lunes, noviembre 25, 2024 - 6:17 pm
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“TRUMK OR TREAT”

CARTAS DESDE CHICAGO

“TRUMK OR TREAT”

/Rogelio Faz/

En Estados Unidos se acerca la celebración de Halloween cuando el Covid-19 sigue en el ambiente, es como si fuera un maleficio. La tradición de la noche de brujas cuando los niños con disfraces salen a pedir dulces de casa en casa con el “treak or treat”; reviven la leyenda británica de la Edad Media en vísperas de las elecciones presidenciales.

La noche tenebrosa en el primer debate por la Presidencia entre el presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden, “oficializaron” la política de «truco o trato». La iniciativa la dio el mismo Trump cuando se salió con la suya al descarrilar el debate y convertir en momias a Biden y al moderador. Tenía que espantar a los malos espíritus que lo acechan.

Probablemente Trump después del debate se vio en un espejo y con una sonrisa diabólica ‘como ya saben quién’, veía con satisfacción lo que había logrado. Pero se transmitió el maleficio a él: el covid.  

No obstante, contrario a lo que se podría suponer caería en desgracia, Trump como vampiro chupara a sus víctimas para mutar.

Si las almas que deambulan por la obscuridad de la indecisión ven al presidente como una víctima de la pandemia, será para Trump la mejor oportunidad de salirse de la tumba que él mismo estaba cavando.

La pandemia lo victimiza y es probable que muchas de esas almas indecisas lo favorezcan con el voto aplicando aquello de «no hay mal que por bien no venga» o «más vale malo conocido que bueno por conocer».  

Pero Trump no se anda por lo obscurito ni requiere disfrazarse de payaso malvado para asustar, reta a la misma muerte al no usar tapabocas. Es más, de ahora en adelante sacara más la lengua y de seguro arrojara bolas de fuego para impresionar a los escépticos.

El “treak or treat” o sea, Trato o Truco, o a la inversa, se traducirá en «trumk o trato», algo así como me lo das o me lo tomo. Al tiempo que el payaso convaleciente estará protegido por oraciones del entumido Joe, que necesita al malvado de Trump para verse bueno.

Falló el fallo   

Otra historia tenebrosa estará vigente durante el Dia de los Muertos en México: la decisión de la Suprema Corte de Justicia al aprobar una consulta popular para someter a juicio a los expresidentes.

La Suprema Corte o ¿su pena corte?, a iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que había dicho estaría en contra, quiere someterlos a juicio, al menos en la hoguera del desprecio. Lo que provoca una nube de humo que no deja ver el incendio de la casa.

Es obvia la corrupción en gobiernos anteriores, sin embargo, tampoco hay duda del rencor y sed de venganza de AMLO, aunque él diga lo contrario. También se los lleva el chamuco.

Según él, por este tipo de decisiones es el más vapuleado por la prensa después del asesinado presidente y médium Francisco I Madero. Seguramente a media noche le susurra en el oído ‘chingatelos’.

Que de hecho esta bien, salvo que él quiere ser el exorcista del país cuando su prédica moralista es confusa, torpe y corrompida en diferentes maneras. Que tenga muchos seguidores eso no lo exhume. Ya la historia lo juzgara.

Sin embargo, él se auto beatifica en vida para que le rindan culto por anticipado, aun cuando no ha pasado por el juicio de la historia.   

Es notorio su ingenio para arrancar páginas de libros que contienen frases célebres o pasajes de la historia que van desde la Biblia hasta The Godfahter, para hacer su propia literatura que bien se podrían publicar en cajas de Corn-flakes. Se le olvida que entre esas páginas hay frases que dicen: que la ignorancia y mentir es pecado.

Sus ocurrencias moralistas no es para quemarlo en la hoguera. Entonsesss ¿en que radica su supuesta inteligencia que todos sus seguidores admiran?

Simple. Si usted pone a un mal bateador insistente (ahora nos vamos al béisbol) a batear constantemente de seguro conectara un hit, o le den base por bola porque el pícher, su contrincante-enemigo, es más malo que él.

Volviendo al fallo final de la corte de estilo Poncio Pilato, fue como exponer a los acusados al repudio popular por reclamo de sus enemigos por presunción de culpabilidad, y el fallo acaba por no tener responsables directos, y todos acaban por lavarse las manos.

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