Columna: El rincón del giróvago
FALLECE EL INGENIERO DE LO ONÍRICO Y LO PERTURBADOR
/Por.José Alejandro Gamboa/
El cineasta David Lynch, fallecido el 16 de enero de 2025 a los 78 años, nos deja un legado que trasciende la pantalla y se adentra en el inconsciente colectivo. Su cine no solo desdibujó los límites entre la realidad y la pesadilla, sino que también redefinió la manera en que entendemos la narrativa cinematográfica.
Desde sus primeros trabajos hasta sus producciones más recientes, Lynch fue un creador singular, un maestro del simbolismo y el absurdo, un alquimista de la imagen y el sonido.
Su carrera comenzó con Eraserhead (1977), una obra de terror surrealista que se convirtió en un clásico de culto gracias a su atmósfera opresiva y su inquietante diseño sonoro. Esta película, filmada a lo largo de varios años, ya mostraba las obsesiones de Lynch: la paternidad, la deformidad, la alienación y el miedo a lo desconocido. En muchos sentidos, es la piedra angular de su filmografía, una carta de presentación a un universo que desafiaría las convenciones del cine convencional.
Con The Elephant Man (1980), Lynch demostró que podía moverse entre el cine de autor y el cine comercial sin perder su esencia. La historia real de Joseph Merrick, un hombre con severas deformidades físicas en la Inglaterra victoriana, fue llevada a la pantalla con una sensibilidad conmovedora. La película recibió ocho nominaciones al Óscar y consolidó a Lynch en la industria de Hollywood. Sin embargo, este éxito lo llevaría a uno de los momentos más oscuros de su carrera: la adaptación de Dune (1984).
Dune fue un fracaso tanto en taquilla como en crítica. Basada en la novela de Frank Herbert, la película sufrió una producción caótica y la intromisión de los estudios, lo que resultó en un producto final que Lynch nunca consideró suyo. Aunque algunos la han reivindicado con el tiempo, el director renegó de la cinta y evitó hablar de ella durante años. Este tropiezo lo llevó a volver a un cine más personal con Blue Velvet (1986), una de sus obras más aclamadas.
Esta película es un viaje inquietante al lado oscuro del sueño americano. La historia de un joven que descubre una oreja humana en un campo y se ve envuelto en un mundo de crimen, sadismo y deseo, es una de las obras más influyentes del cine moderno. Con esta película, nuestro autor consolidó su estética y narrativa: la combinación de lo idílico con lo siniestro, la presencia de personajes enigmáticos y la exploración de los rincones más oscuros de la psique humana.
En 1990, revolucionó la televisión con Twin Peaks, una serie que mezclaba el thriller policial con lo sobrenatural y lo absurdo. La pregunta “¿Quién mató a Laura Palmer?” se convirtió en un fenómeno de la cultura pop. Sin embargo, las presiones de la cadena ABC llevaron a una resolución apresurada del misterio, lo que afectó la calidad de la serie en su segunda temporada. No obstante, en 2017, Lynch regresó con Twin Peaks: The Return, una temporada que desafió todas las expectativas y demostró que su genio seguía intacto.
Uno de los puntos culminantes de su carrera llegó en 2001 con Mulholland Drive, una película que muchos consideran su obra maestra. Originalmente concebida como un piloto de televisión, la historia de una aspirante a actriz que se ve atrapada en un laberinto de ilusiones y dobles identidades se transformó en un viaje alucinante que explora la fragilidad de la realidad. Ha sido votada en múltiples ocasiones como la mejor película del siglo XXI y sigue siendo objeto de análisis e interpretación.
Lynch continuó experimentando con el lenguaje cinematográfico en Inland Empire (2006), una obra densa y abstracta que llevó al extremo su obsesión por el cine como un estado mental más que como una narración convencional. Filmada en video digital con una estructura fragmentada, esta película se convirtió en una de sus creaciones más desafiantes, rechazando cualquier lógica tradicional y sumergiendo al espectador en un flujo de imágenes oníricas.
A lo largo de su carrera, Lynch despertó tanto admiración como desconcierto. Algunos críticos, como Roger Ebert, fueron inicialmente duros con su cine, describiendo Blue Velvet como una película que “explota la violencia de manera perturbadora”. Sin embargo, con el tiempo, la mayoría de los expertos reconocieron su grandeza.
En 2017, la revista Cahiers du Cinéma lo colocó entre los cineastas más importantes de la historia.
Más allá de la crítica académica, Lynch también tuvo un impacto masivo en otros cineastas. Directores como Denis Villeneuve, Nicolas Winding Refn y David Fincher han reconocido su influencia. Su uso del sonido, su tratamiento del espacio y su manera de abordar el subconsciente han permeado generaciones de creadores.
David Lynch no solo fue un cineasta, sino un artista total. Pintor, músico, fotógrafo y escritor, su obra trasciende las pantallas y se adentra en la textura de la cultura contemporánea. Su exploración del miedo, la identidad y lo inexplicable seguirá resonando en el cine, la televisión y el arte en general.
Lynch nunca buscó respuestas, solo preguntas. Y tal vez esa sea su mayor aporte: obligarnos a mirar más allá de lo visible, a adentrarnos en lo desconocido y a aceptar que la realidad, como el cine, es solo una ilusión.
Con información de:
Reuters – «Twin Peaks» creator and filmmaker David Lynch dies at 78
Vogue – Filmmaker and Artist David Lynch Is Dead at 78
El País – Cellophane Memories de David Lynch & Chrystabell: una sonora luz se cuela entre las ramas
Wikipedia (en inglés y español) – David Lynch
Entre otras.