- Hoy, todos los actores de este melodrama se deslindan de la diputada Sánchez López. Nadie quieres saber de ella y, diría, quizá hasta han borrado de sus archivos las fotografías en las que aparecen con ella, como la de Gustavo Enrique Madero que, sonriente, se sacó la selfie con la sinaloense en aquellos días en que estaban partiendo el turrón
/Moisés Sánchez Limón/
¿Desaforar a la legisladora sinaloense Lucero Guadalupe Sánchez López por haber utilizado documentos apócrifos?
Tarde, muy tarde, la procuradora General de la República, Arely Gómez, procede en un caso que ha pasado del trascendido al escándalo de una relación sentimental que, como ha sido recurrente, deja mal parada a la procuración de la justicia.
Hoy, todos los actores de este melodrama se deslindan de la diputada Sánchez López. Nadie quieres saber de ella y, diría, quizá hasta han borrado de sus archivos las fotografías en las que aparecen con ella, como la de Gustavo Enrique Madero que, sonriente, se sacó la selfie con la sinaloense en aquellos días en que estaban partiendo el turrón.
Ayer jueves, la procuradora perdió la oportunidad de guardar silencio y proceder como debió haberlo hecho desde el año pasado cuando se supo, incluso con elementos gráficos contundentes, que doña Lucero había entrado al penal de alta seguridad del altiplano con una credencial y acta de nacimiento falsas.
Anunciar que solicitará el juicio de procedimiento para quitar el fuero a la legisladora del Congreso sinaloense, se imagina como un mecanismo mediático para continuar con este affaire que no tardará en ser material para un guión de película.
Por eso, Ricardo Anaya Cortés tiene razón cuando acusa a la procuradora Arely Gómez de haber retrasado la acción de la justicia en el caso de la diputada local en el Congreso sinaloense, Lucero Guadalupe Sánchez López. Pero igual debe asumir la tarea de identificar quién o quiénes desde el CEN del PAN no sólo aprobó que la nominaran candidata, sino incluso investirla panista.
Y es que, desde antes de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, en julio del año pasado, había trascendido que una diputada panista lo había visitado en el penal de alta seguridad del Altiplano. Todo el mundo imaginó que se trataba de una legisladora federal sinaloense.
Poco después se supo que se trataba de la atractiva diputada local por el XVI Distrito de Cosalá, municipio del que es originaria Lucero Guadalupe Sánchez López, cuya inexperiencia y evidente acatamiento de línea ajena a su tarea partidista se observa y escucha en sus intervenciones en tribuna con la abierta defensa al círculo de seguridad tendido por habitantes de las localidades pertenecientes al Triángulo Dorado, es decir, los dominios de El Chapo.
Tal vez Anaya Cortés, coordinador de los diputados federales del Partido Acción Nacional, y la procuradora General de la República, Arely Gómez, no deben ir muy lejos en sus investigaciones para saber quién o quiénes influyeron haca poco más de dos años para impulsar la candidatura de Sánchez López al Congreso del estado de Sinaloa, mediante una alianza de izquierda y derecha, es decir, del PAN, el PRD, el PT y el local Partido Sinaloense.
En esos días el impulsor de la atractiva Lucero, ex militante de las fuerzas juveniles del PRI, fue el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Edgardo Burgos Marentes, quien renunció a Acción Nacional apenas se confirmó la visita de Lucero al Chapo en el penal del Altiplano, al que pudo ingresar mediante una acta y una credencial de elector apócrifas.
¿En verdad nadie sospechó, por lo menos en el ámbito político sinaloense de las amistades peligrosas de la joven legisladora ex gerente de compras de la empresa Enigma, dedicada a los bienes raíces? La evidencias de esos vínculos integran un amplio expediente abierto por el Ministerio Público de la Federación a partir del trascendido de esa relación Lucero-Joaquín.
Incluso, la procuradora Arely, en la entrevista que concedió a Dennis A. García, reportero de El Universal, que Lucero estuvo con El Chapo vísperas del Año Nuevo, el 31 de diciembre de 2015. “Sabemos que pasó (El Chapo) Navidad con su esposa (Emma Coronel) y año nuevo con la otra dama (Lucero). Con la diputada. Estaba muy acotado”, dijo Arely.
Bien que la procuradora se haya reservado información, como marca la ley, durante el periodo en que se desplegó el operativo para detener al capo, mal que no haya procedido desde el momento en que se confirmó la relación de la diputada local con El Chapo y que hoy se haya convertido en el factor político que enloda al PAN justo cuando corre el proceso electoral que se dirimirá en las urnas el domingo 5 de junio próximo para el relevo de doce gobernadores, y que al PRD ha llevado, nuevamente, al deslinde de una figura política a la que apoyó en la impronta de ganar presencia en una estado, Sinaloa, en el que no figura.
El miércoles pasado, con los senadores del PAN como el martes último con los diputados federales albiazules, Ricardo Anaya asumió la parte que le corresponde en este affaire de la diputada Lucero, que salpica al partido y lo deja mal parado, como igual ocurrió con las andanzas de Jorge Preciado, senador al que el priista Nacho Peralta sembró en la elección extraordinaria por el gobierno de Colima.
Pero igualmente recuperó esa parte de la justicia al servicio de intereses políticos. Acusa al gobierno de Peña Nieto de usar al factor Lucero para desprestigiar al PAN y, por ende, restarle votos. Sin embargo, más que repartir culpas y reproches o asumir actos de contrición, debe irse pensando en cómo debe ser la próxima reforma electoral que evite o desactive a tiempo al que bien puede citarse como el factor lucero en la designación de candidatos. Más de lo mismo. Digo.
VIERNES. El senador Carlos Romero Deschamps ha cumplido con el papel que le corresponde en el desmantelamiento laboral de Pemex: líder de un sindicato blanco. Conste.
@msanchezlimon