CARTAS DESDE CHICAGO
Migración migraña
/Rogelio Faz/
Con la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala “kavala” Harris a Guatemala y México, resaltan dos aspectos: la complejidad del problema migratorio y, lo chusco del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Lo importante: inmigración
La inmigración obedece a varias circunstancias y cada una de ellas se debe de enfrentar o asimilar de diferentes maneras, donde habrá beneficiados y afectados. No hay de otra si se pretende poner algo de control.
El problema de la inmigración indocumentada que está captando la atención mundial son las llamadas ‘caravanas migrantes’ de Centroamérica.
Le siguen los eternamente 11 millones de indocumentado que se dicen ya están en EU. Después están los dreamers, hijos de los indocumentados que comparten la misma suerte. Y otras derivadas de estas.
Las justificaciones sobran para ser inmigrante, pero todas reflejan una carencia de fondo.
Justificar razones
Los inmigrantes recurrimos al derecho humano de ir en buscar de una vida digna y de oportunidades, nadie lo niega. Sin embargo, con ello se reconoce que en nuestros lugares de origen están vedadas o condicionadas.
Por lo tanto, habrá que reflexionar sobre estas razones. La violencia y la falta de trabajo lo relacionamos a la incapacidad de sobrevivir.
Sin embrago, también podría ser producto de una especie de pereza mental, como no haber querido ir a la escuela o por falta de iniciativa personal. Eso será a conciencia de cada quien.
Pero cuando estas condiciones se juntan; riesgos, carencias y pretextos, la mejor opción es salir en busca de mejores condiciones de vida, que no necesariamente son para atender la superación intelectual o de negocios.
Y de una manera fácil nos convertimos en mano de obra de los gringos; como trabajando en fábricas, en el campo, en la construcción, jardinería, restaurantes, etcétera. Incluidos aquellos con estudios superiores universitarios en México o Centroamérica.
Ser inmigrante puede ser humillante
Es una pena y una vergüenza oír en las universidades mexicanas a los futuros profesionistas hablar de su porvenir laboral en gobiernos o en entidades paraestatales. No es malo, sino porque el talento e inteligencia se burocratiza, para sumarse a los privilegios sociales, raciales o ‘palancas’, para convertirse en parásitos del sistema obstruyen la opción de una sociedad competitiva y comprometida.
Al mutilar la iniciativa privada se estimula lo improductividad y se crea una sociedad dependiente del gobierno o emigrar.
Inmigrantes exitosos
Por supuesto están los inmigrantes que han destacado en negocios o en alguna actividad fuera de lo común. No obstante, de donde sale el grueso de las remesas es del trabajo que no requiere de estudios y sí de mucho sudor.
Y es que se emigra hacia donde ya está ‘la mesa servida’; empleos, escuelas para nuestros hijos, que muchos utilizan como guarderías infantiles, donde después del High School se integran a la fuerza laboral, técnica, ejercito o las calles.
Para justificar la carencia del futuro paisano se recurre al derecho de vivir con dignidad, y el emigrar consiste en edad, peso y necesidad. Para buscar lo que no se pudo logar en nuestra propia tierra, con nuestra gente y nuestros gobernantes.
Ser inmigrante exitoso en EU no significa necesariamente haber sido un fracasado en nuestro país. Pero cuando un paisano va a su pueblo a presumir su “troka” y a decir constantemente okay y ho yeah!, expone frustración de lo que no logro en su tierra.
Que salió para establecerse en un lugar ya hecho. Porque no hemos sido capaces de construir nuestro bienestar.
Valido o no, según sea el caso, se oculta el fracaso. Y mientras las circunstancias siguen igual o peor, emigrar seguirá siendo la ruta hasta convertirse en un dolor de cabeza.
El estatus legal es asunto nuestro
Aun cuando se está discutiendo el estatus legal de los eternamente 11 millones de indocumentados, ya tenemos a las caravanas exigiendo una vida digna y ser la mano de obra que surta de remesas a los que quedan atrás. Justo lo que necesitan los gobernantes ineptos para disimular sus economías fallidas.
La situación se está convirtiendo en un dolor de cabeza crónica, una migraña que se pretende aliviar con el ‘mejoralito’ de la comprensión y la bendición de Dios. ‘Tan cerca de Porfirio Díaz y tan lejos de “Kavala”’.
Pero resulta que inmigrar ya no es tan “simple” como caminar. La vicepresidenta Harris advirtió “no vengan”, y el gobernador de Texas Greg Abbott está dispuesto a reactivar la construcción del muro. No para frustrar el sueño de una vida digna, porque ese es un asunto nuestro, sino al problema de una comunidad que llega y no se podrá adaptar de un día para otro solo cruzando un muro.
La inmigración ya no solo pretende atender la necedad individual, está poniendo en riesgo la vida de menores al hacerlos cruzar solos.
Duele decirlo, pero la solución no consiste en decir ‘no vengan’, es muy probable que se llegue a penalizar a quienes expongan a sus hijos a peligro de muerte o traumas permanentes.
AMLO
Para no variar, la nota chusca la dio AMLO al no ‘prenunciar’ correctamente el nombre de la vicepresidenta Kamala y su título, exhibiendo la importancia que se la da en México a la preparación profesional. Que para muchos ir a la universidad es un trámite burocrático para vivir del sistema.
