SE COMENTA SOLO CON…
UN TORBELLINO
CARLOS RAMOS PADILLA
No hay duda, Trump inició su mandato incluso antes de ganar las elecciones. Su anterior mandato le dio la oportunidad de evaluar, medir, establecer y programar.
Sabía ya cómo. Las reuniones previas en su residencia fueron para afinar detalles y redoblar sus decisiones. Va en contra de las normas y de lo establecido, es su forma de desafiar. Juramento al cargo de presidente sin colocar la mano izquierda en la biblia. Escucho el himno nacional con un saludo militar.
Invitó a la ceremonia protocolaria a quien su gana le dio. Y ya sabía cómo actuar en geopolítica. Cambiar el nombre al Golfo de México para dar identidad a su plataforma continental, llegar a Davos a imponer condiciones, iniciar deportaciones masivas, controlar a personajes como Petro y va por Maduro, calificar a los narcos como terroristas, apretar con los aranceles e incidir en el equilibrio comercial con China.
Se dice fácil pero está operando, está ejecutando. Y tiene la mira puesta en Ucrania y en Nicaragua y parte sustantiva en Cuba. De comprobarse que López Obrador ya se encuentra en la isla lo convierte en un personaje altamente vulnerable.
Trump es una tempestad, un torbellino, diría un tsunami y quienes ganarán serán sus aliados, los que favorezcan sus políticas con rostro de aplicar la fuerza de la ley sin consideración a los que atenten contra un sano equilibrio. Nadie en el mundo tendrá la temeridad y osadía como Maduro de decir que por donde osaba Bush olía a azufre (haciendo referencia al diablo). Saben que las burlas baratas no encajan en el carácter de Trump que en su biografía suma la de empresario, negociador, político, emprendedor, magnate y dos veces presidente de la nación más poderosa.
Una información, ésta, que le debe de quedar muy clara a aquellos que dominan a sus pueblos a través de la ignorancia y esclavitud.