CARTAS DESDE CHICAGO
Fuchi KK Trump
/Por Rogelio Faz/
Pronosticar con precisión en política es muy arriesgado, pero la supuesta reunión programada entre los mandatarios Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump en Washington, D.C., habría que verla para creerla. Pero supongamos se lleve a cabo.
En México se le da importancia por lo del T-MEC y otros asuntos como inmigración y seguridad; pero el morbo es el que más llama la atención el ver juntos a este par de personajes polémicos. Lo que digan, suponiendo se reúnan, no van a cambiar las cosas ni sus posturas que no sea la de satisfacer a sus seguidores.
En México, si algo le favorece a AMLO es que todo lo que dice provoca una sobre reacción, tanto como para marcar agenda; así no tenga importancia, sea una ocurrencia de momento o de mentir con la verdad.
Sus declaraciones polémicas parecen llevar el sello de la provocación, eso le fascina, le gusta que lo contradigan porque eso alimenta su egocentrismo y le da parque a su cruzada en defensa de los pobres contra los ricos, a chairos contra fifís, a liberales contra conservadores… cuando no tiene una respuesta seria le gusta embromar, le funciona. Y cuando esto no le favorece se hace el ofendido e igualmente crea nota.
Donald Trump anda por las mismas, pero con una aprobación popular que no le favorece, le interesa un bledo la amistad con AMLO, solo quiere limpiar su imagen ante el voto “hispano”. Si se reúnen será tan breve que ni para decir estupideces tendrán tiempo. Eso sí, todo México estará al pendiente a que no se mancille la honra nacional con alguien que no tiene roce social más allá de los límites de su rancho y menos con un fifí arrogante de ‘verda’. Todo menos que agachar la cabeza o lo traten como ‘indio pata rajada’.
Las ocurrencias que dicen ambos muy seguido caen en estupidez, no crean expectativas confiables. Además, acá en Estados Unidos hasta ahora no se habla ni pizca de la reunión, primero está el Covid y Black Lives Matter –conspiración de la extrema izquierda- donde parece radica la suerte de los candidatos a la Presidencia.
Mientras que en México el debate consiste en que; si es conveniente reunirse con Trump o, que podría ser utilizado con fines electorales, lo que pondría en entredicho la dignidad de México, y eso es mortal para el espíritu mexica.
AMLO lo sabe, pero su discurso en casa es diferente, dice que la política es así y que enfrentara los riesgos. Cuando en realidad para él también sería solo un trámite para la foto del recuerdo.
Si llega a dar su discurso, esperemos no lo haga como en sus mañaneras en México; navegar en el aire con sus brazos y manos mientras dice cosas en otro sentido o a destiempo. Necesitaría un intérprete especial.
El canciller Marcelo Ebrard se dedicaría solo a que el pan y vino sea repartido equitativamente ante las cámaras. Las condiciones migratorias o hacia los paisanos no van a cambiar. Además, hay que estar atentos a Trump, no vaya a querer poner al Peje a prueba. A ver qué tan zalamero sale nuestro ganso cuando tenga al guajolote enfrente.
Las miradas de Trump a su «amiguo» podrían ser de desdeño, lo ha hecho en otras ocasiones y el apapacho podría ir acompañado de una palmadita en la espalda y vas pa’tras.
Entonceees, la posible reacción seria “ahh, ehh, quedamos respetuosamente como amigos”, y el fuchi kk que decía AMLO de Trump durante su campaña por la Presidencia quedaran como una anécdota más de las que tanto provocan polémica, de esas que imponen la agenda del día. Lo que tanto encanta y preocupa en México.