jueves, septiembre 19, 2024 - 10:04 pm

AMLO NO MIENTE…

CARTAS DESDE CHICAGO

AMLO no miente…

/Rogelio Faz/

“La tercera es la vencida”, es un dicho muy socorrido cuando las cosas no salen como se esperaban para volver a intentarlo, esto podría aplicar al presidente de México Andrés Manuel López Obrador al inicio de su tercer año de gobierno. Una frase que manifiesta perseverancia que él llama terquedad. Quien quite se le hace el milagro. Él dice que todo va ‘requetebién’ ¿será?

Al comienzo de su presidencia sus seguidores o fans, ante las críticas citaban una sentencia “si al Presidente la va bien, a México también”, pero ¿y si le va mal?  

¿Porque a alguien se le va a criticar casi todo y siempre? Nomás hay tres razones: por lo que dice, hace y lo reafirme. Con esa tendencia hay muy pocas chances de lograr la vencida.

No obstante, hay que reconocer que, si a alguien se le critica casi todo constantemente, le va a generar molestia, descontrol y muy probablemente tenga una reacción adversa, y se note en el discurso al divagar.

Para México ya van tres “calisy según AMLO él es la vencida con su 4T, ilustrada a través de una guía ética, una especie de nuevo testamento o nuevo corán. Mescla de dichos y hechos como sacados de los Mandamientos o de un mesías.

AMLO más que cristiano parece musulmán con su actitud de que “Él” es el último profeta de la política y quienes no se ajusten a su credo son infieles y hay que ‘darles cuello’.

México durante toda su historia a tratado de consolidarse como nación libre, soberana y democrática tomando como base los ideales surgidos de la Revolución francesa: la filosofía de la «Ilustración», que primero quedó plasmada en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y aplicada en su Constitución. Posteriormente de ahí salió una copia al cabrón para México.

¿Por qué en México no tuvo el mismo efecto? Porque la esencia de ese ejercicio socio político de la razón, igualdad y libertad, iba acompañada de una retórica ilusionista más que ilustrada; de oídas que llegaban desde Europa y Estados Unidos.

La narrativa mexicana fue y sigue siendo utilizada para convencer y no para aplicar la democracia moderna naciente. Dando origen a la típica verborrea mexicana, subsecuentemente la descomposición social que se conoce como corrupción, mescla de cultura española e indígena y una lucha de complejos y rencores que nos llevan a pedir un penacho y disculpas.

Por supuesto no se debe de juzgar a toda la sociedad por igual ni siquiera a la clase política. Sin embargo, quienes han ostentado el poder en su gran mayoría han seguido proyectos personales o intereses de grupos que utilizan la retórica de salva patrias con frases moralistas que rayan en la santidad, con mucha verdad subliminal, pero con poca o nula realidad práctica.  

Los franceses asumieron su responsabilidad cívica y derrocaron la autoridad monárquica. Era la esencia de ser libres con leyes que aplicaran a todos por igual.

En cambio, en México los que componen los nuevos regímenes, necesitan jodidos sumisos y leales para justificar y mantener su credo, donde hasta las remesas se consideran un milagro.       

La retórica “fake” y la esperanza del pueblo desvalido, bueno y sabio, inclina la balanza por ser mayoría, pero incapaz de distinguir el momento de salir de una monárquica de dadivas a una responsabilidad compartida.       

AMLO no miente, engaña con la verdad. Además, está llevando a su congregación a un enfrentamiento entre sí, como sucedió con Mahoma, que dijo él era el último profeta porque Alá se lo dijo. Tras ganar batallas contra otras creencias se quedó con el poder político y religioso absoluto.

Una vez que dejo de existir le siguieron los conflictos entre quienes creían tener el derecho a heredar (sus discípulos) su religión-gobierno-negocio (sunitas), y sus familiares (chiitas), dando lugar a un enfrentamiento que persiste hasta hoy entre ellos y con el mundo.  

Que AMLO diga “ya no me pertenezco” como muestra de sumisión a los quehaceres de atender al pueblo, es un sofismo de padre de la patria que lo convierte en un padrote de fieles.

Si sus deseos van en esa dirección, entonces no le bastaran 4 ni 6 intentos, para entonces a nadie le ira bien, y a él le reserva el destino de la teoría del derecho divino del poder real; el derrumbe del absolutismo y totalitarismo. Irónicamente el antiguo régimen que él dice combatir.

Peeero, como es terco, va de nuevo.  

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