viernes, septiembre 20, 2024 - 10:42 am
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!QUE HAGA «THE WALL» PUES¡

CARTAS DESDE CHICAGO

¡Que haga “the wall” pues!

/Rogelio Faz/

Con la obsesión del presidente estadounidense Donald Trump de construir un muro (continuar) en la frontera con México, surgen los argumentos en contra, desde lo ineficaz que sería para detener la inmigración ilegal como el narcotráfico. Hasta la ofensa para México, que lo hace ver como un vecino indeseado y peligroso.
Muros, cercas, vallas y todo lo que se le parezca, son para marcar límite de propiedad, privacidad o protección. No hay nada de nuevo en eso. Y en México no nos debería de sorprender pues si en algo se distinguen los barrios de nuestro país son por bardas que dividen a vecinos unos de otro.
Ponemos cercas de acero con picos o pedacería de vidrio en la parte superior de los muros, con un portón de fierro al frente de la casa para evitar que entren intrusos.
El propósito es  protegerse a la familia, pero exhibe la desconfianza a los demás. Esto es muy raro verlo en Estados Unidos, salvo en los barrios latinos que tenemos la costumbre de poner rejas alrededor de las casas.
En los barrios de los “gringos desconfiados y racistas” los que tienen barandales o mallas a media altura, son para evitar que los niños o las mascotas se salgan.
Y en ciudades como Chicago, en las últimas décadas conforme ha aumentado la población latina se ha incrementado el enrejado, y la inseguridad no ha disminuido. Resulta irónico que los mexicanos de aquí y de allá nos ofendamos porque alguien nos quiera poner una “Wall”. Si bien la inmensa mayoría es de buen carácter moral, no significa que no haya malosos.
Pero ¿cuántos delincuentes pueden acechar su casa? pues en realidad muy pocos, la gran mayoría de los vecinos o transeúntes son gente de fiar. Pero por los pocos malosos se ponen esas bardas. La intención es proteger a la familia y demostrarlo, para eso se gasta parte del presupuesto familiar que bien podría ser utilizado en muchas otras cosas necesarias.
¿Qué es muy caro poner un muro con ese pretexto? sí que lo es. ¿Que ofende al vecino? pues también. ¿Qué eso va a detener a los bad hombres? ‘pueque’, pero da la impresión de proteger a la casa. ¿Qué eso ofende a México? pues no debería, estamos acostumbrados a eso. Tanto que en cualquier parte de México a donde se vaya, no se verá hacia adentro de las casas, o a los inquilinos dentro de ellas como sucede en los barrios de los gringos ‘desconfiados’.
Pero el muro nos ofende, incluidos los indocumentados en EU que se indignan hasta por el costo. Mientras que en México se ‘cuchuilea’ al presidente Andrés López Obrador a que salve el honor del país, que por cierto se excusa con el ‘respeto ajeno’. Además ¿qué podría decir? Entoncesss, aaahh, eeehh, ¡yyyy…! ooohh, uuuhh.     
Trump para detener a la inmigración usa a la delincuencia y las drogas, y exagera hasta llegar a un punto ofensivo. Cuando de acuerdo a los entendidos del tema; las drogas entran principalmente por otros lados y la inmigración no se va a detener por un muro. Entoncesss… ¿qué nos aflige?
Así que ¿que perdemos si Trump continúa con el muro? como quiera no le va a alcanzar el tiempo político ni la existencia. Y si lo hace con una orden ejecutiva con el argumento de emergencia, pues en cuanto llegue un presidente de ‘fronteras abiertas’ le cancela la orden.
Y entonces sí, volvemos a entonar la canción de Chente Fernández, que dice: […la migra a mí me agarro 300 veces digamos…] […a mí me hizo los mandados, los golpes que a mí me dio se los cobre a sus paaisanoooos…] ¡ajua pues!
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