- El renacimiento de un discurso de odio hacia las poblaciones lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) está sustentado en la desesperación de algunos grupos que ante el vigor que cobra la vigencia de los derechos humanos, destaca la COPRED
/Pasaporte Informativo/
El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), que preside Jacqueline L´Hoist, lamentó que se sigan presentando en cualquier parte del mundo hechos homofóbicos que cobran vidas de personas inocentes, de los cuales algunos por su grado de difusión y/o violencia se visibilizan más.
«Pero cada persona asesinada por expresión de odio hacia la diversidad sexual es una muerte producto de la estrecha relación que existe entre la intolerancia y el fundamentalismo», agregó.
El renacimiento de un discurso de odio hacia las poblaciones lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) está sustentado en la desesperación de algunos grupos que ante el vigor que cobra la vigencia de los derechos humanos, han visto mermarse la imposición de su modelo de familia, el modelo “tradicional” al que consideran como el único aceptable. Sin embargo, ese modelo de familia ha invisibilizado, castigado y eliminado la realidad de la diversidad sexual, etiquetándola como lo antinatural, lo perverso y, por tanto, lo que atenta contra “la familia natural”.
Quienes así piensan se niegan a entender que la homosexualidad es una realidad que ha estado presente en la historia de la humanidad. Ser gay, lesbiana, bisexual, transexual, transgénero, travesti o intersexual no es una moda, no es un capricho de un grupo minoritario y mucho menos es una enfermedad que se “cura” con terapias. Tampoco es el resultado equivoco del reconocimiento de los derechos humanos. Es necesario que superemos esos prejuicios para vivirnos como una sociedad democrática, laica, incluyente, respetuosa, en suma, civilizada.
La igualdad y la libertad son valores irrefutables de un Estado de Derecho; por lo tanto, mensajes contrarios a estos derechos, ya sea porque su punto de referencia es Dios o porque defienden un modelo de familia “natural” promueven -aún sin dolo- mensajes de odio hacia las personas LGBTTTI que, como por desgracia hemos visto en las últimas semanas, pueden terminar en crímenes.
Desde el COPRED hacemos un llamado para poner un alto a los prejuicios que generan mensajes de odio y quieren frenar el reconocimiento de derechos de las poblaciones LGBTTTI, mediante la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, así como su derecho a formar familias. Los derechos humanos, en tanto que son el instrumento del Estado para proteger a TODAS las personas que lo integran, no están ni pueden estar sujetos a consulta ni a votación.
