CARTAS DESDE CHICAGO
LA MIGRACIÓN, ESTÚPIDOS
Con el accidente ocurrido en Chiapas, México, este pasado jueves, donde murieron 55 migrantes que viajaban en la caja de un tráiler, se exhibe una vez más la irresponsabilidad de migrantes y presidentes.
/Rogelio Faz/
Para esto cabe recordar una frase que se popularizo durante la campaña presidencial en Estados Unidos en 1992, cuando el estratega de campaña del candidato Bill Clinton, James Carville, escribió en la puerta de campaña los asuntos en los que debería enfocarse Clinton para enfrentar a George Bush, padre.
En la puerta estaban inscritas tres frases: “cambios vs. más de lo mismo”; “la economía, estúpido” y, “no olvidar el sistema de salud”. La frase que trascendió fue la de “la economía, estúpido”. Que según no pocos analistas acabo por definir la elección a favor de Clinton.
La idea era llamar la atención de los electores a otros temas cuando Bush tenía 80% de aprobación por haber manejado conflictos internacionales favorablemente. Pero eso no era todo, la nación estaba en recesión.
La frase “the economy, stupid” se convirtió en una especie de eslogan de campaña. Ahora, esa expresión se usa cuando se quiere dirigir la atención a otros temas específicos o algún personaje con esas características.
Cambio vs. más de lo mismo
La popularidad de un político no significa que esté haciendo todas las cosas bien o este atendiendo los asuntos primarios. Y es que, cuando se ve afectada la economía lo que en un momento se consideró convincente va a llegar a su fin. La primera alerta es cuando se quieren resaltar virtudes propias basándose en diferencia con el pasado.
Es cuando la oposición política propone un cambio, un cambio de rumbo y con ello la suerte del político. En este caso se consiguió el interés público para enfocarlo a la economía nacional.
El sistema de salud
Otro aspecto de interés público es la salud que igual a los otros asuntos de Estado se politizo, que señalo las deficiencias de administraciones anteriores supuestamente para curar los males actuales. Que, en lugar de agilizar los servicios y la calidad, se burocratizaron con el propósito de figurar como bienhechor del derechohabiente.
La migración, estúpidos
el problema migratorio es un tema que se sumó a otros de interés nacional que puede ser parte de cualquier campaña política. Antes, lo que decía un funcionario de segundo nivel no tiene el mismo efecto como ahora cuando lo dice el máximo mandatario.
Y eso es lo que sucedió con los presidentes de EU, Joe Biden y el de México, Andrés M. López Obrador, que confiados en sus triunfos y por su afán de marcar la diferencia con sus antecesores, sin medir las consecuencias han dicho estupidez para convertir la inmigración en un problema internacional: una inmigración masiva indocumentada y sangrienta. Sangre que los mandatarios ahora llevan en sus manos.
Los estúpidos
Y es que en su momento AMLO, en su obsesión de proyectar una imagen de redentor; hacer el bien sin mirar a quien y, amar al prójimo o, quizás con la intención de fastidiar a los machuchones del norte, ofreció a las caravanas asistencia, estadía, empleo, traslado a la frontera, etc.
Mientras que Biden, otro redentor, desde su primer día de gobierno anuncio eliminar las medidas migratorias estrictas de su antecesor Donald Trump para diferenciarse de él.
Decidió no rechazar a las familias y a los niños “no acompañados”. Ofreció asilo a quienes lo solicitaran lo que provoco una avalancha suicida de migrantes con esperanzas falsas y de paso trabajo apara los coyotes, se rebaso cualquier capacidad de control migratorio. Las consecuencias las vemos.
En adición, las caravanas que dicen huir de los problemas de violencia, desempleo y carencias, se convirtieron en ese problema. Además, los líderes han estado explotado los derechos humanos violando derechos civiles. Abusando de menores al utilizarlos como punta de lanza que los marcaran toda su vida, incluso arriesgando sus vidas.
De que hay necesidad la hay, de que hay que asistir a los pequeños ni dudar. Eso lo saben los líderes de las caravanas que provocan la crisis al exponerlos, y eso debe de ser castigado por ley.
Pero lo más grave es que los presidentes alentaron irresponsablemente la crisis confiando en su popularidad, se exhibieron como estúpidos. ¿Un buen eslogan para una campaña de oposición política?