Mochila Política
Otra ruta clientelar e ideológica de AMLO
/Por Héctor Moreno/
Mientras las negociaciones sobre la reforma educativa mantienen la expectativa, el Presidente López Obrador y su grupo avanzan en otra ruta clientelar y de ideologización de los jóvenes: las Universidades del Bienestar Benito Juárez García(UBBJ).
Según lo expresado por dirigentes de Morena, dicho programa cristaliza “un sueño” del Presidente López Obrador: que ningún joven se quede sin escuela.
El objetivo oficialmente planteado es permitir el acceso gratuito a la universidad a jóvenes que viven en las zonas más pobres del país o que por distintas razones no han podido continuar sus estudios a nivel superior.
Para este año, la bancada de Morena le asignó mil millones de pesos en el Presupuesto para abrir 100 planteles en 31 entidades (Baja California Sur es la excepción), en donde, aseguran, se abrirán 32 mil espacios.
Las unidades educativas estarán en municipios cuyos números de habitantes oscile entre 15 y 45 mil habitantes, que sufran de “abandono y violencia” y se les atenderá con “un sentido comunitario”.
De las 36 carreras ofrecidas hay desde Beisbol, Música y Laudería e Ingeniería Agroalimentaria como la de mayor presencia.
Aquí se puede consultar la lista completa:
En realidad se trata de un proyecto iniciado en 2016 por Morena para ofrecer “escuelas universitarias” en municipios y entidades gobernadas por ellos, en donde los jóvenes podían ingresar sin aplicar ningún examen, en su lugar se aplicaban “valoraciones diagnósticas” antes de iniciar los cursos.
Los alumnos no pagaban cuotas y se les garantizaban todos sus materiales de estudio y prácticas de campo.
El financiamiento provenía, según Morena, de aportaciones de diputados de ese partido, aunque nunca se transparentaron ni los procesos ni los datos.
La inspiración del programa era acabar con la educación “neoliberal” y formar jóvenes más comprometidos.
El programa fracasó cuando estaba en control de Morena, pues de las 19 escuelas universitarias que abrieron, 13 no tuvieron Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE). Eran estudios sin valor, pues a quienes cursaban en estos planteles no se les podía expedir título ni cédulas profesionales.
Otros planteles cerraron o cambiaron las “carreras” que ofrecían.
Pero ahora en el poder, López Obrador y Morena simplemente lo implementaron, ampliaron el número de escuelas, le asignaron recursos del erario, pero el espíritu y el control del programa es el mismo.
Centros de ideologización
El programa busca desterrar los resultados del neoliberalismo, los principios bajo los que se organizó la educación en ese periodo, entre los cuales resalta “su delirio de conquista universal del orden del mercado en todo el mundo; la inclusión obsesiva de los términos calidad, competencia, productividad, eficiencia y certificacióncomo obligada referencia de una inescapable educación para el mercado”.
Para Morena, la educación durante el neoliberalismo fue el eje ideológico y político en el que se sustentaría “la más radicalmente conservadora transformación del orden desde la Conquista”.
Y asumen el mismo posicionamiento de la CNTE: rechazan las evaluaciones a los docentes y a la institución.
“Los resultados de esta nueva Cruzadaestán a la vista: aún cuando las evaluaciones se realizan de manera forzosa y se amenaza de despido a cientos de miles de docentes, es visible el deterioro del esquema de autoridad que ejerce la Secretaría. Esta no es una autoridad moral o académica, como sería deseable, sino la simple y llana agencia que ordena y vigila”.
Para ellos, con una somera revisión de la batería de reactivos de las pruebas Pisa, Enlacehan servido para desestructurar planes y programas de estudio.
Ofrecen “formar profesionales con capacidad crítica y analítica, comprometidos con su sociedad y con altos estándares éticos y de responsabilidad profesional, conforme a los valores de la humildad, austeridad, honestidad, solidaridad, atención y entrega a los más necesitados, guiados por una vocación de servicio, ideales de justicia, dignidad y equidad, y comprometidos con la causa de la democracia y la soberanía de nuestro país”.
Quien fuera la responsable de las “escuelas universitarias” de Morena ya fue designada responsable de este proyecto en el nuevo gobierno.
Raquel Sosa Elízaga de ser la Coordinadora del programa de Escuelas Universitarias A.C. del Movimiento de Regeneración Nacional pasó a ser coordinadora del programa Universidades para el Bienestar Benito Juárez García.
Ha sido cercana colaboradora de López Obrador desde hace más de una década.
Clientelismo juvenil
Una de las principales características será que los jóvenes que ingresen a estos planteles serán inscritos para dotarles la beca de Jóvenes Construyendo el Futuro, con lo cual recibirán mensualmente 2 mil 400 pesos.
De cumplirse las expectativas, unos 32 mil jóvenes tendrían estudios gratis y un subsidio mensual.
A pesar de la opacidad con que se siempre se manejó ese programa desde Morena, ahora se buscarán liquidaciones para asociaciones civiles que aseguran se formaron para los planteles que abrieron durante los casi tres años que controlaron ese programa.
Para abrir los planteles, aseguran, se constituían notarialmente asociaciones civiles y las dirigían destacados militantes de Morena (algunos de ellos hoy funcionarios federales), entre ellos Javier Jiménez Espríu, Jorge Carlos Alcocer Varela, Bertha Elena Luján Uranga y hasta Bernardo Bátiz.
A pesar de que la mayoría de las “escuelas universitarias” de Morena no tenían RVOE, ahora eso no importa, pues pasaron a ser instituciones oficiales con financiamiento público.
La centralización del programa por parte de Raquel Sosa Elízagaserá completo. En los planteles solo habrá coordinadores académicos, oficinas administrativas y los profesores.
La coordinación general tendrá su sede en el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal), en Pátzcuaro, Michoacán, a 350 kilómetros de la Ciudad de México.
Ese organismo ha tenido influencia de populistas del viejo sistema priísta en momentos decisivos. Para su fundación en 1951, el ex presidente Lázaro Cárdenas donó la finca La Eréndira y en el sexenio de Luis Echeverría se modificaron sus funciones y su nombre, como aparecen en la actualidad.