”Mano alzada” sustituye a la Constitución: T4a
*Por esta imposición, miles deciden por millones de mexicanos.
Por Luis Repper Jaramillo*
Recuerdo en mi niñez que mis hermanos mayores, mis maestros, los amigos de la cuadra o algún interesado en sacar provecho de la inocencia, candidez o trampear, aludía a la frase convenenciera “levanten la mano quienes quieren, esto, eso o aquello”, sabía que a cambio de izar el brazo me compensarían con dulces, ropa, regalos, que sin chistar, apoyara a aquel que sacaría beneficios de esa carga emocional que toda persona tiene para obtener “algo”
No es casual, sino causal que quien utiliza este engaño maquina dominar, fijar una posición, obtener un bien o sentir que tiene el poder y control del momento con visión a futuro.
Esto que en la historia popular, colonias, barrios, pueblos, barriadas, en la familia numerosa era común en los 60, 70, 80’s, en el México del Siglo XXI lo revive el eterno candidato presidencial (18 años de intentos) Andrés Manuel López Obrador… y no equivoco al decir “candidato presidencial” porque a pesar de tener la investidura constitucional de Jefe del Ejecutivo, sigue practicando las promesas de campañas, dirigidas a los acarreados, militantes, simpatizantes y oportunistas de Morena, que llenan las sillerías, graderías y espacios ad hoc, cuando éste encabeza un acto oficial.
Han pasado 7 meses desde la Toma de Protesta al cargo y sigue actuando tal cual lo hiciera durante casi 2 décadas en busca de la Silla del Águila. Sus testaferros siguen llevando (por conveniencia) gente aplaudidora, gritona, matraquera, banderillera, peones de Morena; más (a fuerza) beneficiarios de los programas sociales de la Transformación de 4ª Adultos Mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro, burócratas de las dependencias federales, estatales y municipales (del lugar en donde se desarrolle) y afiliados a Morena de distritos electorales locales.
A López “no le ha caído el veinte” que es Presidente de México, pues en cada mamotreto que encabeza utiliza el mismo protocolo y estilo que usó como candidato, ya cite los acarreados. Arriba, en el templete, la misma imagen desalineada, rebasada, manipuladora, con un discurso desgastado, agresivo, insultante, con voz castrosa, atorrante, que no convence… bueno nada más a los “asistentes” por así convenir a sus intereses, no por convicción o agrado.
Desde la plaza, el dueño de Morena (porque no ha desligado el partido del despacho en Palacio Nacional) gobierna y dispone bajo el banal argumento de que “el pueblo bueno” decide, aprueba, reconoce. Una actitud que viola la Constitución y las leyes que de ella emanan (como lo protestó el 1 de diciembre de 2018 ante los mexicanos en la Cámara de Diputados), porque a la fecha ha dispuesto al menos 3 acciones a mano alzada que dista mucho de una decisión legal, consagrada en la Carta Magna, que se llama Ley de Consulta Popular, que “manda al diablo” para imponer su voluntad.
La primera, usurpadora de una disposición legal, fue cuando por sus cataplines ordenó la cancelación de las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que se construye en Texcoco, aludiendo que desde la campaña en sus mítines preguntó a los miles (que quede claro, miles… no millones) de acarreados que “levantaran la mano” quienes querían que se suspendieran las obras del nuevo aeropuerto.
Obviamente, los “asistentes” de Morena como corderos aprobaron la moción y antes de asumir el cargo el 1 de diciembre de 2018, organizó una “consulta popular” sin el rigor constitucional, el aval del INE, el protocolo para preguntar. Con la organización, procedimiento en mesas de votación, supervisión, vigilancia y conteo de miembros de su partido, dio por bueno el resultado (siendo candidato) la historia la conocemos.
Como le dio resultado, importándole madres leyes, instituciones, autoridades, instancias internacionales que desaprobaron su “procedimiento” López vio y sigue el camino de su política de “mano alzada”, pues para él es más importante que la Constitución.
No tardó nada para practicar su visión “que el pueblo decida”, sí Andrés, en tus mítines de campaña, no como política de Estado y sujeta a las normas constitucionales que los mexicanos nos hemos dado. Tú, por supuesto, nada eres ante la Carta Magna –aunque portes la Banda Presidencial- para ti las instituciones, leyes, reglamentos, autoridades yacen en el Infierno, asumes el rol de único y prohombre dueño de la verdad, respaldado por un Congreso de la Unión sumiso, palero, obediente y desvergonzado, que te permite TODO, aunque no tengas razón.
Controlas al Poder Judicial apanicado, miedoso, pasivo e indolente, ocupado más en defender sus millonarios salario, prerrogativas y bonos, que por impartir justicia pronta y expedita.
Porque las dos instancias sabedoras de que tus “consultas populares” a modo violan todo los preceptos de Derecho, guardan convenenciero y vergonzante silencio, no actúan contra tus ocurrencia y decisiones que en las plazas ordenas.
Les recuerdo a legisladores, ministros y magistrados que la omisión y complicidad son delitos federales que se castigan con cárcel, inhabilitación del cargo y repulsa popular.
Luego de la simulación de “consulta popular” por el NAIM, el señor López, nos repitió la dosis. En un mitin “a modo” en Poza Rica, Veracruz, en abril, cuando las relaciones México/Estados Unidos cruzaban por su peor momento en el asunto de los migrantes centroamericanos, a “mano alzada” pidió a los “asistentes” decidir si le respondía agresivamente a Trump su actitud beligerante; sus “corderos” alzaron la mano para decir NO. Esto hizo reír al Mesías, no devolvió el twitter de su acusador.
López no sabe o su indolencia lo ciega, que existe un protocolo diplomático para entablar comunicación con su similar extranjero. Que obedece a la histórica doctrina mexicana de respeto y dignidad diplomática que colocó por muchas décadas a México como nación digna, respetuosa, cordial y honorable, que la Transformación de 4ª ha mancillado, ignorado y mutilado (para empezar, al colocar como Canciller, jajajajaja, a Marcelo Ebrard, un indigno representante mexicano ante el mundo).
Otra aberración lopezobradorista se dio en el mismo mes, pero en Champotón, Campeche, cuando en visita oficial en otro masivo “a modo” inquirió a la masa que levantaran la mano para decidir si el “Presidente pintaba su raya” ante al gobernador del PRI, Alejandro Moreno (Alito) uno es de Morena y el segundo del Revolucionario Institucional. Actitud irresponsable, pues al asumir el cargo constitucional, moral y éticamente, debe despojarse de colores partidistas, pues gobierna para todos sin importar filiación partidista.
Pero no es que López quiera dejar en manos del “pueblo bueno” las decisiones de un gobierno incapaz, no. Lo que sucede es que no quiere asumir responsabilidades si algo sale mal. Para su conveniencia jamás buscó mano alzada para preguntar al pueblo si deben bajar los precios de las gasolinas, si debería despedir a más de 400 mil burócratas de diciembre a junio; si la prioridad social es la salud de los mexicanos y por qué suspendió el suministro de medicamentos –sin justificación alguna-. O si la ciudadanía quiere que se eliminen los diputados y senadores plurinominales (holgazanes y corruptos).
Ahí calla, ignora, menosprecia la voluntad del “pueblo sabio”. Lo que no le conviene hace mutis.
Otra violación legal y actitud injerencista a “mano alzada”, se dio apenas hace un par de semana cuando en visita oficial a la Comarca Lagunera, en Durango, se presentaría el Proyecto “Metrobús” La Laguna, que uniría los municipios de Lerdo y Gómez Palacio, con recorrido de 25.5 kilómetros en beneficio de 180 mil usuarios al día, que ahorrarían tiempo, dinero y dotaría seguridad integral.
El concepto ya tenía planos, costos, proyecto, diseño y lo demás.
Bueno, al llegar López Obrador al mitin “a modo” miles de morenistas y vecinos de la región “invitados”, levantaron cartulinas exigiendo la “no construcción del sistema”. Al masivo asistieron poco más de 5 mil personas.
Ya entrado el evento, sin más ni más –como premeditado- AMLO sugirió: “en respuesta a las peticiones en sus pancartas ¿quieren que se construya el Metrobús, sí o no?”… la “mayoría” (no los 5 mil) dijeron no.
Con soberbia, ironía y burla hacia los 180 mil usuarios al día; 900 mil a la semana y 3 millones 600 mil al mes, López Obrador exclamó “ya no hubo Metrobús” Insultante.
Es decir, menos de 5 mil pelagatos, afectaron a 3 millones 600 mil duranguenses que utilizarían para su traslado este servicio. Tanto López como los acarreados violaron la Ley de Consulta Popular, consagrada en la Constitución, por el capricho de un sujeto que se siente amo de México y en la calle -con minorías- decide el destino de millones.
Por si no lo sabes o no te lo han dicho, Andrés, la Ley de Consulta Popular tiene por objeto regular el procedimiento para convocar, organizar, desarrollar, computar y emitir resultados de una consulta para promover la participación ciudadana (no 5 mil acarreados).
Esta, es un mecanismo de participación ciudadana que ejerce su derecho a través de un voto emitido (no a mano alzada) en el cual expresa su opinión respecto de uno o varios temas de trascendencia nacional, estatal o municipal (Metrobús era fundamental para millones de usuarios de Lerdo y Gómez Palacio, Durango).
López, esta Ley es de orden público e interés social, de observancia federal.
Pero como a ti no importan leyes, instituciones, autoridades… menos la Constitución, haz suplido ésta por “mano alzada”, como Biblia de la Transformación de 4ª.
Resurge la pregunta que ni legislativo ni judicial han querido responder: ¿hasta cuándo permitirán que El Peje, siga pisoteando la Constitución, sus Leyes, la dignidad de los mexicanos?
A ustedes los ignora, humilla, insulta, controla, elude, desprecia… esto les gusta y aceptan, pero nosotros no somos ustedes. Pongan hasta aquí a este Mesías, que ha roto la unidad nacional, de quien sube el tono en redes sociales de exigir su dimisión, que se vaya y no dañe más al país.
Si no actúan ya, el “pueblo bueno” tomará otras medidas. Al tiempo.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)