RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN
“¡MIS OJOS HAN VISTO LA GLORIA!”
Por Alejandro Ruiz Robles
«EL CÍRCULO DE LA VIDA.»
“Naces, creces, te reproduces y mueres” nos lo repiten en la escuela elemental y lo vamos desarrollando y entendiendo a mayor detalle en las etapas de instrucción posteriores.
Sabemos que, por regla general, los padres quieren recibir a sus retoños con esperanza y amor para darles lo mejor de sí y con el tiempo, que ellos decidan lo mejor para sí.
Con independencia de las circunstancias que se vayan dando en el crecimiento de los niños, los padres siempre tienen el orgullo de saberse dadores de vida y oportunidades para ellos.
Conforme crecen se transforman las expresiones que se les dedican a ellos; es decir, pasan a ser de “la niña más bonita” o “mi campeón” a “no hagas esto” o “te lo dije”.
En fin, son etapas que pasan y de las cuales, cada persona podrá dar su opinión, pero lo más importante es que cada instante es una oportunidad para disfrutar y hacer de ellas un grato recuerdo.
«LOS AÑOS PASAN.»
“Niñez, Juventud, Madurez, Vejez” son palabras que se leen rápido pero que requieren una vida para entenderse a plenitud.
La ilusión que se siente al ver los primeros pasos de un niño pareciera inversamente proporcional al hastío que se muestra el ver los últimos pasos de un adulto mayor.
El júbilo se transforma en fastidio y la esperanza por expectativa, una por crear a la persona en que se convertirá y otra por despedir al ser que ya fue.
Si bien todo es paciencia y amor, la forma en que lo manifestamos se transforma. La alegría y entusiasmo con que se aplaude el empezar a andar se convierte en frustración y agobio cuando se complica el hacerlo.
El tiempo pasa, las cosas quedan y las personas se van … ¿alguna vez has pensado en ello?, ¿te has preparado?
“NI CRIMEN NI CASTIGO.”
George Bernard Shaw decía que “la juventud es una enfermedad que se cura con los años” y es cierto; toda vez que quien tiene vida sabe la riqueza que hay en sus manos … “hasta que la llama de la velita se extingue”.
La vida es un proceso natural de crecimiento y sólo quien la posee puede saber si la ha aprovechado o no.
Pareciera que la sociedad ha convertido a la crítica a otros en un deporte que recibiera alguna medalla, copa o estímulo. Basta observar que, en muchos lugares de convivencia, juzgar es un hábito y como tal, basta iniciarlo para convertirlo en adicción.
Bajo esa lógica, entendemos que a mayor edad resultan más acciones que calificar y de las cuales opinar. De tal manera que las personas longevas no solo se consternan por la pérdida de sus capacidades, sino por las críticas constantes que de ellos hacemos.
¿Estás consciente en que la manera en que ves a los adultos podrá ser similar a la que en breve te miren los jóvenes?
“RECIPROSIDAD.”
El diccionario nos muestra que se debe entender por ésta la correspondencia mutua de una persona a otra, de tal manera que, es una acción que se ejerce como una restitución, compensación o devolución de otra acción, favor o gesto igual o similar.
Si nosotros en nuestro despertar a la vida fuimos protegidos, alimentados y amados por nuestra familia, es justo que, en su ocaso, nosotros protejamos, alimentemos y amemos a quienes así lo hicieron o bien, a quien esté en nuestro cargo.
De más está entender que, el trato que demos será muy posiblemente el que recibamos; por simple lógica, entendamos que es una reacción a nuestras acciones.
Basta recordar una frase: “Hoy por ti, mañana por mí”
“LA MODA INCÓMODA.”
Siempre ha llamado mi atención que, al ir a los centros comerciales, bazares, supermercados o tiendas, encuentre grandes áreas de exhibición para productos destinados a “damas”, “niñas”, “niños”, “caballeros”, “mascotas”; sin embargo, solo encuentro pequeñas áreas para los adultos mayores. De hecho, al preguntar a los dependientes o vendedores, usualmente remiten a la gente a la zona de medicamentos.
Justificaciones hay muchas, la mayoría económicas que en pocas palabras atienden a “los viejos no consumen, no tienen dinero o no son prioridad”.
Sean o no ciertas éstas, lo importante es analizar si realmente corresponden a tu forma de ser y pensar. Está de más el cuestionar porque hemos llegado a ello, aunque seguramente hubo razones; sin embargo, es tu oportunidad, de hacer que éstas cambien y se ajusten a tu humanidad y valores.
Realmente … ¿qué concepto tienes de la vejez?
“YO … ¡AHORA Y DESPUÉS!”
En la mayoría de las charlas en que he participado, al hablar de fechas importantes para todos, siempre referimos en cuanto a eventos a la Navidad, Año Nuevo, Día del Amor y la Amistad y en cuanto a personas, al “Día de la Madre”, “Día del Niño” y “Día del Padre”; sin embargo, son pocos los que tienen conocimiento real de las celebraciones para los abuelos o adultos mayores.
Es cierto, habrá quien diga que los abuelos también son madres o padres, pero bajo esa lógica, habría que considerar que también fueron niños.
Y quizás sea un dato insignificante, pero con ello nos damos cuenta de que el envejecer no está dentro de las prioridades de la sociedad … ¡y ese es el mundo con el que pronto trataremos en ya nuestra calidad de adultos mayores!
Resulta curioso, pero como sociedad realmente hasta la aplicación de la vacuna contra el COVID hemos volteado a ver a los adultos mayores como prioridad.
Ante esas circunstancias … ¿te da gusto ser parte de este mundo como adulto mayor?
“ETERNAMENTE JOVEN.”
La vejez servirá linda para inspirar canciones películas, películas, obras de arte, etcétera, pero lo cierto es que aún nos falta como sociedad darle la atención correspondiente.
En las manos de cada uno está dar valor al trato que demos a los adultos mayores y transformar la percepción de quienes están a nuestro lado.
Dejar de verlos como “carga” o “seres ajenos o distantes al consumo o a la moda” y tomarlos en cuenta como personas que merecen nuestra atención, tiempo, respeto y amor.
La vida se agota y en la manera que actuemos con ellos y seamos ejemplos para nuestro medio, es probable que seamos tratados de la misma manera.
De nada sirve en la nostalgia de la ausencia de los adultos que participaron en nuestra vida, cantar o tararear melodías que les agradaban o hacían referencia a sus gustos, si cuando los teníamos en presencia no los considerábamos parte de nosotros.
Si bien el corazón puede ser niño o joven eternamente y en nuestras acciones siempre habrá roles de niño, joven o adulto, cada etapa tiene sus fortalezas y debilidades … ¡tengámoslo en cuenta!
“¡A PARTIR DE HOY …!”
El pasado ya paso y está en ti crear las condiciones para que en tu vejez tengas la máxima plenitud posible y las capacidades que te permitan vivir a tu manera.
Date la oportunidad de ver con lo que cuentas y procura las mayores condiciones para tu independencia presente y futura.
En la medida que tengas tú la capacidad de decidir tu vida y aún después de ésta, de disponer de tus bienes y de tus restos, será menor la posibilidad de decidir de un tercero.
Busca la oportunidad de sensibilizar a quien te rodea con palabras, acciones y emprendimientos encaminados a dar el trato digno que los adultos mayores requieren.
No hagas que tu vida sea una carga para ti o los demás … ¡Haz una Vida Digna!
A todo esto … ¿TÚ LE TEMES A LA VEJEZ?
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Posdata: Agradezco a el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales haberme Certificado para el “Diseño de cursos de formación del capital humano de manera presencial grupal, sus instrumentos de evaluación y manuales del curso”.
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