Entresemana
Pagar por trabajar
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
El derecho a disentir no tiene cabida en el equipo de la 4T. A partir de la máxima “estás conmigo o contra mí”, invocada por el inquilino de Palacio a partir del imperativo para ubicarse en el lado liberal o en la trinchera conservadora, se desparramó, sí, desparramó como una orden para aplicar la austeridad franciscana guste o no.
Y el que no quiera, el que no simpatice ni comulgue con este credo de la mediocridad en el servicio público, que se vaya. Sí, esa es la línea del licenciado presidente que un día sí y otro también se burla del sentido común de los mexicanos y miente sin rubor, niega declaraciones –incluso video grabadas—en una burda copia de Don Fidel Velázquez.
–¿Y nunca tuvo la aspiración de ser Presidente de la República?—pregunté al entonces secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, cuando el mexiquense había cumplido 83 años de edad, el 24 de abril.
–¿La Presidencia de la República? No he tenido aspiraciones de esa naturaleza—respondió en aquella larga entrevista en su oficina de Vallarta número 8, en la colonia Tabacalera del entonces Distrito Federal, esa mañana de agosto de 1983 cuando puntualizó que la reforma política de 1978 sorprendió muy tiernos a los de oposición “y creen que está hecha para ellos exclusivamente”, citó.
Sin duda, Velázquez Sánchez era Oráculo de la política mexicana, muy mexicana a la mexicana que no ha dejado de practicarse con sus medias verdades o en esa praxis de mentir con la verdad, de engañar sin rubor y asumirse honesto e incorruptible, ave que cruza el pantano y no lo mancha.
–Creen que ésta reforma política les permite no sólo participar en los términos que la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales establece, sino que en forma siempre desorbitada como lo hicieron antes de la reforma política, y lo han hecho siempre; definitivamente no están aptos para gobernar porque siguen siendo sectarios—acotó el líder de la principal central obrera de México en esos días de crisis económica con Miguel de la Madrid Hurtado Presidente de la República.
Valga la referencia, sin ánimo de competir con aquellas embarradas de historia patria que todos los días incluso sábados y domingos receta el señorpresidente a los colegas que cubren sus homilías mañaneras, porque es sólo una breve muestra documentada de cómo la historia es aleccionadora.
Así, es procedente preguntar: ¿estaba preparado el inquilino de Palacio para ser Presidente de la República?
A la luz de lo que acontece en la administración pública federal, la respuesta es NO. No, porque ni siquiera fue capaz de integrar un equipo de expertos y lo construyó con cómplices y, salvo excepciones, con inexpertos.
Sí, hay académicos que son ampliamente reconocidos en su especialidad, mas carecen de experiencia en el servicio público; nunca se imaginaron o no estuvo en su objetivo ni en sus coordenadas de vida ocupar un alto cargo directivo en el gobierno federal y menos en el gabinete presidencial. No se prepararon para ello porque su vida estaba dedicada a la docencia, la investigación y, por qué no, a participar en la protesta contra el gobierno corrupto y deshonesto de aquellos días de vino y rosas del priismo y, por doce años, del panismo.
Y, mire usted, por ahí en las benditas redes sociales corre un chiste que reza: “si al que tenemos en Palacio estuviera en la oposición, ya hubiera hecho pedazos al que tenemos de Presidente”.
Cierto, porque el licenciado López Obrador, impulsor de la industria de la protesta, hizo pingües negocios –de los que el ahora canciller Marcelo Ebrard sabe bastante—que le dieron esa posibilidad de evadir la apertura de cuentas bancarias e incluso borrar las huellas de sus quincenas como jefe de Gobierno del Distrito Federal y dirigente nacional del PRD; ¡vaya!, hasta de los 50 mil mugrosos pesos que cobraba como dueño de Morena y que no valieron la pena para incluir en su 3 de 3.
Pero, bueno, estábamos en esto de la experiencia en la administración pública. Y no me diga usted que el licenciado dejó una profunda huella como gobernante de la capital del país, porque aquella declaración como el mejor alcalde del mundo, otorgada por una revista extranjera que vende las menciones, nadie se la creyó. Y luego, aunque no lo recuerda, encriptó el costo de los segundos pisos, como por qué.
Don Fidel Velázquez fue franco y sostuvo que nunca aspiró a la Presidencia de México, fue senador dos veces pero un factor de alta influencia en la política nacional, tanta como destapar al candidato del PRI a la Presidencia. Andrés Manuel insistió, fue terco y logró rendir protesta como Presidente de la República. ¿Y?
Ha ejercido el poder como un solo hombre, en calidad de depositario de presente y futuro de una nación que tiene historia, con todo y sus bemoles pero al fin historia desde la que se puede construir pero no a partir de dinamitar lo hecho, en cobro de facturas o por rencores y mentir y eludir respuestas a preguntas específicas.
Y todo porque es el señorpresidente con otros datos y un halo de cuasi santidad por honesto, ¿honesto? Veamos.
–Buenos días, presidente. Soy Lidia Arista, reportera de Grupo Expansión—se presentó la colega en la conferencia mañanera de inicio de semana. Hizo una amplia exposición y preguntó:
–Presidente, este fin de semana publicamos en nuestro portal que a causa del decreto de austeridad que usted emitió hace algunas semanas en la Secretaría de Economía tres de cada cuatro trabajadores se podrían quedar sin equipo de cómputo.
Platicamos con gente de la Secretaría de Economía, tenemos algunos documentos donde les informaron de esta situación, por lo que para trabajar, presidente, el equipo de la Secretaría de Economía tendría dos opciones: llevar su equipo personal o pagar cuatro mil pesos para mantener el propio. Esto es, por un lado, presidente.
Se supone que esto lo detuvieron porque iba a empezar a partir del 1 de julio, sin embargo, hasta ahorita no ha pasado.
Pero, presidente, también se les está pidiendo a los trabajadores de la secretaría que ellos mismos respalden su información, porque igual, debido a que hay austeridad no tiene la Secretaría de Economía la capacidad para respaldar esta información.
Presidente, quisiera preguntarle ¿no le va a salir más cara la austeridad al pueblo de México con situaciones como esta?
Vimos hace algunos meses que algunas instituciones fueron hackeadas, por ejemplo. ¿Cuántas instituciones sabe usted que a lo mejor tienen arrendamiento del equipo de cómputo?, porque parece que esta es la situación en la Secretaría de Economía, que como se venció el contrato ya no se tiene el dinero para seguir pagando la renta de este equipo de cómputo y por eso se les da esta opción a los trabajadores.
También quisiera saber si sabe hasta cuándo se pospone esta situación que está sucediendo en la Secretaría de Economía, si no se llevó a cabo el 1 de julio hasta cuándo podría empezar.
Y, presidente, hay algunos que lo califican en redes sociales como una ocurrencia. ¿Qué me podría decir al respecto? Este sería el primer tema.
—Pues que se está llevando a cabo un plan de austeridad republicana, que es un asunto, lo he dicho varias veces, de principio, no administrativo, no puede haber gobierno rico con pueblo pobre—respondió Andrés Manuel López Obrador con la muletilla harto conocida.
–Pero, presidente, se quedarían sin computadora tres de cada cuatro trabajadores ¿cómo los van a poner a trabajar?—insistió la reportera Lidia Arista.
—Primero, no va a suceder eso –replicó López Obrador–. Segundo, acuérdense que queremos también que no se queden sin medicinas y sin médicos los enfermos, acuérdense que queremos que los adultos mayores no se queden sin su pensión, acuérdense que queremos que los estudiantes pobres no se queden sin sus becas. O sea, tenemos que tener una idea general de las cosas. Un servidor público no puede estar pensando en sí mismo (¿autómata, florero?).
–Pero no es egoísmo, presidente, es para realizar su trabajo ¿o ellos tienen que poner cuatro mil pesos para…?
—No, no, no –insistió Andrés Manuel–. No va a poner nada, esto es una exageración, es…
–Pero sí se emitió un documento y lo tenemos, o sea, se les dijo…–atajó la reportera.
—Pero no se va a aplicar –sostuvo el licenciado López Obrador–. Es que a lo mejor la que emitió o el que emitió el documento lo hace para que se desacredite al gobierno, porque todavía hay mucha gente en el gobierno, sobre todo en estos mandos intermedios, que vienen de la época o del periodo neoliberal, que entraron ahí por los trabajos que hicieron en las elecciones a favor de los candidatos y siguen pensando igual y ya se llevó a cabo un cambio.
Entonces, la austeridad va a continuar, o sea, que ni estén pensando que vamos a volver al derroche.
La esgrima verbal de la colega con el señorpresidente continuó por esos rumbos de los otros datos y la negación por la negación misma. La burocracia destinada a pagar por trabajar. ¿No simpatizan con la 4T? ¡Renuncien!, en la lógica del prócer.
¿Y qué dijo la secretaria de Economía, Graciela Márquez? He ahí la resultante de la inexperiencia en la administración pública, los convidados de piedra en el gabinete; la resultante del voluntarismo presidencial que critica a los que califica sabelotodo e incurre en esta práctica. Ya ni qué decir de la absurda analogía del uso de lap top entre los periodistas que cumplen con su trabajo y los héroes patrios que procedieron sin esperar a que les dieran un aparato de estos. En serio, el inquilino de Palacio utilizó la analogía. ¿Para qué aspiró a la Presidencia de la República? Digo.
@msanchezlimon