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LAS CARAVANAS QUE SE VIENEN

CARTAS DESDE CHICAGO
CARAVANAS QUE SE VIENEN
/Rogelio Faz/
Las caravanas de Centroamérica hacia Estados Unidos es un fragmento de pueblos en éxodo que lleva varias décadas y que ha incrementado exponencialmente la presencia “hispana” en Gringolandia. Algo que se ira acentuando según predominen políticas públicas de gobiernos populistas de izquierda. Que se han valido del argumento anti imperialista para llegar o mantenerse en el poder.  
El sentimiento anti yanqui de esos gobiernos fallidos en Latinoamérica bajo el argumento de ver por los menos favorecidos culpando al capitalismo salvaje, a la larga serán un pueblo que acabará más desvalido y en busca del Sueño Americano’, no de América porque en él vive, sino del “gringo dream”.
En los hechos son fracasos populistas y de fe donde la iglesia es cómplice de la retórica confusa sobre derechos y justicia, que ellos mismos no pueden aplicar en su tierra con su filosofía que se traduce en un engaño de “buena fe”.
Aquello de la sabiduría del pueblo o que el pueblo nunca se equivoca o que Dios sabe porque hace las cosas, es una especie de receta suculenta con sopa Maruchan carente de nutrientes para alimentar a hambrientos y engañar al estómago, que con el tiempo se reflejara en desnutrición social. Es como querer sobrevivir a costa de ostias y cuentos como la repartición de la riqueza a la carta.
Pero como la fe es lo último que debe morir, el recurso más factible es alentar a esa sociedad hambrienta con verborrea a que aguante la dieta, que a la larga lo obligara a ir en busca de aquello que se le dijo era el origen de todos sus males: El capitalismo, que les podría dar escuela y comida a esos hijos con padres que se tragaron el cuento de la justicia social populista o con la venia de Dios.
Las caravanas muestran que el pueblo se soltó de la mano de esos gobiernos fallidos e inoperantes que engendran una sociedad violenta y fanatismo religioso, no obstante, siguen de la mano de Dios que los lleve a la justicia terrenal y a los beneficios malignos del imperialismo.
Las caravanas se van gestando tras el fracaso de esas promesas incumplidas y el apetito por justicia a base de buena fe y ruegos, que al final nos deja con hambre de oportunidades.
Por ahora estamos hablando de las caravanas de Centroamérica, pero dado el caso en México, existe la posibilidad una vez que esas promesas de justicia social y fe en Dios no sean suficientes para llenar estómagos vacíos, dando inicio a nuevas generaciones de caravanas cansada de haber esperado a que las piedras se convirtieran en pan, y si la montaña no viene hay que ir a ella. Una buena dosis de fe que peca de enajenación social.
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