ENTRESEMANA
Linchar al noble oficio
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Andrés Manuel, Andrés Manuel… dice Ana Elizabeth García Vilchis que “la mejor vacuna contra la mentira es informarse y contrastar los datos”. ¿Por qué no le haces caso?
Recuerda que García Vilchis es tu representante en la sección de la homilía de los miércoles “Quién es quién en las mentiras”, en la que deberías ocupar el espacio estelar porque de lunes a domingo mientes como respiras.
Y si en realidad le tienes afecto al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, entenderías y harías caso a lo que dijo este miércoles a los reporteros: “Sin ustedes no hay democracia, así de fácil”.
¡Ay!, Andrés Manuel, en la absoluta contradicción de lo que por años prometiste cumplir de llegar a la Presidencia de la República te erigiste en el dueño del poder, peor que los de antes e incluso de los dendenantes: nada se mueve sin orden tuya.
Ahí tienes a todo el gabinetazo y legisladores oficialistas alrededor tuyo –salvo honrosas excepciones, como dicen los clásicos–, serviles y faltos de decisión y voz propias.
Ahí está la doctora Claudia Sheinbaum Pardo que olvidó que es jefa de Gobierno de la capital del país y se mimetizó contigo.
Ahí están los beligerantes diputados y senadores, diputadas y senadoras que votan tus iniciativas sin quitar una coma.
Pero, pero…
Déjame y te ubico en el papel que te gusta en esta opereta que ha lastimado al país, que ha dividido a la sociedad mexicana, enfrentándola entre pueblo bueno y conservadores, éstos a los que calificas traidores de la patria porque, lo dijiste: es tiempo de definiciones y se está a favor de la (Cuarta) transformación o en contra. ¡Válgame Dios!
Eres Su Alteza Serenísima que deambula solitario en los pasillos de Palacio y rumia ausencias porque sabes que no te respetan, no, te temen. Lograste en tres años amedrentar a tus colaboradores y demostrarles fríamente que no son tus amigos y en cualquier momento los desecharás e incluso perseguirás.
Y, ¿sabes qué? Aún no conoces al gremio que has denostado desde tus campañas en busca del poder, pero con mayor énfasis desde el poder, en las mañaneras en Palacio. Pretendiste ofrecerlo como enemigo de tu gobierno y asumirlo mentiroso, difamador y etcétera y etcétera.
Pero, como no tienes colaboradores que pertenezcan o hayan pertenecido a este gremio que es el de los periodista y que, por ende, te hayan asesorado, te metiste con los periodistas que reportean y nutren a medios informativos y de comunicación masiva en México y el mundo, con los que opinan y ofrecen su punto de vista en diversos temas que aterrizan en lo político, con aquellos que sin ser necesariamente periodistas se especializan en temas editoriales.
Sí, Duce, Caudillo en el nadir de tu existencia, puedes mentir mil veces pero mil veces te desmentirás con tus actos; contradictorio y falaz al grado de que en el insulto a periodistas que te han desnudado frente a la Plaza Mayor que es el Zócalo y en toda la república, llevas la penitencia.
Y tu barra mercenaria no ha servido para maldita la cosa porque sus miembros no tienen credibilidad. Son de suyo serviles y oficiosos que hasta en el pago sesgan la realidad, es decir, insisten en que no son maiceados por la oficina de Jesús Ramírez, mas el recurso se deposita en sus viajes y en sus páginas que nadie lee, en calidad de publicidad.
Sí, Andrés Manuel, esa barra mercenaria y los medios públicos de comunicación que han contratado a sedicentes expertos, carecen de estrategia y capacidad para infundir veracidad a tus programas estrella, que no sociales, como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
No, Su Alteza Serenísima, te equivocaste y crees que injuriar, difamar y desacreditar al gremio periodístico a partir del ataque personalísimo contra, por ejemplo, Carlos Loret de Mola, Joaquín López-Dóriga, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio y et al, te permitirá transitar en la absoluta opacidad con uno de los gobiernos más corruptos que ha tenido México.
No.
Porque todo tiene un límite y tus defensores colmaron el ánimo tolerante de los colegas en el Congreso de la Unión y protestaron como sólo ellos lo saben hacer, como los periodistas aprendimos en este oficio: con civilidad, despojados de ese discurso violento y barriobajero de ciertos diputados y senadores, diputadas y senadoras que podrán ser leídos y escribidos pero la mona aunque se vista de seda, mona se queda.
La espalda a un diputado oficialista cuando leía su texto en el pleno de la Cámara baja, es una protesta diga y que dice todo. El vacío a una pléyade de senadores morenistas en una conferencia de prensa, dice mucho, dice todo.
Y, en ese tenor, en una postura inédita en una conferencia con el Presidente de la República, te llegó el aviso del hartazgo de los periodistas contra tu forma de tratar al gremio. No fue contra tu gobierno, que quede claro.
Y, en la mañanera de media semana, el respetado colega Rodolfo Montes llevó el mensaje y te evidenció tal cual eres: manipulador y mentiroso.
—Buenos días, presidente; licenciada Vilchis, buenos días—saludó Rodolfo y prosiguió.
“Ayer hubo un par de acciones en la Cámara de Diputados y en el Senado de compañeras y compañeros periodistas que se manifestaron, no para respaldar a un periodista en particular, sino para gritar a los cuatro vientos que nos queremos con vida y en solidaridad por los periodistas caídos, desde Calderón hasta nuestros días.
“En función de ello, presidente, la mayoría de quienes estamos aquí platicando esto que sucedió ayer, queremos, con todo respeto, decirle que este día no le queremos formular preguntas en solidaridad con estas acciones que hizo el gremio periodístico en el Poder Legislativo el día de ayer, queremos replicarlo. Si así deciden el resto de los compañeros que están aquí presentes, adelante; si no, también están en su derecho.
“Nos queremos abstener, presidente, el hacerle preguntas, porque los principales asesinos de nosotros son servidores públicos y esa información la tiene el mecanismo. Por eso también estamos convocando a un encuentro nacional de periodistas en San Cristóbal de las Casas para el 5 de marzo, que usted dijo que Alejandro Encinas estaría presente.
“Muchas gracias, presidente”.
—Yo estoy de acuerdo con lo que planteas de que hay que manifestarse y nuestro respeto (¿nuestro?), y además es nuestra responsabilidad cuidar la vida de los periodistas y de todos los mexicanos, y lo vamos a seguir haciendo.
Nada más lo único que debe de considerarse es que nosotros no mandamos a aniquilar a nadie, a nadie, o sea, ya no es el Estado, como era antes, el violador por excelencia de los derechos humanos. Y si hay pruebas, se castiga, pero no hay ni la intención, pero ni siquiera está en nuestro pensamiento, nosotros no somos represores, para que no nos confundan.
Entonces, todo nuestro apoyo, toda nuestra solidaridad y vamos a seguir protegiendo a los periodistas. Eso es lo que puedo decirte—respondió el licenciado presidente con todo el cinismo que cabe en su mente—respondió el licenciado presidente.
¿Apoyo? ¿Solidaridad? ¿Protección? ¡Vaya con el licenciado López Obrador!
¡Caray! ¿Es protección pedir que todos los periodistas a partir de Carlos Loret y otros colegas que tienen espacios de primer nivel e influencia por el carácter de los medios de comunicación en los que trabajan desde hace rato, rindan cuentas de sus ingresos y propiedades? Insulta al sentido común y trasgrede a la ley.
El Duce no sabe lo que dice o se hace que la virgen le habla. Y con su respuesta sesgó el punto toral en la resultante de la embestida permanente contra periodistas y medios de comunicación a quienes ahora llama traidores a la patria.
Pero cuenta con la franja mercenaria, como “la compañera de amarillo”, a quien dio la palabra en la mañanera del miércoles para peguntar y repreguntar.
¿Carpetazo al Caso de la Casa Gris? ¿Impunidad a Pepe Ramón López Beltrán?
Ahí la estrategia pueril y la “compañera de amarillo” que dio pauta, con el tema de Loret, Latinus y etcétera, para que el licenciado presidente siguiera la ruta contra sus clientes favoritos y metiera bajo la alfombra el caso de su primerizo que le salió más cabrón que bonito.
Usted se preguntará la calidad profesional de la “compañera de amarillo”, lea usted lo que dijo a Su Alteza Serenísima.
“Presidente, ya por último preguntarle, ahora que hay periodistas oficiosos, más bien opinadores oficiosos, defendiendo los intereses de un grupo de élite, para que se enojen voy a preguntar esto: si en la reforma electoral que están planteando van a buscar que se acoten ya los presupuestos de esos gastos excesivos en el Instituto Nacional Electoral”. ¿Periodista al servicio de?
Sí, Andrés Manuel, restaste importancia al gremio de los periodistas y de tanto insultarlo e intentar desprestigiarlo, lograste que se uniera como suele hacerlo frente a los excesos de poder y en su entorno hay una creciente solidaridad nacional e internacional. Son votos.
En el Congreso de la Unión hacen vacío y dan la espalda a los legisladores oficialistas, aunque hay excepciones respetables. A ti evitan preguntarte y evidencian al oficialismo servil que se disfraza de periodista. ¿Respetas a los periodistas? La realidad te alcanzó a medio río. José Ramón es tu Talón de Aquiles, el potencial electorado no olvida. Digo.
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