Mosaico Ciudadano
NO ES UN CUENTO
/Por Amalia Martinez Austria/
En paz. Sentada mirando el horizonte.. con esperanzas, de que aparezca la lluvia para sembrar..o alguien que la ayude, escuchando atentamente, con manos entrelazadas en una petición constante, con sentimientos ambivalentes, fe y angustia.. ¡no hay nada¡ solo silencio y abandono..
Adentro en el jacal, 3 niños dormidos, los venció el hambre, sin futuro, sin pensamientos de ambición malsana, solo comer, los juguetes ellos los fabrican, con imaginación, como lo hacen los pobres, carentes de todos hasta del padre que se fue con intención de un mejor destino, a buscar la vida sin preparación solo la fuerza de las manos, el corazón dispuesto y muchas veces atrapado, sin poder volver, sin oportunidad y por ende sin salida.
Historias reales hay muchas…
Desde el lugar donde se viven los momentos más difíciles, desesperantes incluso, como son en los hospitales. Desde donde duele el dolor.
Caminando, buscando, sin cómo resolver, lo hemos visto, vivido. Una de las experiencias más increíbles en el Mexico de hoy, de siempre, porque no deben suceder. La de un Padre, que se acerca con absoluta humildad, sin decir nada de lo que le duele, porque son vivencias de las que no vislumbra que “no deben ser” buscado, buscando una caja de carton pequeña con insistencia.
Ante la pregunta. La duda, para que puede quererla tanto, sin que se asome en su voz nada que delate lo que vive. “ es para llevarme el cuerpo de mi hijo” “no tengo otra forma” “Acaba de morir” ¿Que puedes decir? ¡no hay palabras¡ solo ayudar, buscas la bendita caja, la arreglas lo mejor que se puede, en silencio con el respeto al dolor ajeno que en ese momento también es tuyo.
Es cuando rememoras lo que has visto, gente buscando en sus bolsas el dinero que no existe, para pagar la cuenta, para medicamento, para el traslado de un hospital a otro, ¿de comer? ¡Eso es lo menos importante¡ como tampoco importa, porque lo vimos, en otro hombre con los pantalones rotos, corriendo del campo al hospital, sin saber leer, que se sube, por apoyo de gobierno al helicóptero, si con ello se salva al hijo accidentado, sin mediar el cómo, con absoluta valentía y resolución.
Médicos trabajando, los mas con profesionalismo, enfermeras atentas, trabajando con lo menos, con lo que hay. Como se puede, acostumbrados a querer hacer, desde que decidieron una de las profesiones mas humanas, cuando sin sueldos justos, tenían que conformarse con el deseo de “aprender” de terminar su carrera. Olvidados por los gobiernos de hoy, de siempre que deben contribuir mas para que ellos puedan lograrlo, para hacerlo un poco mas fácil.
Curioso es que el camino tenga tantas direcciones con distinto destinos que sin duda en algún momento se entrelazan y que son parte uno de otro.
El del que tiene el poder, y puede mejorarlo y no lo hace, con el de aquellos que requieren que esto mejore. Mexico, el de todos, debemos entenderlo nos muestra que tiene un punto en el que todo se pierde y parece que se une.
No hay excepción en la obligación de servir. Hay muchos a quienes se les debe. Entre los diferentes movimientos sociales, al término de cada uno de ellos. En la construcción diaria del país. Aún hay mucho que no se ha hecho y sociedad a la que no se le ha cumplido.
Muy lejos… A cientos de kilómetros se oyen los discursos , de un cambio para todos, de búsqueda de soluciones, y gente esperanzada escuchando, oyendo propuestas, creyendo, otorgando su confianza a lideres de siempre, que quizás entienda, que en verdad cambie las cosas. Que haga la diferencia.
En tanto llegan los valientes. Los que si quieran. Los que se perfilen en verdad por acciones comprometidas y desde su trinchera deseen hacer oir la voz de los desvalidos, de la gente sin oportunidades. Muchos esperan, con hijos que necesitan un mejor futuro, callados, con fe, con esperanzas de que que quizás mañana… mañana existan respuestas.