- Al hablar en representación del arzobispo Norberto Rivera, el prelado mencionó a los Reyes Magos, quienes más allá de las ilusiones que genera entre los niños, fungen como los enviados a venerar la alegría del Niño Dios
Julián López Amozurrutia, teólogo del Cabildo Metropolitano, expresó que la fiesta de los Reyes Magos es una manifestación de amor por los niños, al personificar la esperanza, pues son los pregoneros de la nueva era.Con sus regalos, añadió, reconocen ser deudores afortunados del acontecer, estando dispuestos a don de la caridad.
Al hablar en representación del arzobispo Norberto Rivera, el prelado mencionó a los Reyes Magos, quienes más allá de las ilusiones que genera entre los niños, fungen como los enviados a venerar la alegría del Niño Dios.
“La presencia de los magos en la fiesta navideña hace ver que toda ciencia y toda políticas; toda búsqueda y toda estrategia humana están llamadas a encontrarse con el Rey de reyes”, indicó.
Durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el sacerdote manifestó que los estudios científicos nos han llevado prácticamente a conocer el origen de la vida.
Ante los feligreses expresó que cada vez estamos más convencidos del vínculo genético que nos hermana, pese a la variedad de culturas y formas de sustento de las relaciones sociales, uniéndonos un hilo común donde somos partícipes de una misma realidad.
Dijo que los planteamientos filosóficos más serios nos ayudan a reconocer la idéntica dignidad de cada persona humana, sean hombres y mujeres, niños, adultos o ancianos.
Expresó su entusiasmo por el avance que en muchos ámbitos se ha logrado en nuestro conocimiento de la realidad y nuestra capacidad de transformarla, destacando la admirable condición humana.