En 100 días sabremos si hay capacidad para gobernar México
*El país no tolerará soberbia, imposición y falta de decisiones
Por Luis Repper Jaramillo*
¡¡Bueno… ya llegó. Ya es Presidente Constitucional!!… ¿Y…? Por fin logró su sueño de poder… pero, qué diferencia habrá respecto a los 76 años del priismo corrupto y 12 de panismo incapaz, nepótico e inmoral; además de fallido en su guerra contra el crimen organizado, que perdió.
Hoy será la “izquierda” necia, contestataria, oscura, opaca, revanchista y timorata, que “como dice una cosa, dice otra cosa”. Un Movimiento de Regeneración Nacional que es más de lo mismo, obsesionado con el poder y ciego ante los errores que en 5 meses ha cometido y no acepta su equivoco.
¿Ese será el sino del sexenio 2018/2024? De ocurrencias, desdecires, reculadas, de habilitación de políticos tranzas (Napito, Ebrard, Riobóo, Monreal, etc.), de no cumplir con la palabra de campaña. De ocultar la procedencia y uso de dinero, durante 18 años de periplos por el país y el extranjero para sembrar el sueño de llegar a Palacio Nacional “me canso ganso”… ¿Y ahora qué?
¿Legitimado?, sí, no está a discusión. Más de 30 millones de votos cimientan la confianza, fe y ¡credibilidad! en El Peje… peeero, en cinco meses de candidato triunfador y presidente electo esa esperanza devino a menos por los “bandazos”, ocurrencias y desdecires que ponen en duda que pueda ser un buen gobierno.
Retomo, con el permiso de Raymundo Riva Palacio, Director General del Portal “Eje Central”, datos de una encuesta telefónica realiza a 500 ciudadanos respecto a si Andrés Manuel cumplirá sus promesas de campaña, ahora que inicia su sexenio.
Tiene una expectativa alta, el 56.8 por ciento qué cumplirá. Esto le da espaldarazo popular… Pero Andrés tiene enorme facilidad de perder capital político, por sus arrebatos: “al diablo con sus instituciones”, prensa fifí, corazoncitos, “me canso ganso”, “delincuentes de cuello blanco”. “Me canso que meteré a la cárcel a Peña Nieto”, hoy son miguis, miguis y hasta comen del mismo plato y pactaron en lo oscurito.
Esas debilidades, ahora que ostenta el poder, le causaron que del total de encuestados 44.1% dijera que honrará su palabra. 31.8 por ciento poca o ninguna y 24.1, sólo alguna.
Sin embargo, a partir del 1 de diciembre notaremos y sentiremos si el tabasqueño tiene la capacidad, habilidades, perfil profesional para el cargo y “tamaños” para reordenar el colapsado país que en seis dejó Enrique Peña Nieto.
En el lapso de 150 días, contados a partir del 1 de julio, muchas cosas derrumbaron la palabra de López Obrador… aquel que amenazante juró meter a la cárcel a todos los burócratas de primer nivel que robaron, defraudaron, saquearon las arcas públicas, pero en plena euforia triunfalista se desdijo, ¿Casos? Peña Nieto, (Casa Blanca, Odebrecht), Rosario Robles (Estafa Maestra, 2 mil 224 millones de pesos), Luis Videgaray (Residencia en Club de Golf Malinalco, de 7 millones 500 pesos), Emilio Lozoya (Pemex/Odebrecht), Miguel Ángel Osorio Chong (Residencia en Las Lomas de Chapultepec, 50 millones de pesos); Luis Miranda Nava –compadre de Peña Nieto- (Residencia en Las Lomas, 55 millones de pesos)… la lista es larga, pero con estos ejemplos basta para restregar a López Obrador, que su promesa de meter a la cárcel a los corruptos peñista fue “puro choro”, “cacha votos”, mentiras.
Otra más. En busca de ganar la elección presidencial, el de Macuspana, Tabasco, criticando el desastroso plan de guerra contra la delincuencia organizada de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, que causó el asesinato de 267 mil 300 personas, entre sicarios, militares, marinos, policías federales, estatales y municipales, población civil o daño colateral como también se conoce, prometió, alharaqueó, que eso se terminaría, regresando a los cuarteles a las fuerzas armadas, porque ese no es su papel.
Incluso en videos de campaña, reiteró decenas de veces “sacaremos de las calles a los soldados, los regresaremos a los cuarteles, y la seguridad estará a cargo de la Policía Federal, presumió, la Nueva Policía Federal”.
Sospechosamente, en sus tres encuentros privados con el aun inquilino de Los Pinos, Enrique Peña Nieto, algo pactaron, pues intempestivamente, Andrés Manuel cambio de parecer, y en su propuesta de seguridad, anunció la creación de la Guardia Nacional, conformada ¡por las fuerzas armadas¡ soldados, marinos y policías federales –que dicho sea de paso, son castrenses habilitados como civiles-, cuyo mando será, nada menos, que la Secretaría de la Defensa Nacional… ¿entonces, Andrés Manuel, no respetarás tu palabra, igual que Peña Nieto?… ¿no que regresarías a los cuarteles a los militares?
Con esta reculada, a partir del 1 de diciembre, o semanas después el gobierno amlista sacará a las calles las tanquetas, cuerpos motorizados aire/tierra, gases lacrimógenos, tanques, carros artillados con cañones de chorros de agua, balas de goma, etc. para deshacer manifestaciones, bloqueos, plantones, marchas.
La mano dura de la obediencia –sin razonar- de los militares para callar la inconformidad social.
¿Y el proyecto sexenal para frenar las actividades de la delincuencia organizada: enfrentamientos, control de las plazas, secuestros, derechos de piso, tráfico de drogas, de armas, trata de blancas, prostitución, y de más calamidades, como lo enfrentarás? ¿Con perdón y olvido? con amnistía… ¿La verdad? No hay plan.
Lo que presentó semanas atrás el improvisado Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, es sólo un octálogo de buenas intenciones, que no concluye con la erradicación total y absoluta de los cárteles mexicanos. Y no podía ser de otra manera, pues el “Plan” fue diseñado, elaborado y pensado por un sujeto que no tiene el Perfil Profesional para el cargo, es decir, en su palmarés no aparece ningún indicio de que haya desempeñado alguna responsabilidad policial. Esto es una imposición, improvisación, un pago de factura por el apoyo durante la campaña presidencial, ¿o no, Andrés?
No será con que los sicarios pidan perdón a los deudos de sus víctimas como éstos rediman sus culpas y retomen el camino del bien para alcanzar la paz en México… No, Andrés Manuel, esa decisión es sólo tuya, no dejes en manos de la población, a través de tu consultivitis que la gente apruebe lo que ya decidiste, el perdón, olvido y amnistía para los sicarios y líderes del hampa, porque tu frases populistas de “amnistía para lograr la paz” “ya no queremos la guerra, queremos la paz en el país”, fueron “cacha votos” Ya ganaste, ahora actúa como mandatario federal y enfrenta con estrategias, planes y acciones frenar la presencia y actividades de las mafias.
Tus consultas son un escape a la falta de planeación sobre los problemas del país. Se escudan para no asumir la responsabilidad del fracaso.
Daremos el beneficio de la duda a la administración guinda. Lo que los mexicanos de bien queremos es pagar, pero lo justo, por el precios de la gasolina, la electricidad, el gas doméstico. La palabrería y deshonra a la palabra lo padecimos en el fallido sexenio priista de Peña Nieto. Igual que él, durante la campaña electoral, López Obrador prometió bajar los precios de los combustibles. A las pruebas me remito:
El 12 de abril de 2018, en uno de tantos mítines mendigando el voto, dijo textual “México producirá sus propias gasolinas con la construcción, en 3 años, de dos refinerías. Nos va a llevar ese tiempo. De entrada YA NO VA A AUMENTAR NINGUNO DE ESOS ENERGÉTICOS”
“Vamos a tener energía eléctrica suficiente y gas, todos los combustibles y vamos a bajar los precios de las gasolinas, el diésel, del gas, de la luz, ese es el compromiso que vamos a convertir en realidad”
En ese mismo discurso insistió “ya no va a haber gasolinazos, y una vez que tengamos las dos refinerías entonces vamos a bajar los precios de los combustible, ese es el compromiso que estamos haciendo”
¿Le creemos? Como dije, daremos el beneficio de la duda y esperaremos los 100 días de gobierno, es decir, a más tardar el 12 de marzo de 2019, deberemos comprar gasolina, gas y pagar la luz más barata que en los sexenios de Calderón y Peña. No lo digo yo, sino las palabras de Andrés Manuel en sus spich electoreros en busca del voto.
Para algunas cosas pide la consulta popular, cuando la decisión no sólo está tomada, sino calendarizada. Entonces por qué no practica su propia bandera para preguntarnos si queremos que bajen los precios de los combustibles. ¿O es indeciso o convenenciero?
Ya en funciones constitucionales no se permite vacilar en decisiones trascendentes. Tiene la mala condición de asumirse todopoderoso, grave error. Funcionario que no confía o no sabe delegar en su equipo de trabajo es un burócrata inconsistente, inseguro, miedoso.
Dejaremos el beneficio de la duda y calificaremos a los 100 días su capacidad de gobernar.
Ya en Palacio Nacional no debe dudar, vacilar, tranzar, acordar en lo oscurito como lo hizo en la presidencia electa con Peña. Tiene legitimidad que le dan más de 30 millones de votos, algunos miles o quizá millones perdió por las decisiones mencionadas. Le citaré algunas más, que no afectará la vida de los mexicanos, pero deja en entredicho el honor del presidente del sexenio 2018/2024, como la invitación a su toma de protesta del dictador y asesino “presidente” de Venezuela, Nicolás Maduro y de su engendro de Bolivia, Evo Morales, opresores y violadores de derechos humanos de sus pueblos, evidenciados en todo el mundo.
Esa afrenta genocida no la perdona la mayoría de los mexicanos, quizá sólo los esbirros y testaferros militantes, simpatizantes y convenencieros de Morena.
Serán visitante non grato, aunque para López Obrador, Dolores Padierna, Marcelo Ebrard, Gerardo Fernández Noroña, Jesús Ramírez Cuevas, Alfonso Durazo, son ídolos de tendencias políticas o dignos de emular. Esto, Andrés no lo perdonamos.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)