CARTAS DESDE CHICAGO
“AMLOBO”
/Por Rogelio Faz/
Todos estamos conscientes que los discursos políticos son para convencer y después para justificarse. Y México podría llevarse el premio literario en el género de cuentos, dichos y hechos de políticos.
Muchas y muchos utilizan este recurso para dar excusas validas como absurdas. Todos y todas tienen a sus seguidores y compinches para justificar sus éxitos ¿pero eso basta?
Por eso, la ciudadanía, independientemente de su preferencia política o simpatía hacia X personaje, tiene que hacer su tarea; un balance justo y, consiente que no todas las cosas van a salir como se prometieron, por lo tanto, habría que dar un margen de tolerancia.
Sin embrago, cuando abundan muchos cuentos con pocos resultados positivos, es obligación cuestionar la capacidad de esos políticos cuenteros.
Los mexicanos ya estábamos acostumbrados a escuchar los cuentos del PRI, que eran o son los creadores originales del cuento institucional. Y es que cuando alguien osaba criticar su obra era considerado estar en contra de la patria. Pobre de aquel que pusiera en entre dicho la capacidad no solo de gobernar, sino su lucidez mental y calidad moral; eran seres inmaculados, eso a los mexicanos nos gusta y así se venden.
Cuando llegó el turno a la oposición solo vario la versión del cuento. El cambio se debía al hartazgo de corrupción, abuso de poder e incapacidad. Incuestionable.
La semana pasada en Jalisco, México, aparecieron unos espectaculares (billboards) con un lobo feroz (Andrés Manuel López Obrador) supuestamente acechando a la Caperucita roja (pueblo inocente que se porta mal al no aceptar el nuevo cuento).
El cuento original es del francés Charles Perrault (autor de otros clásicos infantiles como Piel de asno, El Gato con Botas, Pulgarcito, Barba Azul, La bella durmiente, La Cenicienta y los Cuentos de Mamá Ganso), dirigida a menores de edad con moraleja que atenúa la crudeza de los peligros en la vida real.
El cuento de la Caperucita y el lobo hace referencia a la obediencia y prudencia ante los peligros.
La Caperucita por petición de su mamá lleva comida a la abuelita enferma. En el camino se le aparece el lobo, éste la engaña y la hace ir por otro camino más largo, tiempo que aprovecha el lobo para llegar antes y hacerse pasar por la Caperucita, para después comerse a la abuela.
Cuando llega Caperucita a la casa, el lobo se hace pasar por la abuela para después comerse a la Caperucita.
La oposición en México señala los engaños (voluntarios e involuntarios) y amenazas del presidente AMLO, de llevar por otro camino al ‘pueblo obediente’, que no está tomando la prudencia necesaria.
AMLO por su cuenta repite hasta el cansancio sus supuestas bondades e insiste que los demás son los hipócritas, corruptos, mafiosos, fuchi caca, etcétera. No hay que olvidar aquello de: «el que se junta con lobos…» Aun así, hay que lucir inmaculado.
Peeero eso de repetir una y otra vez: soy honesto, soy austero, yo no miento, soy respetuoso, la venganza no es lo mío, todo va bien… lo hace ver con las orejas, ojos y dientes muy grandes.
Lo repite tanto que nos hace recordar dichos que revelan la verdadera personalidad de quienes exhiben sus cualidades, como «Dime de qué presumes y te diré de qué careces» o «se juzga como se piensa». Así que, AMLO, ya no lo digas porque te vamos a creer ¿Estás ahí?
La actual política mexicana es un cuento clásico en versión actualizada, donde “AMLOBO” muestra su instinto natural de depredador político con promesa de un cuento con final feliz. Peeero ¿Qué de la serpiente del exterior que quiere enredar al lobo para luego tragárselo?
Usted que es asiduo a los cuentos ¿estás con el lobo o la serpiente? no hay medias tintas.
Moraleja: seguimos en espera del cazador que nos rescate como sucedió con Caperucita y su abuelita.
Para terminar, cabe citar a otro novelista francés, Alphonse Karr que escribió “Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener”, un último; “Cuanto más cambia algo, más se parece a lo mismo».
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