como muy pocos que necesita mantener a todos sus aliados con el mismo objetivo: mantener el poder.
Por eso empezó la campaña electoral hace seis meses el 9 de junio cuando dio a conocer en la mañanera un documento en el que detallaba un Bloque Opositor Amplio (BOA), cuyo nombre fue incluso tomado a burla en memes y videos en las redes digitales.
Ubicó al nodo donde se aglutinaban ya sus adversarios, desde entonces inició su narrativa electoral, pues los ha mantenido en los reflectores ligándolos a casos de corrupción; evidenciando sus intereses, acusándolos de enemigos de México y de querer volver a un pasado que solo ofrece canonjías y beneficios para unos cuantos.
Es un guión del que no se mueve y todas las eventualidades reales o meramente discursivas las encuadra en su mensaje electoral de cada mañana.
Nodo neoliberal
Así como Peña Nieto eligió al populismo casi dos años antes como su verdugo político y a quien le entregaría el poder, así López Obrador eligió adversarios y los encuadró como neoliberales, enemigos de México. En el fondo son nodos en donde están dos facciones del viejo sistema priista: los populistas y los tecnócratas y corruptos.
Con claros nexos de intereses económicos y políticos con Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto el hoy Presidente ha señalado destacada y reiteradamente a Claudio X. González, Gustavo de Hoyos Walter, Enrique Krauze,
Héctor Aguilar Camín, a los periódicos Reforma, El Universal, El Financiero; a los portales LatinUS, Animal Político.
Igualmente a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad; a la Coparmex y, recientemente, a Sí Por México.
Por eso ha evidenciado los cientos de millones de pesos que tanto Nexos como Letras Libres recibieron en los dos sexenios anteriores y reiteradamente llama intelectuales orgánicos a sus directivos y a sus grupos.
También ha evidenciado el financiamiento que tanto MCCI y Animal Político recibieron de fundaciones norteamericanas para elaborar trabajos dirigidos a atacarlo políticamente, así como el financiamiento del Consejo Mexicano de Negocios para algunos de ellos.
Igualmente ha exaltado los fuertes intereses económicos de la familia de Claudio X. González con sus empresas y ha señalado que ése es el único resorte que han tenido para lanzar sus campañas en contra del nuevo aeropuerto y otros de sus proyectos.
Y tal como lo preveía el guión del BOA, ese grupo ha sido el promotor de la alianza opositora entre PRI-PAN-PRD, de la cual se alejó Movimiento Ciudadano.
Cuando ha tenido oportunidad ha desplegado sus baterías en contra de personajes corruptos, como el caso de Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública procesado en Estados Unidos por narcotráfico y a quien López Obrador acaba de echar otra losa encima con la presunta corrupción al otorgar contratos directos a grandes empresas en los penales federales.
El monto de la transa, ha dicho el Presidente, es de 16 mil millones de pesos, la mitad de lo que cuestan las vacunas contra el Covid.
A ese mismo nodo de poder lo acusa de haber manipulado la creación de los organismos autónomos, de haberlos cooptado económicamente y de haberlos manipulado para encubrir sus intereses económicos. Claro, en la narrativa presidencial solo se habla de esos casos, pero se omiten intencionalmente los beneficios que realmente han traído a la sociedad en general.
En el caso de la salud ha repetido exactamente lo mismo: se privatizó el sector solo para beneficiar a unos cuántos en perjuicio de millones de mexicanos. Tampoco es completo, pues el Seguro Popular sí fue una herramienta de beneficio para muchos mexicanos y en el afán de romper todo el pasado, el actual régimen no ha sido capaz de articular un nuevo sistema.
… mientras él se fortalece
A la par de esa narrativa, López Obrador ha continuado una labor de fortalecimiento, de volver a centralizar el poder en su persona.
Al igual que en el viejo sistema priísta busca un poder omnímodo, rompe el equilibrio de poderes y hace campaña abiertamente a favor del partido oficial, Morena.
Uno de los puntos centrales de su gestión ha sido convertir a las Fuerzas Armadas en un pilar fundamental de su proyecto. La exoneración del ex secretario de la Defensa, General Salvador Cienfuegos es una clara señal de ello. En términos institucionales puede ser leído el caso como un Jefe de Estado que cuida y enaltece a su Ejército, pero la forma en que López Obrador ha actuado en su gobierno, su narrativa excluyente resulta por demás preocupante tantas concesiones al cuerpo armado.
No es un modelo de la Guardia chavista, pues allá el Ejército cobró status de delincuencia organizada y ha hecho un daño de consecuencias incalculables para su país. Aquí es un Ejército profesional, con sentido patriótico, que ha sido leal a las instituciones y que se encuentra lejos de las actitudes de la camarilla sudamericana.
La parte más visible de su narrativa electoral es el uso de la infraestructura del plan del Bienestar, cuya secretaría tiene este año un presupuesto que roza los 190 mil millones de pesos. Políticamente cuatro ex súperdelegados serán candidatos a gobernador este año y los llamados Siervos de la Nación (operadores de tierra) serán quienes en la práctica controlarán y dirigirán la vacunación masiva contra el Covid.
Aunque legalmente los tiempos electorales apenas hayan iniciado hace apenas unas semanas, López Obrador tiene ya seis meses con una narrativa donde colocó a sus adversarios, los ha exhibido y denunciado, y le ha puesto al partido oficial, Morena, el discurso para sus campañas.
Y ha lanzado distractores. Un tuit reproducido por Enrique Galván en su columna Dinero, en La Jornada lo explica así: “Es curioso ver como no se dan cuenta de las hábiles estrategias del Presidente. Les lanza a los haters (odiadores) un avioncito de papel para que se entretengan y se lanzan como chihuahuas a tratar de despedazarlo. Y así los trae entretenidos, mientras avanza en la transformación del país”.
Al tiempo.
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