CARTAS DESDE CHICAGO
PRESIDENTE ELECTO EN FUNCIONES
/Rogelio Faz/
Todos los mexicanos queremos un México funcional, moderno, dinámico, seguro y democrático. Y para lograrlo fue necesario sacar a la mafia del poder con el respaldo del pueblo, como les llama el presidente electo Andrés Manuel López Obrador al Prian.
Eso le da legitimidad y poder político, pero no necesariamente lo convierte en un ‘Saving Mexico’.
Un país con mayoría de pobres donde un Estado corrupto y derrochador ya no puede manipular procesos electorales, es factible gane elecciones alguien que se dice humilde y austero.
Pero la democracia no solo consiste en elecciones limpias o sacando a los pillos del poder, sino atender equitativamente todo lo que conforma la estructura de la sociedad. Incluida la que residen en el extranjero.
Gobernar a base de consultas populares, parece un truco para evadir responsabilidades, como está sucediendo con el aeropuerto de la ciudad de México.
La gran mayoría de los mexicanos no conocemos de aeronáutica, de infraestructuras o inversión de capital. De lo único que si estamos seguros es de la corrupción de la política mexicana, por lo que había que cortarle las alas. Pero Amlo tiene a todos varados en la pista o planeando en los aires sin combustible.
Además de ser una consulta a modo por un presidente electo que no está en funciones. Probablemente no sabremos si el aeropuerto de Santa Lucia fue la mejor decisión, sin embargo, el dejar esta alternativa a la sociedad fue esquivar responsabilidad.
Cuando se cuestiona a Amlo sobre otras controversias, para ganar tiempo, dice que aún no llega a la presidencia. Cuando parece está ejerciendo desde el 1 de julio con turbina de campana política.
Tampoco sabremos si la decisión del nuevo lugar para el aeropuerto será la equivocada, en todo caso, a las decisiones tomadas hay que sacarle el mejor provecho. Pero ni alas tiene, ni pistas.
Aun así, como el aeropuerto o aeropuertos serán la obra que distinga al nuevo gobierno, estos serán presentados como un acierto, no obstante, también cargara con lo negativo, lo que se hubiera evitado de haber dejado el proyecto de Texcoco, y únicamente concentrarse en la transparencia y administración. Pero era una promesa populista contra los corruptos y había que cumplir a toda costa.
Además, se dice, que la mayoría de los mexicanos poco o nunca han subido a un avión, no así los paisanos en el extranjero. El avión es un medio común de transporte para ir a México. Y eso de ir de un lado para otro con maletas y familia para transbordar, además de las escalas que se hagan en el extranjero, será un gran inconveniente. Podría desalentar el turismo familiar.
¿Se nos consultó? No, porque no estamos en el radar del vuelo político del presidente electo en funciones. Con el argumento que despaga el 1 de diciembre con un nubarrón en el horizonte, esperemos no se vaya de picada que nos puede llevar a todos.