Columna: Mosaico Ciudadano
HAY QUE ENTENDERLO
/Por Amalia Martínez Austria/
Es claro. A partir del Covid-19, muchas cosas tendrán que cambiar de manera permanente, en tanto no exista la cura a una pandemia que nadie quiere ni esperaba.
Complicada expectativa en razón del mal panorama que se presenta en el país.
El tiempo que está durando la pandemia, será un efecto dominó que deberemos enfrentar con un impacto económico de lamentables consecuencias, en una crisis que se visualiza y de la cual, sólo con decisiones a la medida de las circunstancias podrá ser la fórmula para acceder a una economía, en la que las familias no sufran hasta donde “se pueda” este panorama.
Porque hablando claro, la situación preocupa y debe ocupar a quienes tienen la posibilidad de no quebrantar más el futuro de los mexicanos. Hoy lo sabemos, las condiciones no son alentadoras. No hay las condiciones para ello.
Cada Gobierno, a simple vista lo observamos, camina por si solo, sin un sólo sentido. Resuelve a la medida de sus posibilidades. Desde el más alto escaño político, donde debe existir la “unidad” somos testigos diarios, de expresiones que descalifican, dividen, en tanto continúan y crece, el desempleo, la falta de oportunidades, precios a la alza, poco apoyo a los emprendedores, a los empresarios, y el no estar a la altura de las circunstancias, en razón de que no hay alternativas de crecimiento, cuando el pie esta encima, y no existe la generosa alternativa de apoyar si en ello no va implícito el endeudar a quien hoy más lo necesita.
Tenemos que aprender a vivir de otra forma con un cuidado especial en el tema de salud, cuando de entrada este sistema está cada vez más mermado en sus capacidades, sin que se espere a corto plazo, el apoyo que requiere para incluso salvar vidas.
Aquí no es lo mismo, pero si debe ser igual, el que desde cualquier punto del país, desde pequeñas comunidades, tengan las condiciones para que en cuestiones de salud, puedan resolver cualquier tipo de enfermedades, no ya el Covid-19 pues resultaría irrisorio, sino fuera una desgracia, que médicos y enfermeras enfrentan lo que hoy vivimos, sin lo más básico para lograrlo, en una lucha solitaria por el poco apoyo para evitar tanta movilidad, pues somos testigos de la poca importancia que le damos nosotros mexicanos, la ilógica e impensable manera en la que han sido agredidos, sumado al hecho de que hay libre tránsito desde la Unión Americana, en los distintos Estados de la República, sin filtros hasta sus zonas de origen.
Esto sólo es un reflejo de la situación actual que se extiende a otros sectores. México pertenece al 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo. La desigualdad económica y social es grave. La crisis sanitaria por el Covid-19 aumenta la preocupación en diversos sectores con una pérdida de 346 mil 876 empleos de acuerdo a declaraciones de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social en voz de su titular Luisa María Alcalde.
Volver a la “normalidad” es un término que, seamos conscientes, es una burla y una quimera no existente en el país en el que vivimos. Antes y después del Covid-19 la historia ha sido la misma. Desigualdad constante en donde siempre han existido debilidad en las clases más necesitadas.
Pelear ante una pandemia en la que las condiciones han sido para muchos ojos más claras. No es lo mismo hacerlo desde los círculos de poder y privilegios, que en la realidad cruda de quienes carecen de lo elemental; agua, un sistema de salud a la medida, incluso la posibilidad para muchos niños y jóvenes que no cuentan con los implementos necesarios y justos para estudiar a distancia, coloca a los gobiernos en una posición que los proyecta como insuficientes, poco solidarios y comprometidos a las circunstancias. Ocupados en buscar mejores posiciones, conservar el “poder” discutir y legislar incluso aspectos hoy irrelevantes, acusar, señalar sin aplica correctamente la ley, dividir, dar la vuelta a las soluciones inmediatas y justas, hoy ejercen su “voluntad” sin pensar en los más necesitados y sin darles “posibilidades” a quienes producen, crean, investigan y SI se la juegan por Mexico.
Cierto…
A partir del Covid-19 muchas cosas tendrán que cambiar. Pero tendrá que ser para bien. De inicio, y en especial en nosotros la sociedad toda. Trabajando con mas ímpetu desde cualquier espacio, eligiendo, pero eligiendo bien, con un criterio informado y analizado.
No es posible, y lo hemos visto siempre, en el Mexico de hoy, de ayer, de siempre, que sigamos dividiéndonos por aplaudir lo inaplaudible ante figuras en el círculo político que sólo llegan a enriquecerse y terminan con los bolsillos llenos sin consideración a los más humildes.
Como sucede y observamos, los mexicanos tenemos más corazón que memoria; aún creemos en discursos golosos que no aplican a la realidad que nos circunda.
Si, las cosas deben y tienen que cambiar. Es un deber para con las nuevas generaciones en las que todos tenemos obligación y si no lo hacemos, tendremos culpa. Hay ensoñaciones que se diluyen con sólo mirar más allá de nuestra puerta. Porque no es la misma pisada para quien usa huarache al que utiliza las mejores marcas, hay que entenderlo.
Es tiempo de ver, de observar bien y con detenimiento, ser soporte y apoyar sólo y exclusivamente a quien lo merece y de muestra de “querer” hacer las cosas. México, un país con enormes riquezas naturales, una capacidad probada para salir de las peores crisis, tiene la forma desde sus bases para lograrlo, según datos de la OCDE en promedio, el mexicano destina 2,255 horas anuales, una de las cifras más alta de las economías. Por ello, se debe hacer un llamado de atención cada vez que se pueda, a través de las urnas a quien aspire a ostentar el poder para que implemente acciones que soporten el esfuerzo de la clase trabajadora.
Hay que entenderlo. No hacerlo, implicará que muchos hogares se vean comprometidos y disminuya su posibilidad de crecimiento. El Covid-19 es tan sólo uno de los problemas que hoy los Gobiernos desde cada orden y el que se considere “más cercano” no tiene forma de solucionar de manera inmediata.
Al tiempo…
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