RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN
“¿MULTIVERSOS O REALIDADES”
Por Alejandro Ruiz Robles
Si hay algo que a todos nos sorprende es la manera en que podemos tomar las decisiones en nuestra vida, sean o no trascendentales.
Por regla general, tratamos de usar la razón y el corazón para comprometernos con la acción necesaria que corresponda a la ocasión, ya sea en segundos, minutos, horas o días; sin embargo, basta que nos envalentonemos para olvidarnos del ingenio y del sentimiento y actuar por mera corazonada.
Expresiones como “un, dos, tres, por mí”, “me latió” o “a la mexicana” califican perfectamente esos momentos por demás ilógicos. En consecuencia, el resultado nunca será relativo ni proporcional con el deber ser.
Y tú … ¿Eres impulsivo al decidir?
¿Y LAS NOTAS?
Sea por cuestiones de formación o de reconocimiento personal, a veces quisiéramos que un “alguien” nos diera una calificación numérica, letra o grado o cuando menos un aplauso o fanfarria, por nuestras acciones; esto podría atender a la necesidad de ser distinguidos con palabras de aliento, beneplácito o felicitación por la manera en que nos comportamos, máxime si estamos frente a una situación difícil.
Desafortunadamente, esto no necesariamente sucede y a lo mucho que llegaremos será a nuestra tranquilidad por la satisfacción alcanzada o pesadumbre porque no teníamos una mejor opción para evitar un daño o malestar.
Al final de las diversas etapas que vivimos entenderemos que somos la suma de las decisiones tomadas; en el entendido que no hacerlo, ya es en sí una decisión. En este contexto, resulta curioso que haya gente que viva evitando asumir el costo de sus decisiones, pero si exija consecuencias por el actuar de los demás.
Siendo totalmente honestos … ¿te gustaría una evaluación aprobatoria ante el resultado de los problemas que enfrentas?
¿BROMA DEL DESTINO O MAL DE OJO?
Las circunstancias se presentan, está de más decir si son de tiempo, modo o lugar, o si nosotros las hicimos o si sólo recibimos sus efectos; simplemente suceden y tenemos que estar atentas a ellas.
De más está pretender que tales circunstancias se presentan por cuestiones divinas, maléficas o alienígenas y peor aún; tratar de culpar a alguien ausente o inexistente es una mera evasión de la realidad.
Si algo nos enseña la academia es que a cada acción corresponde una reacción y por regla general, siempre existe un responsable de la primera.
Pretender culpar a Dios por utilizar un humor perverso para aderezar cada uno de nuestros días, evidencia más nuestra carencia de valores, convicciones y conocimientos que legitimarlo como responsable.
Ni hablar de los maleficios que otros supuestamente nos dirigen para generarnos problemas; seguramente, en la medida que cada uno asuma sus realidades, retos y compromisos, estará en camino de comandar su existencia.
Realmente … ¿Eres responsable de tus actos?
De pequeños, no había excusa más utilizada para deslindarnos de nuestros yerros que decir que habíamos actuado de acuerdo con indicaciones, consejos o instrucciones de un tercero; resaltando que únicamente habíamos ejecutado y no era nuestra intención o de nuestro conocimiento el afectar a alguien.
Conforme crecemos esto resulta poco creíble y más, si consideramos que con la edad viene la capacidad para tomar nuestras decisiones de manera consciente.
Si en ti está el poder de decidir; no te desgastes en excusas o evasiones … ¡Actúa conforme a lo que hay en tu corazón y mente!
No hay nada más triste que ver a una persona que se refugia en mentiras, imprecisiones, terceros o distractores para ocultar su incapacidad de decir la verdad. De hecho, si ésta se escuchara al decirlas y se condujera de manera honesta, seguramente se avergonzaría de su proceder.
“No hay voces del más allá” ni “manipulaciones que conduzcan mis movimientos”; todo está en ser sensatos y congruentes con nuestro actuar y proceder con responsabilidad.
Atendiendo lo aquí señalado … ¿aún recurres a las excusas como un medio de defenderte por tus actos?
MUNDOS PARALELOS.
Mención aparte merecen quienes manejan dimensiones desconocidas o realidades alternas; mediante las cuales imaginan toda una ficción como respuesta a su realidad. No sólo buscan en el “si hubiera” o “si fuera” una fantástica existencia o un mágico escape, sino que viven más allá y asumen que lo producido por su imaginación es verdad.
Desde luego, no dudo que el Multiverso exista y que las películas sólo nos muestran una posibilidad de ello; pero hasta en tanto no me conste comprobarlo ni tenga elementos científicos accesibles de ello, prefiero no tomarlo como oficial.
En tal contexto, sigo pensando que la realidad que vivimos es única y es la que nos toca vivir y hacer frente; es decir, la imaginación se acota a lo que se presenta y demuestra ante nuestros sentidos.
Si evitamos ver en estas posibilidades nuestro acontecer, estaremos más cerca de comprometernos con nuestro presente de cara a la construcción de nuestro futuro.
Aún ahora … ¿encuentras refugio en tu imaginación como válvula de escape?
“LOBO … ¿ESTÁS AHÍ?”
Escribió Thomas Hobbes en su obra “El Leviatán” de 1651 que “El lobo es un lobo para el hombre (homo homini lupus) al señalar que el estado natural del hombre es buscar la lucha contra su prójimo.
Tomando un poco esa idea, considero que el hombre, en principio, lucha de manera constante contra sí mismo y como ejemplo de ello, basta ver la manera como dirige o sobrevive cada día a su destino.
Ya hemos tratado la manera en que evade hacerlo a través de su imaginación, omisión, excusas o deslinde, en un contexto que da para más evasiones.
Ahora quisiera señalar el momento que la persona enfrenta su realidad al saberse que en el espejo de su vida sólo se encuentra él como responsable de su actuar y es ahí, donde encuentra la soledad, entereza y compromiso para definir su presente.
Las condiciones ya están dadas y con algunas posibles variantes, su panorama está definido; su consciencia sabe de sus fortalezas y debilidades, así como del costo de sus acciones; es decir, es la persona contra su entorno y la manera como lo afronte y asuma su resultado, será el éxito de su resolución.
El amor que existe en él, más los conocimientos, valores, virtudes y defectos están ahí, sólo corresponde equilibrar el sentir con el pensar.
Si el problema se viera como un lobo, tu optarías entre ser la presa o el cazador … ¿estás consciente de que tú decides en tu vida?
“LOS HILOS DE LA MARIONETA.”
En tu vida no hay espacio para títeres ni titiriteros … ¡tú eres el responsable de vivirla!
Quien a lo largo de tu vida te ha amado, educado y procurado ya no puede hacer más. Tus padres, maestros, amigos y compañeros de vida podrán brindarte su amor, amistad, afecto o atención … pero el resto está en ti; es decir, tú tienes la magia de amarte a ti mismo y procurar lo mejor de ti para ti y para quien amas.
Ni muñeco ni ventrílocuo … simplemente un ser humano que asume su responsabilidad de llevar su vida a la meta que se propone, compartiéndola con quien le importa y lo hace dar todo por ser una mejor versión de sí mismo.
En tu camino no hay lugar para excusas o evasivas, únicamente hay lugar a factores que le den fortaleza a tu esencia.
Tú vida es única e irrepetible, dale la seriedad que corresponde.
Usa la imaginación … pero no vivas en ella, pondera la realidad tal y como es y no necesitas matizarla ni dramatizarla … ¡sólo vívela lo mejor que puedas!
Tú eres quien conduce tu vida … ¿SERÁS UN CONDUCTOR RESPONSABLE?
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