Turismo estadounidense, viento en popa
Cielos abiertos, una decisión que está en marcha
Por Alejandra Pérez Bernal (*)
DICEN LOS QUE saben de los intríngulis y recovecos en Los Pinos, que el presidente Enrique Peña Nieto sólo escucha, para la parte interna del país, al jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño; al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y por supuesto al secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, quien se ha ganado el mote de virrey. También afirman esas mismas voces que para la parte externa sólo opinan el canciller José Antonio Meade y la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu Salinas. En este contexto, precisamente, cabe la pena señalar que el actual gobierno trae una especie de encantamiento con los chinos y para el caso del turismo no hay vuelta de hoja. Se han firmado convenios, contratos y asumido compromisos de tipo comercial y turístico. Sobre esta materia, es preciso apuntar que hay muchas promesas y posibilidades de crecer con los chinos, pero también muchos diques que impedirán esas pretensiones. Se ha dicho que a México podrían venir varios miles de turistas por año y es innegable que hay un crecimiento pujante de 38.8% en la llegada de visitantes de esa nación al país, pero eso obedece a que históricamente las cuentas o cifras en ese rubro eran bajas, muy bajas, y al hacer lo comparativos, pues se tornar altas muy altas. En el marco de la última visita de Estado del presidente Peña Nieto a la República Popular China, la secretaria Ruiz Massieu firmó un Programa Específico de Cooperación 2015-2016 con la Administración Nacional de Turismo de China, a través de su presidente, Li Jinzao. Sin embargo, las posibilidades son menos promisorias de lo que se cree, porque en México no se podría atender a miles de turistas chinos como se cree. No hay restaurantes especializados para su dieta. Los chinos no comen chicharrón, ni carnitas, ni quedadillas, ni enchiladas, ni chilaquiles. Tampoco hay hoteles para atenderlos adecuadamente. Los paseantes chinos no duermen en camas como las que tienen los hoteles actuales. Mucho menos tenemos agentes de viaje que hablen mandarín y los lleven a las pirámides de Teotihuacán o acaso a Xochimilco y les expliquen su historia, costumbres y tradiciones. Me atrevo a decir que pocos touroperadores podrían mover unos 30 o 40 visitantes por mes con las condiciones que estos quieren. Ojala me equivoque, porque de otro modo, los visitantes asiáticos sólo se quedarán mirando, a menos que viajen desde Beijing con su intérprete o lleguen con sus familias ya instaladas en suelo azteca. La capacitación es la otra estrategia que se debe poner en marcha.
EL DATO: 2015 FUE DECLARADO como el Año del Turismo de México en China.
NO HAY DUDA que el sector turístico es de los más dinámicos en este año, pues el último reporte de la OTTI del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, casi 5 millones de turistas de ese país vinieron a nuestra nación en los primeros ocho meses de 2014. La cifra de estadounidenses que se dirigieron a México aumentó 14.5% y la participación del país en el mercado de turismo emisor por vía aérea de Estados Unidos alcanzó 17.1%.
COMO DECIA RAPHAEL, el divo de Linares, digan lo que digan los demás, lo cierto es que hay mucha presión para que México adopte una política de cielos abiertos en un tiempo razonable, que no pase de este sexenio. Ello, no obstante lo que dijo en sentido contrario el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, pues de cualquier modo ya nadie le cree al funcionario del actual gobierno, después de lo que pasó con la licitación ganada por la empresa China Railway para construir el tren rápido a Querétaro.
@AlejandraBernal
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(*) Periodista