CARTAS DESDE CHICAGO
TEMPLO DEL PUEBLO (VERSIÓN MEXICANA)
No son nada nuevo los fanatismos religiosos, pero en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, surgió un misticismo estrambótico; una revolución de ideas que dio lugar, entre otras, al ‘hippismo’ de ‘amor y paz’. Y, a guías místicos o ‘maestros’ que predicaban contra la guerra, racismo, discriminación, capitalismo, materialismo y todos los ismos que corrompen a la sociedad.
/Rogelio Faz/
En México, por esos años nos enteramos de un suicidio masivo de 918 personas de fe religiosa. Y nos preguntábamos cómo era posible que ciudadanos del país supuestamente más avanzado, Estados Unidos, se dieran esas cosas. ¡sabrá Dios!
No deberíamos de sorprendernos, pues en México hay manifestaciones de fe ciega, como a la Virgen de Guadalupe cuando se peregrina a sus altares en rodillas ensangrentadas para pedir un milagro, pagar una manda o, en Semana Santa recrear el calvario de Jesús.
El 18 de noviembre de 1978, el mundo se enteraba de ese suicidio-homicidio masivo (incluidos 200 niños y bebés por inyección con cianuro), de una congregación religiosa en la Republica Cooperativa de Guyana. Un territorio que colinda con Venezuela y el Océano Atlántico.
Era una comunidad alejada llamada Jonestown, lidereada por Jim Jones, de ahí su nombre. Allí se instaló la secta apocalíptica estadounidense conocida como Peoples Temple, Templo del Pueblo.
El mesías comunista
La historia de este “mesías” inicia desde su infancia complicada. Se ponía a predicar él solo, con amiguitos y animales, influenciado por la integración racial y el socialismo.
Con los años, ya siendo pastor, surgieron los conflictos con sus colegas por lo que funda su propia iglesia, Templo del Pueblo. Su predicar fue en defensa de los negros y los pobres, lo que lo llevo a ser el director de Derechos Humanos de Indianápolis, Indiana. Además, de otras actividades en favor de los pobres. Gano fama, adeptos y fondos económicos.
El sincretismo entre comunismo y fundamentalismo religioso moldeo su ideología que llamo: socialismo religioso. Lo enmarco en un lema: «Dios todopoderoso, el socialismo».
Jonestown
Al entrar en conflicto con otras comunidades religiosas y con la ley por sus ideas controversiales y acciones extremas en contra de sus súbditos, decidió abandonar EU para formar su propia comunidad agrícola que llamo: Jonestown.
Sus seguidores inspirados en la espiritualidad de aquellos años huían de la corrupción y siguieron a su guía y maestro.
Pero una vez en el paraíso de esa comunidad, en la selva, sus fieles se dieron cuenta que las facultades mentales de su líder estaban afectadas, sus fantasías de purificación moral resultaron un infierno.
Llego a torturar a los niños ‘desobedientes’, De noche los metía a un pozo donde alguien los asustaba dentro.
Además, de separarlos de sus padres que castigaba en confinamientos estrechos por reclamar a sus hijos o por exigir alimentos. Pues la dieta consistía en arroz y yerbas. Mientras que él tenía una mejor estancia y alimentos.
Los sometía a trabajos agrícolas de sol a sol y, a ensayos de suicidio colectivo con un brebaje para cuando llegaran los ataques del “exterior” o de los “traidores”.
Un acto revolucionario
Ese Templo del Pueblo para el pueblo, acabo vigilado por los fanáticos incondicionales con arma en mano. Quienes intentaban escapar fueron considerados traidores, azotados y acababan en confinamiento.
Una vez que a ese falso mesías se le agotaron sus recursos filosóficos, desquiciado y acorralado, cumplió otra de sus teorías: «la muerte solo es el tránsito a otro nivel». ¡“Andrale”! Ya no se pertenecía.
El día de la fatalidad miembros de la secta se suicidaron a la fuerza tomando jugos con cianuro, los que se resistieron fueron asesinados a bala, incluido el mismo Jones que cobardemente murió de un tiro. Más, 5 visitantes que iban a constatar los rumores de los abusos, entre ellos un congresista estadounidense.
Jones advirtió «esto no es un suicidio, sino un acto revolucionario». ¿Una transformación?
Del misticismo a la tragedia