CARTAS DESDE CHICAGO
REPUDIO A DONALD TRUMP Y LORENZO CORDOVA
Rogelio Faz
Se supone que en una democracia justa y real, deben de funcionar las políticas públicas, de lo contrario no hay tal democracia así se pregone a los cuatro vientos los avances. Los responsables de esto deben ser quienes están al frente de las instituciones.
Durante los últimos meses tanto en Estados Unidos como en México, han surgido situaciones que ponen a prueba la democracia debido a retoricas ofensivas y abusos de poder, por parte de los mismos representantes electos y servidores públicos.
EU que presume ser una democracia y tener un proceso electoral legítimo -y no tan limpio- alguien puede llegar a la presidencia a base de agravios y amenazas. Sin embargo, aun con la autoridad que se les concede no se justifican las agresiones ni los insultos.
En el caso de Donald Trump que se le acusa de ser un anti inmigrante, estas podrían ser justificables en lo que corresponde al orden social, sin embargo, como van acompañados de agravios, se descalifica. Y de llevar aparentemente una intención de control demográfico basada en la identidad cultural y racial. Que se interpreta como discriminación aunque no lo reconozca abiertamente.
Pero si estos argumentos fueran dirigidas a la comunidad afroamericana de EU, sus días en el puesto estarían contados.
Aunque los inmigrantes en EU somos un factor de debate. Nadie pone en duda que siendo ciudadanos estadounidenses nacidos en el extranjero, podemos hacer valer nuestros derechos y participar en procesos electorales.
En contraste con México, donde lo racial y la condición social siguen siendo un factor de discriminación aceptable para funcionarios y sociedad en general, que tiene efecto directo con la democracia, como son en los procesos electorales. Sinónimo de justicia social.
El mejor ejemplo de esa disfuncionalidad en México, entre el propósito de las instituciones y sus representantes, es Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, INE. Un fiasco para el proceso democrático con costo social y económico, tras la negativa de implementar el voto electrónico para los mexicanos en el extranjero para el 2018. Cuando hubo todo el tiempo, dinero y la tecnología para garantizar procesos transparentes y seguros.
El no facilitar el acceso a uno sectores sociales que otorga la constitución, como son los migrantes en el extranjero a un proceso electoral, es negar un derecho, y un fracaso. No hay argumentos que valgan.
No solo es el fracaso de la institución, también está la actitud discriminatoria, racista y clasista de Lorenzo Córdova. Elementos que lo descalifican para esa tarea.
Es de todos sabido su desprecio hacia las clases sociales consideradas bajas para él, sobre todo con los indígenas. Como quedó demostrado durante una grabación telefónica en abril del 2015, cuando se le escucha hablar despectivamente de los indígenas.
Córdova es el típico ‘mirrey’ en un puesto público. Si esto se lo hiciera a la comunidad negra de EU no tendría los días contados; sino segundos. Pero no, en México todo es aceptable porque el señorito tiene la tolerancia del sistema: gobierno y sociedad. Que todo corrompe y todo tolera.
Hoy día, a casi dos años después de “entrometernos” en su conversación privada, sigue en su puesto con un agravio más a la democracia. Que de seguro fue motivo de otra conversación privada al refiriese a los paisanos diciendo: hablamos con esos paisas chichimecas y nos “dejeron iio star in otro lado, iio dicir tuyu, iio votar o ai don’ uant yu”.
Debido a su incapacidad para cumplir su tarea, por racista y discriminador, deberá de presentar su renunciar y México exigírsela, eso sí queda un poquito de vergüenza y dignidad, antes de repudiar las posturas de Trump hacia los inmigrantes.
Ya hay organizaciones mexicanas en EU que exigen la renuncia de Lorenzo Córdova como la encabezada por Carlos Arango de Casa Aztlán en Chicago.