Juego, Set y Partido
Dinamarca regresó al equipo mexicano de Copa Davis a su realidad y tendrá que luchar por salir del Grupo Mundial II; Lo rescatable, el triunfo de Rodrigo Pacheco
POR MAURO FLORES
El equipo danés de Copa Davis regresó a la realidad al equipo mexicano y frustró el festejo de los nuestros por el centenario en la Copa Davis.
El equipo tricolor cayó el pasado fin de semana, 3 y 4 de febrero, por 1-3 ante Dinamarca, dentro de los playoffs del Grupo Mundial I de la Copa Davis y nos regresó al Grupo Mundial II, en serie realizada, en cancha de arcilla, del Club Hacienda San Javier, en Zapopan, Jalisco, que no tuvo la entrada que esperaba.
El danés Elmer Moeller, 362 en el ranking mundial de la ATP, comenzó la embestida rojiblanca, quien se impuso a la mejor carta mexicana, Ernesto Escobedo (493), por parciales de 5-7, 6-2, 6-2. Rodrigo Pacheco (696) elevó las aspiraciones de México al superar 7-6 (5), 6-7 (2), 6-3 a August Holmgren (292), en un gran triunfo del joven yucateco, quien este año se integra al circuito profesional y, sin duda, es la esperanza del tenis mexicano.
Cuando todos esperábamos que, en dobles, se pusiera el ingrediente de presión para los nórdicos, pues la gran mayoría daba por seguro el triunfo, la dupla de August Holmgren (329 en dobles) y Johannes Ingildsen (250), dio el campanazo y venció a Miguel Ángel Reyes Varela (73) y Hans Hach (174).
Finalmente, August Holmgren concedió la victoria a los europeos, al superar por 6-4, 6-4 a Ernesto Escobedo. Por lo que el quinto punto, el duelo entre Rodrigo Pacheco y Elmer Moeller ya no fue necesario.
Además de México, las naciones que competirán en el Grupo Mundial II, cuyos encuentros serán definidos este jueves, son: Barbados, Bulgaria, Bolivia, República Popular China, Ecuador, El Salvador, Georgia, Hong Kong China, Irlanda, Letonia, Líbano, Luxemburgo, Mónaco, Marruecos, Nueva Zelanda, Pakistán, Rumania, Sudáfrica, Togo, Túnez, Uruguay, Uzbekistán más el ganador de la eliminatoria aplazada entre Irán y Estonia.
Aunque México fue marcado como favorito, en una serie inédita, por su localía, elección de superficie y por el respaldo de su público, la realidad es que Dinamarca, que no vino con su estrella Holger Rune, número 7 del mundo, regresó a nuestro equipo al lugar que le corresponde.
Lo rescatable fue el triunfo de Rodrigo Pacheco, quien se impuso a un rival que está 398 lugares arriba del yucateco en el ranking mundial, y que nos hace albergar esperanzas que la gran carrera que tuvo como juvenil se proyecte en el campo profesional, vaya que lo necesita el tenis mexicano.
La gran decepción fue, sin duda, la derrota en dobles, ya que Miguel Ángel Reyes Varela y Hans Hach, lucían como indiscutibles favoritos, es más, para la inmensa mayoría, se daba por descontada la victoria en esta modalidad.
La responsabilidad, a nuestro juicio, no es del capitán Leonardo Lavalle, quien contó con lo mejor que tiene actualmente el tenis mexicano, tampoco es de los jugadores, pues siempre van contra reloj y se sabe que, otra vez, tuvieron problemas para arreglarse en materia de ganancias.
Son dos abrumadoras realidades, es la ubicación del tenis mexicano en el mundo y la apatía de los dirigentes del deporte blanco en nuestro país, siempre más empeñados en buscar lugares de privilegio que preocupados por impulsar al tenis de nuestro país. Podríamos hablar de falta de programas y proyectos, pero, tristemente, desde hace más de tres décadas, seguimos padeciendo de esa indolencia de los “dirigentes”.
Aunque teníamos la aspiración que el equipo mexicano pudiera pelear en septiembre por el pase a los qualifiers para buscar el pase al Grupo Mundial, lo cierto es que el equipo nacional tendrá que pelear por salir del Grupo Mundial II.
DE ROMPE Y RASGA: la dirigencia del tenis mexicano sigue quedando en evidencia. Zapopan y la Copa Davis fue el escenario para que el actual dizque “presidente” presentara a quien hará toda la logística para su reelección, este año, que es ni nada menos que uno de los anteriores “expresidentes” de la FMT, no apuestes… adivinaste. El ridículo en su máxima expresión, aunque su “mercachifles” trate de exaltarlos en todo momento… ¡A seguir cobrando! ¡¡SEGUIMOS PISANDO FUERTE!!
