LA MANO DE OBRA MEXICANA, PIEZA CLAVE EN LA PRODUCCIÓN DE
DURAZNO Y VEGETALES EN CAROLINA DEL SUR (EU)
/Por Jorge Rivera Márquez y Amalia Martínez Austria/
DIGITAL MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En México, hay 1.5 millones de hogares que reciben remesas. 44.4 de estos
envíos se dirigen a localidades con menos de 2,500 habitantes.
La vida de un migrante es compleja. Historias hay muchas. El que lo ha vivido o lo vive, lo sabe, de inicio dejar su tierra natal, enfrentarse a un idioma distinto, con costumbres y una forma de vida completamente diferentes, en la que muchos no terminan de adaptarse y que por necesidad enfrentan.
La Migración es un fenómeno en nuestro país, que refleja la falta de
oportunidades; una llamada de atención para una sociedad que requiere una forma más digna que les permita evitar romper el núcleo más importante como es “la familia” y lograr con ello, fortalecer la economía de su lugar de origen.
La mano de obra mexicana, en el sector agropecuario, es pieza clave.
Un claro ejemplo es la producción de durazno y vegetales en carolina del Sur.
Son 6:30 de la madrugada, y en un pequeño lugar de Carolina del Sur (Ridge Spring) E.U.A. Cientos de trabajadores mexicanos de la Compañía Titan Farms, provenientes principalmente de los Estados de Hidalgo, Nayarit, Tlaxcala, Jalisco, Sonora, Durango, Toluca y la Ciudad de México; se disponen a realizar su esforzada labor: La pizca de Durazno. Inician con la poda de los árboles, que pueden alcanzar 10 a 12 pies, para continuar con el proceso del “descuate” que consiste en la separación adecuada de esta fruta, para su optimo crecimiento y finalmente llegar a su corte o pizca que se hace desde finales de verano hausta el Otoño.
Sin importar en ello, las inclemencias del tiempo, con jornadas de 8 a 15 horas, bajo un calor abrazador de hasta 45 grados centígrados, lluvia o el frio de las mañanas.
Con un morral de cuero terciado al hombro, escalera en mano, se recorren
largas líneas de árboles, se selecciona el mejor durazno para llevarlo al paladar del consumidor, en una industria que genera millones de dólares al año y que ha convertido al Estado de Carolina del Sur, en uno de los mayores y mejores productores a nivel nacional.
Reconocimiento que han logrado gracias al esfuerzo de la mano de obra mexicana que con la experiencia, el conocimiento del campo y gracias a su dedicación y esfuerzo ha logrado que esta empresa que también se dedica a plantar y cosechar chile, brócoli, berenjena, melón y sandía sea un claro ejemplo de hombres de trabajo que luchan día a día para enviar el sustento a sus familias y que debemos decirlo, en tanto el mundo está pasando una emergencia sanitaria por el Covid-19 ellos continúan laborando, para que la gente en la Unión Americana tenga en su mesa, frutas y vegetales de primera calidad.
Esta narración en voz de un migrante, es la voz de miles que se levantan cada día para sostener y apuntalar la economía del país en la que laboran, y la de origen.
La vida de un migrante no es nada fácil. Historias de muchas vidas perdidas, familias desintegradas, la triste realidad que en tu país de origen, no tengan las condiciones para evitar que gente de trabajo, mano de obra tan necesaria;sean empujados a una patria que no es la suya en donde el esfuerzo es doble, las horas interminables de trabajo, en donde el sueldo se divide para enviar remesas a la familia en distancia y sostener los gastos que implica estar aquí.
Hay mucho que narrar, historias en voz de cada migrante. Historias que hay que “escuchar” para entender, hacerlo con la profundidad de lo real y concreto, desde la vivencias de quienes lo sufren y ante las circunstancias que los enaltecen.
Hay mucho que oír, para que los gobiernos entiendan, para que logren
acuerdos, coincidencias y la posibilidad de cambiar y mejorar las cosas.
Para que sus economías retengan a su gente o se busquen las formas para que no corran riesgos. Hoy muchos mexicanos apuestan a irse contratatados, para empresas como Titan Farms, obtener con ello seguridad, arropo y regresar a casa con el fruto de sus esfuerzos.
Por ello, empresas que apuestan y dan las condiciones para que al menos,
exista seguridad para los mexicanos y todo aquel que cruce sus fronteras,
resulta la mejor opción para enfrentar en el día a día, el esfuerzo de estar lejos de su patria, porque quien lo vive o lo ha vivido reconoce en este texto mucho del camino que han labrado, del gran esfuerzo que implica “el sueño
americano».
