A DOS AÑOS DE PANDEMIA, 800 MIL PEQUEÑAS EMPRESAS CERRARON SUS CORTINAS: CONCOMERCIO PEQUEÑO
- Los que se mantienen activos están endeudados en un promedio de doscientos mil pesos.
- Apenas se están recuperando los empleos perdidos en 2020.
/Pasaporte Informativo/
A dos años de que México fue sacudido por la pandemia del COVID-19 y ahora por sus variantes, los representantes de diversas organizaciones de comerciantes y prestadores de servicios como son: el Movimiento Nacional del Contribuyente Social 17 de Marzo AC., (MONACOSO 17 DE MARZO AC) que agrupa a locatarios de mercados públicos que son dirigidos por Alberto Vargas; el Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas de México AC. (COMVEMEX), que agrupa a veterinarias y estéticas, presididos porla Medico Veterinaria Zootecnista Aida Beatriz Álvarez Salas; los Empresarios del Monumento a la Revolución que representa Alejandro Ruiz y el Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar (ConComercioPequeño) que preside Gerardo López, queremos hacer una breve valoración de momento que vivimos y la situación de nuestro sector.
BALANCE
Como aspecto negativo, tenemos que señalar los 320 mil fallecidos, según las cifras oficiales. Alrededor de 800 mil pequeñas empresas y negocios familiares bajaron definitivamente sus cortinas. El endeudamiento de los dueños de establecimientos por concepto de rentas, pago a proveedores, pago de impuestos, perdida de ahorros, prestamos familiares o tarjetas de crédito, supera los 200 mil pesos en promedio. Hay comerciantes en pequeño que tienen endeudamientos por más de un millón de pesos.
El entorno económico está severamente afectado. Aunque se habla de que en el mes de febrero hubo una importante generación de empleos, en realidad lo que estamos viendo es la recuperación de las plazas que se perdieron en el confinamiento de marzo-junio del 2020 y el semáforo rojo de diciembre-enero de hace un año. En ese sentido el salario sigue sin recuperar sus niveles. La mayoría de trabajadores sigue sin cobrar horas extras, días festivos o bonos de puntualidad entre otros.
Los programas económicos diseñados por las autoridades han sido muy limitados. En su mayoría se basan en préstamos de bajo monto. Ni los trabajadores ni las pequeñas empresas necesitan préstamos, sino inversión para la productividad. Respecto a los programas de recuperación económica, la mayoría de los comerciantes puede parafrasear al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, pues “nos dejaron solos”.
En nuestro panorama vemos algunos riesgos y retos que tenemos que enfrentar:
Un sistema económico muy lastimado e inestable. Las cadenas de comercialización están muy fracturadas, nos cuesta mucho más conectar con clientes. Las ventas que llegaron a caerse durante diversos momentos de la pandemia hasta en un 90 por ciento, apenas se han recuperado en alrededor del 40 por ciento. Los precios de diversos productos de alto consumo popular se han incrementado en niveles no vistos años antes, como es el caso del limón y la tortilla.
El tema del pago de impuestos, no es un riesgo menor cuando el SAT ha tenido problemas en su sistema de citas y trámites en línea. El nuevo Régimen de Confianza, genera incertidumbre y desconfianza entre los pequeños contribuyentes.
No todo es negativo. La pandemia nos dejó una gran enseñanza. Pese a todas las dificultades podemos volver a salir adelante y tener negocios que den servicio a la comunidad e ingreso a las familias que trabajan en ellos. Resurge el espíritu emprendedor del mexicano, que puede reponerse a las pérdidas personales, materiales y económicas. Hoy crece el número de comerciantes que está buscando en el comercio electrónico los nuevos nichos de mercado, así como aquellos que en las plataformas para entrega de mercancías y logran algo de los ingresos que no están dando los empleos formales.
Las estéticas caninas móviles, la venta de artículos, ropa, zapatos o comida en las cajuelas de los carros, las estéticas u oficinas puestas en la sala de la casa, las estaciones del metro que se han convertido en punto de encuentro, para entregar productos antes pactados por internet en los fines de semana, son alguna de las expresiones de como el comerciante está buscando salir de la crisis.
Lo que pedimos a las autoridades en esta nueva etapa, es que, si no tuvieron la creatividad para generar programas reales, que amortiguaran la crisis económica, al menos generen programas de condonación de multas y tolerancia administrativa, para evitar mayor cierre de establecimientos. Un local comercial abierto y funcionando, se tiene que ver como generador del empleo que se necesita.
Hoy 8 de marzo no podemos dejar de reconocer y apoyar el trabajo de las mujeres empresarias y comerciantes que en nuestro sector siempre han sido mayoría.
Hoy nuestras instituciones, se apuestan por la capacitación para que el comerciante, el joven y el adulto, logren entender la nueva realidad que la pandemia nos dejó y modifiquen sus sistemas de acercamiento con los nuevos nichos de mercado y logren recuperar la fortaleza de sus negocios.