CARTAS DESDE CHICAGO
¿Pozol o Cloro?
/Por Rogelio Faz/
Con el SARS-Cov-2, el virus que casusa la enfermedad del coronavirus (Covid-19), ataca no solamente a las personas que padecen condiciones de salud preexistentes pulmonares como asma, del corazón, diabetes o sistemas inmunitarios débiles. Entre más se busca más se le relaciona a otros males, incluida la salud mental, donde caben perfectamente muchos políticos buenos y sanos.
Supuestamente los más vulnerables a las pandemias son las personas mayores de 60 años de edad, por tener un sistema de inmunidad débil. Sin embrago, esos otros males no relacionados al coronavirus provocan pánico, ansiedad, insomnio… que a su vez crean condiciones de inestabilidad emocional con actitudes negativas que pueden llevar a decir o hacer estupideces.
Entre esas reacciones están las crisis personales o la histeria colectiva. Cuando la sociedad entra en confusión tiende a perder la credibilidad de los expertos y siguen al pie de la letra los remedios que escucha en la calle o de sus líderes.
Para esto funcione se necesitan condiciones similares como si se tratara a una pandemia que ayuda a propagar cualquier desequilibrio mental.
En ambos influyen rumores y recomendaciones no profesionales. Cuando esos remedios provienen de voceros de la salud o representantes políticos, se toman como recetas milagrosas, y en lugar de hacer un bien podrían crear condiciones adversas y una nueva enfermedad o la muerte por envenenamiento.
Se dice cuando uno mismo o un ser querido esta enfermo de gravedad y no hay remedio, por desesperación se encomienda a Dios, aunque no se sea creyente, y si no hay respuesta, al diablo.
Pero mientras no sea uno el enfermo, florecen las ocurrencias como remedios así sean menjurjes, brebajes, ungüentos, plegarias, rociadas vocales con tequila o veneno para matar todo bicho.
Todo esto surge cuando no se tienen los conocimientos, los recursos o los medios para combatir el dolor y la angustia. Y hasta se bromea ‘seriamente’ para ocultar la incapacidad o la ignorancia.
Y como a esos políticos enemigos de las ‘fake news’ y dueños de la verdad que están en la edad de alto riesgo por razones bilógicas y mentales, hay que creerles, pues de lo que digan algo de verdad a de haber, por eso están ahí ¿o no?
Así que, a tomar o inyectarse todo lo que recomienden de “buena fe” los rucos electos, aunque tengan cero conocimientos medicina.
Para empezar, que tal un pozol a base de maíz hervido en hidróxido de calcio (cal) con cacao, servido en una jícara ‘al tiempo’ o con hielo ¡mmm…! Pero si no está en el sur de México como en Tabasco, y está en Estados Unidos y no quiere seguir la receta del “doctor Trump” de inyectarse cloro, pues, si tiene suerte de encontrar en los supermercados Lysol en spray, rocíelo por toda su casa para que lo respiren profundamente todos, incluidos los bebés ¡mmm…!
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