CARTAS DESDE CHICAGO
Pluris, corrupción virtual.
/Rogelio Faz/
La capital de los Estados Unidos, Washington, DC, tiene una característica política particular. Cuentan con representación en el Congreso, pero sus legisladores no tienen derecho a voto. No obstante, a los residentes les rebajan los impuestos correspondientes. La inconformidad se expresa en una frase que dice “no taxation without representation”.
También la historia nos recuerda que las Trece Colonias y el Parlamento británico, entraron en conflicto por los impuestos y la representación. Los ingleses decían que las Colonias sí la tenían y la llamaban: representación virtual. Para los colonos era simplemente corrupción política. Inconformidad que acabo en independencia.
Es difícil suponer que Washington en la actualidad se independice, pero estas situaciones sirven para ilustrar, en otras circunstancias, la inconformidad política de los mexicanos en el extranjero y su contribución económica, que no cuenta con representación electa en el Congreso mexicano.
Las remesas pagan impuestos en servicios, consumo, productos… como lo hace cualquier turista. Y no por eso los turistas tienen derechos políticos. Bajo este concepto se podría decir que sí se justificaría la no representación, pero no hace justica, las remesas contribuyen más que cualquier impuesto.
Los impuestos que le rebajan a los mexicanos en el extranjero por su trabajo, obviamente no va al erario de México, que es de donde sale parte del botín presupuestal.
Por otro lado, en México, para dar representación a las minorías en el Congreso como a grupos étnicos, de género u otros sectores de la sociedad. Se creó la representación proporcional; los plurinominales, “pluris”. Que no hacen campañas políticas, pero entran en un listado de los partidos, y el número de escaños que consigan corresponderá al porcentaje de los resultados en las elecciones. No es porque no debieran de existir los plurinominales, que es cuestionable, sino porque no cumplen con el propósito.
El hecho que existan comisiones en el Congreso que supuestamente atienden los asuntos relacionados a los paisanos, donde figuran los pluris, en realidad son una representación virtual.
De los 500 curules que conforman la Cámara de Diputados, a los pluris le corresponden 200. En el Senado es un poco diferente pero el resultado es lo mismo.
La conformación de ese listado además de confuso, esta amañado, a discreción de los partidos y a sus dirigentes.
También como parte de la historia, en un foro sobre el tema los derechos políticos de los mexicanos en el extranjero, en el que participo Alejandro Carrillo Castro, quien ya había sido en ese entonces cónsul en Chicago, susurro a un grupo reducido: “no taxation without representation”. Así, en inglés. Dando a entender que los mexicanos como no pagamos impuestos de nuestros salarios directos a México, no hay representación.
Pensar en la independencia paisana sería muy poco factible, pero mientras son tunas o aguacates, los pluris están prostituidos al mejor postor; reservado para los cuates; pago de lealtades y; hasta para compensar supuestas ofensas, que no representan a ninguna minoría. El sistema lo permite y eso es políticamente corrupto.
Al partido Morena y a sus coaliciones les tocaron una buena cuota de pluris. Algunos que, aun viviendo en el extranjero, no representan a los migrantes (Napito). Además, de ser “electos” por dedazo sin ninguna consulta previa por el candidato electo a la Presidencia López Obrador.
Cuando los políticos mexicanos vienen al extranjero como parte de esas comisiones, es para decir lo que vienen repitiendo legislatura tras legislatura: “estamos aquí para escucharlos y llevarnos su sentir al Congreso” ¡Pamplinas! el punto es votar y ser votados para que no anden de mandaderos incumplidos. muchas de las promesas ni siquiera se ajustan a los tiempos legislativos ni siquiera a un conceso de sus partidos.
En la práctica lo que hacen es turismo político. Además, en México estos pluris tradicionalmente han sido parte de la caballada o, para que un político cacique seguía en el privilegio del poder, a quienes los paisanos les importamos un cacahuate. Corrupción virtual.
