La solidaridad popular a la cabeza del rescate
*La autoridad es desechable. La ciudadanía ejemplo de eficiencia y dignidad
Por Luis Repper Jaramillo*
El sismo del 19 de septiembre de 2017, además de impacto social, descubrió la bajeza, los intereses personales, políticos, partidistas, la avaricia de los grupos de poder y su deslealtad hacia quienes dicen “representar”
Si no hubiese sido por la madre naturaleza que nos hizo una mala jugada, esta secta, caterva de malvivientes, con dinero ajeno (prerrogativas) se hubiesen –como siempre- servido con la cuchara grande y robado más de 25 mil millones de pesos, repartidos entre políticos, partidos, el INE, sus apéndices locales, el TEPJF, sus oficinas estatales, ciertos medios de comunicación afines al Sistema, y desde luego, los más pillos: los candidatos a cargos de elección popular, desde el presidencial, a gobernador, diputados, senadores, jefatura de gobierno de la CDMX, diputados locales (entre ellos a la VIII ALDF) y sus corifeos.
Pero, sin proponérselo, el movimiento telúrico desenmascaró el juego perverso de la clase política (que no merecemos… pero padecemos) encabezada por los Diputados de la LXIII Legislatura, en San Lázaro, quienes habrían aprobado el presupuesto para el proceso electoral de 2018, por más de 25 mil millones de pesos y el INE (que encabeza el truhán Lorenzo Córdova Vianello), quienes ya se frotaban las manos ante jugoso tesoro que repartirían, como cité, entre la caterva de delincuentes políticos.
Pero el temblor del 7 de septiembre fue el principio del fin para este sector de hurtadores del erario público (aunque algunos de mis detractores/colegas sostienen que sólo es el 1 por ciento del PIB) que usufructúan sin dar resultados positivos para más de 120 millones de mexicanos, pero sí, para el primer círculo de la Cueva de Ali Baba, desde Los Pinos hasta los partidos políticos y sus testaferros.
El eje rector de la inconformidad popular sobre el millonario presupuesto electoral fue Oaxaca, Chiapas (aquel fatídico 7 de septiembre) y Guerrero días después por las inundaciones que dañaron a millones de guerrerenses, pues mientras los damnificados de las tres entidades padecían la fuerza feroz de la naturaleza, la caterva política se lamía los bigotes maquinando cómo repartirían el botín.
Fue tal la avaricia, que horas después de las desgracias, entre escombros, cascajo, casas derribadas, muertes y desolación, en la costa guerrerense tenían literalmente el “agua hasta el cuello”, el infumable Córdova Vianello, respondía a Andrés Manuel López Obrador (dueño de Morena, quien se pronunció por otorgar más de 100 millones de pesos de sus prerrogativas para 2018, a la reconstrucción y mitigación de la desgracia natural en Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Guerrero); que era imposible que ese recurso se desviara a otros rubros que no fuera electoral. Sostenía que la Constitución lo imposibilitaba.
Palabras más, palabras menos, el indeseable Consejero Presidente del INE (elefante blanco), argumentaba, en referencia a López Obrador “difícilmente se podría desviar recursos presupuestarios de los partidos a los damnificados… porque se trata de dinero etiquetado”.
Ante tan aberrante declaración, que llevaba etiqueta politiquera contra el tabasqueño, la sociedad, los mexicanos a través de las redes sociales, sin convocatoria, motu propio, inició una intensa campaña en contra del INE, los partidos políticos, el gobierno priista de Peña Nieto y todo lo que huele a campañas y candidatos, exigiendo -porque el poder reside en el pueblo y no en los políticos- que TODO el dinero de 2017 y 2018 autorizado para el proceso electoral federal, sea quitado, que lo devuelvan los partidos para la reconstrucción y minimización de los daños causados por ambos sismos y los torrenciales aguaceros en los estados de Veracruz, Tabasco, Guerrero y por el movimiento de tierra en la CDMX, Oaxaca, Chipas, Morelos, Estado de México y Puebla.
Ante tal decisión popular, al incalificable Lorenzo Córdova, no le quedó de otra que recular a su postura… y de manera milagrosa, después de leer la Ley Electoral, la propia Constitución, la remoción de su conciencia y la presión social aceptó que “sí existen mecanismos legales para desviar una partida del presupuesto de los partidos políticos hacia las personas que resultaron damnificadas por los sismos”… ¡No que no, tronabas pistolita!
Medio curándose en salud, insistió que tenían autorización los hampones partidos políticos a “renunciar” a cierto porcentaje de sus prerrogativas para tal fin… Pero los mexicanos no nos conformamos con “cierto porcentaje” y la lucha mediática por el 100 por ciento del presupuesto (más de 13 mil millones de pesos) ha sido parcialmente ganada.
Al ver esta oportunidad para reivindicarse y pretender “salvar” el fallido gobierno de Enrique Peña Nieto, su partido, el PRI lanza a los cuatro vientos que renuncia al resto del presupuesto electoral para 2017, que asciende a 258 millones de pesos. Pero el pueblo no se conformó, siguió dando la batalla electrónica y no le quedó de otra a los priistas que destinarán TODO el presupuesto de 2018, superior a los 547 millones de pesos, a los damnificados.
Como si hubiesen realizado el acto humanitario más grande de su historia, los priistas se placean mediáticamente presumiendo su decisión. Pero ellos y quienes devolverán dinero público, olvidan que no fue su decisión, sino el clamor popular, y que ese recurso honesto, que ellos prostituyen, no es suyo, sino de las aportaciones que a los mexicanos nos quita (contra nuestra voluntad) la SHCP a través de su garrote y cachiporra el SAT, por lo que el PAN, PRD, PRI, Morena, PVEM, MC, PT, Panal, PES no tienen otra opción que regresar lo que no les pertenece.
Ya durante muchas generaciones estas mafias políticas han usufructuado dinero de los mexicanos sin que comprueben con documentos, facturas, cómo despilfarraron nuestro dinero.
Fue a regañadientes como esta caterva accedió a regresarlo, si por ellos fuera, ni ruido hubiesen hecho. Se quedarían con estas cifras que el “elefante blanco” “bondadosamente” les ministra para sus campañas electorales.
Así que, entérese cuánto dinero tiene cada partido para sus gastos en 2018, mismo que deberá reponer al erario. No todos aceptaron restituir el 100%, pero es importante que los mexicanos sepan los montos que indebidamente les asignaron. Todo es en millones de pesos: PAN, 413 959 mil, PRI 547 448, PRD 248 099; PT 118 422, PVEM 184 250, MC 170 792, PANAL 132 257, MORENA 207 457 y PES 125 479 mil pesos.
Como decía al inicio de esta entrega, los sismos y los aguaceros desvistieron la realidad política de México, ya lo padecíamos, y hoy lo confirmamos. Si por ellos hubiera sido nada hubiesen devuelto, porque la SOLIDARIDAD que hoy muestra la ciudadanía no es correspondida por la boñiga llamada partidos políticos y sus corifeos. De ellos debió salir la iniciativa de renunciar a las prerrogativas… no fue así. Reaccionaron ante la fúrica exigencia de la sociedad en Redes Sociales, medios de comunicación decentes (no la televisión, algunos diarios “nacionales” y ciertos noticiarios de radio) sólo demostraron su avaricia, desinterés, indiferencia, “valemadrismo”, corrupción y abandono de la gente que a través del voto los llevó al poder.
México es huérfano de una digna representación legislativa; a la ciudadanía nadie la representa en San Lázaro, en el Senado, en la ALDF, en los Congresos Locales, quienes llegaron ahí siempre han velado por sus intereses personales, partidistas, tribales, grupales, no es nuevo. Lamentablemente ante las tragedias sufridas siguen pasivos, indiferentes, desinteresados y esto cansa, lleva al hartazgo, a la reacción popular, situación que hasta ahora no han medido los tres niveles de gobierno, federal, locales y municipales. No tienen Plan “B” y de un momento a otro esto estallará.
Quedó demostrado y evidenciado que ante los impactos naturales quien actuó de inmediato fue la población, los voluntarios, rescatistas, vecinos, familiares y hasta desconocidos, de manera desorganizada, sí, pero sin sus acciones el número de muertes hubiese sido superior.
Pasadas varias horas reaccionan las autoridades también sin plan, ni organización… ya la ciudadanía había salvado decenas de vida. Tal cual sucedería aquel 19 de septiembre de 1985, cuando se dio cuenta Miguel de la Madrid Hurtado, su autoridad había sido rebasada por los habitantes del DF.
Hoy, Peña Nieto perdió la oportunidad de oro de reivindicar su fallida administración, no supo, no sabe o no puede. La desconfianza e incredulidad son el estigma de su sexenio… Ni modo.
Ni idea tiene que la ciudadanía en casos de desastres es SOLIDARIA mientras no se inmiscuyan las autoridades, sólo recordemos el ridículo que hicieron mandos de la Marina, Armada de México y Televisa al inventar un mito entre los escombros, Frida Sofía, mentira que llevó rating a la televisora, perdiendo la endeble credibilidad que aún tenía. Ambos jugaron a la popularidad y desilusionaron (por mentirosos) a un país y al extranjero.
Pero el tema eran los partidos y el INE, ambos quedaron igual que el ejemplo anterior: insensibles, indiferentes, corruptos e inmorales, pues especularon con dinero que no es suyo, y de manera digna la ciudadanía lo recuperó en favor de damnificados.
Esto mostró que cuando el pueblo se une y solidariza en bien común, los políticos y gobernantes estorban, son removibles, están de más.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)