Confesiones de un alcohólico
Buscando una vida, dentro de la soledad..
- “Mi mamá falleció, mi padre no se hizo responsable de mi y abuela materna de 74 años tomo el papel de madre, ella crío dieciséis hijos, era autoritaria, de la época de la revolución…”
- Atento sobre su vida, “Me decidí a acomodar unos tabiques , sujetar el alambre para colgarme…”
/Por Paola Topete/
Arturo H., de 50 años, del Estado de San Luis Potosí, no comparte su relación con el alcoholismo durante y después del mismo, pues su infancia no fue estable ante una Orfandad , “Mi mamá falleció, mi padre no se hizo responsable de mi y abuela materna de 74 años tomo el papel de madre, ella crío dieciséis hijos, era autoritaria, de la época de la revolución, me orientó para ser independiente a no tener miedo ,es algo que se lo agradezco por toda mi vida”.
“Desafortunadamente hubo antecedentes de alcoholismo, seis tíos murieron por la adicción de beber, yo trabaje desde mi infancia , trabajé para terminar mi primaria, secundaria y preparatoria pero no concluí porque me gano el alcohol, comencé a tomar en la adolescencia por imitación, pero a los 20 años era literal un TEPOROCHO”.
Su adicción de Arturo le orilló a truncar estudios académicos, “Tuve oportunidad de estudiar gracias a Dios, me quedé en 5to semestre de Preparatoria, de hecho, por parte del trabajo me iban a llevar a Alemania por mí buen desempeño, esas oportunidades las perdí me gano el relajo, mi abuela murió yo ya no bebía pero vi las cosas de otra manera, porque siempre me regaño, pero no entendía en dejar de tomar”.
La ausencia de su mamá marco sus días, “Expulse a Dios de mi vida, era muy pequeño y no entendía el ¿Por qué se lleva a personas de nuestra sangre?, a los 5 años ya sabía leer, mi abuela y yo visitamos la tumba de mi madre, un día fuimos pero no encontramos ya su tumba me dio depresión total, pues era el único vinculo que tenía de ella, me orinaba por la noche mi vida se llenó de tristeza, vacíos por años, crecí y me embrutecía de alcohol, duraba más de 2 días tomando”.
Uno de los momentos que vivió de miedo e inseguro fue: “No sé en qué momento aparecí en Atizapán de Zaragoza y me metí a un tuburio, tome mucho, no recuerdo porque fue el problema pero nos golpeamos unos contra otros, caímos al río la persona quien le pegue no supe si se ahogó, se murió , el temor se apoderó de mí de no tener una respuesta de aquel desconocido que le pegue, sin dinero y bajo la lluvia camine y llegué a la caseta, pedí al policía que me dejara pasar la noche ahí, pero solo pude quedarme en una orilla, me regaló un café, empecé a llorar y temblar de miedo porque me sentía solo”.
La soledad abundaba en Arturo, pero poco después, conoció a una joven quien le ayudó a seguir adelante, sin embargo, volvió a recaer por desamor y peor aún llegar al punto del suicidio.
Atento sobre su vida, “Me decidí a acomodar unos tabiques , sujetar el alambre para colgarme, pero por fortuna, un conocido me hablo y al verme colgado corrió y me regaño, yo me sentía muy vacío porque no tenía nada, no tenía papás, no tenía novia y tampoco trabajo, no tenía fuerza de seguir adelante, ni ganas, ni amor por mí”.
Los días fueron mejorando para él, pues encontró a quien le daría esperanza de vida, “En el año 1990 me casé, gracias a Dios llevamos mi esposa y yo veinticinco años de casados y tenemos tres hijos de 22, 24, 26 años”.
Su recuperación fue a primera instancia, “Me fui a trabajar y estaba a una cuadra de mi casa el Grupo de Alcohólicos Anónimos, pero nunca lo había visto, casualmente el transporte se paró en la entrada y pues considero que las cosas pasan por algo y ya estaba predestinado”
Desde hace 24 años que llegó al Grupo colaboro, “Actualmente hago seminarios y capacitaciones a los nuevos integrantes trato de marcar la diferencia, pues hay muchos grupos pero pocos tienen esencia espiritual, la estructura es diferente en algunos Grupos de AA hay 30 miembros y otros solo tienen de 10 a 15 personas, a pesar de vivir en San Luis Potosí a mí me dieron de alta en Querétaro”.
“Tengo un taller de carpintería, los domingos me dedico a visitar las cárceles para platicar con reclusos, abro grupos a comunidades , en un convento la madre Cristina también pidió apoyo para impartir cursos de los que imparto y desde entonces el establecimiento lleva 4 años”.
Reconoce que a pesar de que la información este en sus manos de alguno de los miembros,
“No puedes salvar a tu propia familia, ejemplo, mi hija la mayor bebió, el menor también y hablé con ellos, me fue difícil, actualmente si toma pero poco, trato de seguir conversando con ellos de que lo dejen a manera de hacerles ver que es un riesgo en sus vidas”.
El pensamiento de Arturo en Catolicismo, “considero que esta religión hay muchas fiestas donde que se promueve mucho el alcohol, ya sea implementado de los anfitriones o los propios invitados”.
Para él, su crecimiento en el Grupo fue bastante, empezando por la cultura, “Inicié a cultivarme y enriquecer conocimientos donde tuve área de oportunidad dentro de la política y ser la voz del pueblo”.
A pesar de la distancia que el empleaba de trasladarse de San Luis Potosí al estado de Querétaro nos cuenta su perspectiva, “Se ha contaminado la información del grupo de Alcohólicos Anónimos, por otras asociaciones que no tienen una estructura ideal, ni planeación estratégica para ayudar a quienes lo necesitan, sin embargo, Grupo de AA es un estilo de vida, lo que se requiere es una entrega total , es decir, dejar de beber, consideración de uno mismo y de quienes dependen de nosotros”.
Alcohólicos Anónimos, Sección México,
Ofrece una alternativa de solución para quien
Sufre la enfermedad del alcoholismo.
Servicios totalmente gratuitos.
Tel. 57055802. Lada sin costo 018005613368