ENTRESEMANA
¿Andrés Manuel I y Adán se pasan de rosca?
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
O lo que es lo mismo: ¿de qué privilegios goza el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, para condicionar reunirse con diputados y responder a la prensa?
Su Alteza Serenísima evita que el general secretario hable, amén de que Adán Augusto López Hernández asume el papel de vocero oficioso del divisionario y de la propia Secretaría de la Defensa Nacional¡
Muy acorde con el dicharacho de Ricardo Sheffield: ¡Se pasan de rosca! ¿A poco no?
Veamos. Andrés Manuel I y el secretario de Gobernación se han enfrentado a periodistas de verdad, no a los mercenarios que cada semana reciben el guion de la mañanera junto con las indicaciones de cómo y cuándo deben sembrar las preguntas al licenciado presidente.
En dos días al hilo, Su Alteza Serenísima se encontró con preguntas incómodas, de las que le encabronan. Y Chucho Ramírez, el escritor, cineasta y periodista y vocero presidencial lo sabe.
¡Recáspita, Batman!
Primero. El martes pasado, 18 de octubre de 2022, el colega Arturo Cerda, reportero de El Financiero Bloomberg, le preguntó de qué privilegios goza el secretario de la Defensa Nacional para no acudir a reunirse con diputados en el Palacio Legislativo de San Lázaro,
Y, ayer, miércoles 19 de octubre de 2022, en la gira por Tamaulipas, en Ciudad Victoria la colega Sara Pablo, reportera de Radio Fórmula, pidió que el general Sandoval González comentara cómo fue que pasó lo del hackeo a la Sedena por el grupo Guacamaya.
Pero el licenciado presidente evitó que hablara el divisionario.
¿A qué le teme Su Alteza Serenísima? Lea usted la pregunta de Sara Pablo.
–Presidente, y otro tema, sin afán de confrontar, sino más bien de que se hable del asunto este del hackeo que hubo de este grupo Guacamaya, aprovechando que está aquí en general (secretario de la Defensa Nacional), no sé si nos pudiera comentar pues cómo fue que pasó.
También, ¿qué se ha hecho con esta información? Han surgido pues una cantidad innumerable de cables. Si toda esta información es verdad.
¿Qué se hace también?, porque se ha vinculado a algunos funcionarios, sobre todo locales, se habla de que tiene nexos con el crimen.
¿La Sedena qué hacía con este tipo de información? Si se les pasaba a los procuradores, si se abrían carpetas de investigación.
No sé si nos pudiera dar un comentario—planteó la colega de Radio Fórmula.
Y el licenciado presidente salió al paso, con sus datos. Evitó que hablara el general secretario, aunque éste y la licenciada Rosa Icela intercambiaron pícaras sonrisas.
—Pues es que quisieran que les ayudáramos hacer el caldo gordo tratando el tema, que fue un rotundo fracaso. ¿Se acuerdan…?—refirió Su Alteza Serenísima
—¿El hackeo?—inquirió Sara Pablo.
—Sí, en general. Cómo lo anunció —a lo mejor hasta lo tienes por ahí— Loret de Mola, casi era el derrumbe de nuestro gobierno. A lo mejor lo tienes. Y fue como El parto de los montes.
Entonces, como seguramente les costó mucho, imagínense cuántos estrategas, asesores, expertos, y salió puke (vómito) —ahí les dejo de tarea lo que significa puke, nada más Adán lo sabe— pues quisieran que siguiéramos hablando de eso.
No, que se apliquen y que busquen otro asunto, ya eso no funcionó. Porque la mañanera es un diálogo circular de comunicación de muy buen nivel, no tiene que ver con la calumnia, no tiene que ver con la guerra sucia, es el periodismo como imperativo ético, no tiene que ver con el coloquialmente conocido chayote, nada, esto es otra cosa, entonces ¿para qué nos metemos en eso?—respondió molesto Andrés Manuel I.
¿Mañanera de diálogo circular? ¿Calumnia y guerra sucia? No cabe duda que el licenciado presidente sigue peleándose con fantasmas.
Pero redondeó la negativa, a la solicitud de que hablara el general Luis Cresencio:
“Entonces, por eso, Sara, de vez en cuando vamos a contestar algo así, pero no vamos a manchar la mañanera”.
¿Manchar a la mancha? ¡Sopas!, pero bueno, dice el virrey que “ya la guacamaya se volvió zopilote”.
¡Ah!, pero un día antes, Arturo Cerda lo puso de malas y hasta provocó asumirse “periodista”.
—Presidente, y en un tema de seguridad, ayer el secretario de Gobernación explicó que el secretario de la Defensa canceló su reunión con los diputados para hablar del hackeo a los servidores de la secretaría porque le había parecido ofensiva una carta del presidente de la comisión con la que tenía esta reunión de trabajo.
¿Qué es lo que reporta el general secretario? ¿Cuál es la parte que resultó inadmisible para él para esta reunión?
Y también quiero consultarle pues de qué privilegios goza el general Sandoval para condicionar esta reunión en sus oficinas y no acudir directamente al llamado de los diputados—planteó Arturo Cerda.
Entonces, a Su Alteza Serenísima le salió lo “periodista” y, molesto, la verdad encabronado, respondió:
“Sí, pero es parte de lo mismo, es la politiquería. No le den importancia a eso, no es nota, no, no, no, no es nota. Nota es el que el peso sea la moneda menos devaluada en el mundo, eso sí es nota, lo demás son nuestros adversarios conservadores”.
Le pidieron no enojarse y repuso:
“No, no, no. No hay que enojarse, hay que estar contentos, alegres, felices. Y que ellos se serenen, que se tranquilicen, sirve la passiflorine o el té de flor de tila”.
Luego retó y se jactó:
“Y que los medios ya que le cambien, no les funciona lo que hacen, sigue sin afectarnos. No es que no me preocupe, es que no nos afecta (…)”.
Seguidamente parafraseó a don Pepe López Portillo:
“Una vez me preguntaron que por qué no contestaba yo todo. Porque pues es mucho, de veras, son muchos los aplaudidores que tienen los potentados, los conservadores, muchísimos, no hay equilibrio. Las mesas de análisis, todo, todo en contra.
“Y cómo sacan dinero de nosotros, ya es el colmo, ya me convertí en una empresa muy lucrativa para muchos, les pagan para que me peguen, pero muchísimo dinero (…)”.
Pero, bueno, qué le digo. El notario López Hernández en el papel de vocero y justificador de la 4T, se pasa de rosca junto con el franciscano y licenciado presidente. Canijos neoliberales y reporteros incómodos. Conste.
COMO ME LO PLATICARON. Resulta que la licenciada y diputada federal plurinominal priista Lorena Piñón Rivera, sostuvo que “los diputados deben venir a legislar a favor de México y no de sus negocios. Nada más falta que se hagan leyes o se veten las mismas de acuerdo a sus intereses patrimoniales. Si es así, que los diputados informen qué negocios tienen, para saber qué pueden legislar o no”.
Chévere su postura. Pero, pero…
Casualmente, hace unos días circuló en tierras veracruzanas un twitter de @VerAccion en el que se refiere que la licenciada Piñón se compró un terrenito de “4 hectáreas de casa en Cerro Gordo, Veracruz con un valor de más de 9 millones de pesos”. Y refiere que “Tiene todo el buen gusto de @alitomorenoc”. El mensaje está acompañado de fotos de una casita con alberca y construcción de lujo y la referencia de que la legisladora votó por la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. ¡Recórcholis! ¡Vaya casualidad! ¿Se curó en salud? ¿Qué negocios tiene?
¡Ah! Por cierto: en la reunión con Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, la diputada federal morenista Martha Alicia Arreola Martínez descubrió el hilo negro y dijo que una cosa es la opinión y otra la información; además aseguró que “en ningún momento se ha violentado la ley, (y el) respeto a las audiencias de las matutinas (las mañaneras)”. En serio, no se ría. ¿Cuáles mañaneras, Doña Martha Alicia? Digo.
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