Confesiones de un alcohólico
Mi pareja me llevó al alcoholismo
Por Esteban Durán
Nos vamos ahora hasta el municipio de Naucalpan, ubicado al poniente del Estado de México, donde Olga nos comparte su testimonio sobre este flagelo que es el alcoholismo.
Primer contacto con el alcohol y efectos
“Mi primer contacto con el alcohol, más que nada, fue al tener una pareja mayor que yo, en ese tiempo tenía 15 años y él 28, quien desde un principio me llevó a las garras del alcohol”, suelta de inmediato ante la primera pregunta.
Sobre los efecto que tuvo en ella el alcohol, nos dice: “uno de los efectos que recuerdo, es que al principio me fue ayudando a olvidar una infidelidad, de la que estaba sufriendo, era como un refugio”.
¿Qué le decían sus padres al ver su manera de beber?
En cuanto a la reacción de sus padres por su temprana afición a la bebida, Olga expresó que no pasó a mayores, pues su padre también padecía de alcoholismo, quien finalmente falleció de cirrosis y en cuanto a su madre no dice que murió cuando ella apenas tenía cinco años: “mi padre no sabía qué hacer, se quedó con cinco hijos y no sabía qué hacer conmigo.
Recuerdo que fue tanto mi alcoholismo que en una ocasión la fue a recoger a una cuneta, porque había bebido demasiado, ya no me pude levantar y ahí me quedé”.
Efectos y consecuencias la escuela o trabajo
Debido a su modo de beber, Olga dejó sus estudios y obviamente también tuvo problemas en los diversos trabajos que tuvo. Con el paso del tiempo tuvo a sus hijos, por lo que para sobrevivir abrió un negocio, lamentablemente su alcoholismo no le permitió abrirse camino y perdió todo: “Perdí todo, me endeudé, no tenía salida alguna, ni los recursos suficientes para mantener a mis hijos, ya bebía demasiado”, no confiesa.
“Querían embargarme, pedí prestado por aquí y por allá era, tan desesperante eso, prácticamente fueron esas las consecuencias de mi alcoholismo. Deber hasta 100 mil pesos, afortunadamente ya ahorita, casi los termino de pagar”, dice con gran alivio.
¿Cómo llegó a AA?
Ya en el clímax de su problema, Olga nos comenta que su pareja falleció durante un asalto, por lo que se quedó sola al frente de sus hijos, lo que le permite llegar a un grupo de AA.
Agrega que debido a que en ese tiempo estaba embrazada, no probó ni un sola gota de alcohol durante la gestación de su hijo, sin embargo, al dar a luz le vino un sentimiento de frustración debido a la desesperación de no saber cómo mantenerlo, pues se encontraba sin trabajo; lo que fue el detonante para bebe de nueva cuenta, el alcohol era de cierta manera una anestesia para no sentir”.
Con un dejo de tristeza nos platica: “No tenía nada que darle a mis hijos, el estar comiendo arroz y frijoles todos los días, para mí era frustrante. Tuve que recolectar cartón y plástico para venderlos y de esta manera pudieran asistir a la escuela”.
Olga nos comenta que la frustración le llevó de nueva cuenta a tener contacto con el alcohol, pue de no supo controlar sus emociones: “hubo un gran trauma con mis hijos, porque empezaron los golpes, las humillaciones, los rechazos y muchas otras cosas que trae el alcoholismo”.
Y continúa con su testimonio: “Todo esto fue cuando tenía 35 años, perdí a mis hijos, me los quitó mi hermano porque ya eran muchos los golpes, un gran maltratos hacia ellos, el dinero no alcanzaba, la frustración era más grande, mi familia me quería llevar con un psiquiatra”.
Nuestra entrevistada recuerda que en ese tiempo estaba muy desesperada, deseaba acabar con su vida, pues sentía que sus hijos estarían mejor sin ella y que sería preferible morir atropellada, por lo que pensó arrojarse al paso de los automóviles, eran tanto sus emociones encontradas que con su muerte acabaría todo.
Agrega que esa noche deambulaba por las calles cuando vio una pequeña luz encendida: “algo ocurrió en mi que entré en esa habitación, apenas iluminada por un pequeño foco, a partir de ese momento me sentí arropada en la agrupación, me dieron el tiempo de pasar a tribuna y desde ahí me quedé”.
¿Cómo le cambió la vida AA?
Ya con más ánimos Olga, nos dice que desde que ingresó al Grupo de Alcohólicos Anónimos, la vida le cambió considerablemente y nos dice: “era una mujer insegura, sin amor propio que siempre se vendía al primer postor, no era ni siquiera por dinero, sino por esa compañía que necesitaba, por la soledad que sentía y ahí me enseñaron realmente el amor propio, el amor hacia mi persona, me enseñaron perder esa inseguridad tan grande que sentía, que no valía para nada, me regresaron esa parte de tomar decisiones, de saber que valgo, de tener carácter, de volver a empezar con mis hijos y aunque mi hija me odiaba y se juntó muy chica, ahora trato de no criticarla, sino de darle consejos y pienso seguirla apoyando”.
Con más soltura y alivio dice que su hija ya no le odia como antes, ya tiene 18 años y agregó que con sus otros hijos también ha tenido contacto, que era lo que más deseaba.
Con gran orgullo señala: “Tengo un pequeño negocio, una cocina en la cual trabajo y de ahí saco para darle de comer a mis hijos, a los dos pequeñitos que tengo de 11 y 14 años, que son los que me quedan.
No ha sido fácil, ha habido caídas, ha habido muchos te odio, de mis hijos cuando recién empecé en la agrupación, pero gracias a Dios estoy bien, mis hijos también y he logrado mucho, ver la sonrisa de mis niños no se paga con nada”.
Finalmente, expresó que se queda con esas lecciones de amor que su padre le dio para ella también dárselas a sus hijos, que aunque reconoce que le ha costado bastante, pero a base de ir a las juntas, a los servicios, todo eso le ha llevado a tener carácter primero y segundo tratar de tener disciplina.
“Hay muchas mujeres que no sabemos cómo salir del alcoholismo y quiero apoyar a tanta mujer que sufre lo mismo que yo”, remató.
Alcohólicos Anónimos, Sección México, ofrece una Alternativa de Solución para quien sufre la enfermedad del alcoholismo.
Servicios totalmente gratuitos
Teléfonos: 5557055802 / 8005613368