martes, noviembre 26, 2024 - 2:48 am

¡YA CHOLE! (2)

CARTAS DESDE CHICAGO
¡Ya chole! (2)
/Rogelio Faz/
El comentario anterior a este, titulado ¡Ya chole! Sobre Andrés Manuel López Obrador, candidato electo a la presidencia de México, motivaron otros que llegaron a este servidor. Algunos me invitaban a reconsiderar el planteamiento, lo que se agradece. Y otros abiertamente fueron agresivos.
 
¿Cuál fue la intención del comentario?…
 
¿Pues cuál es el centro de todo esto? ¿México o López Obrador?  Estarán de acuerdo que es México. AMLO o el Peje, es el personaje del momento en la vida política de México, y su triunfo lo ha expuesto al punto de decir ¡ya chole! Todavía no entra en funciones y ya está cansando su imagen junto a sus polémicas. Él mismo está contribuyendo a eso.
 
Por ejemplo, su seguridad personal está en el centro del debate. Pero si por alguna razón desafortunada llegara a faltar AMLO, los mexicanos debemos de seguir adelante.
 
Cito una anécdota con un ateo antiteísta cuando anda ‘en copas’ dice: “Cuando veas a tu pinche Dios dile que digo yo que chinge a su puta madre”. Aduciendo que Dios no existe y que los católicos vivimos engañados. Y asumiendo que este servidor es católico a rajatabla, lo que no es cierto.
 
Sin embargo, un católico recalcitrante defendería a su Dios a capa y espada, pero eso sería suficiente para exhibirlo como fanático religioso. Digamos que a ese católico se le demostrara con “hechos” que Dios no existe ¿se le acaba la existencia o su alma se va a la perdición? Ninguna de las dos. Excepto por su enajenación.
 
O sea, si Dios existe o no, la responsabilidad de los humanos o ciudadanos es convivir con responsabilidad. Digamos que con los 10 mandamientos sería más que suficiente tanto para la religión como para la política. Y cuestionar los designios de Dios probablemente no nos condene al infierno como aseguran los muy persignados. A la mejor ni insultándolo.
 
En otras palabras, sin Dios o sin el Peje, creyentes, ateos antagonistas, deístas, priistas, panistas o morenistas y los que se sumen, los mexicanos debemos de salir por nuestra cuenta. Pero si condicionamos nuestra suerte o salvación a un ser sublime o real, su ausencia nos mandara al infierno en la Tierra.
 
Las alabanzas o los halagos no hacen milagros. Si por eso fuera ya tuviéramos la vida resuelta, al menos no en lo pagano. Como las mentadas de madres a Dios no van a hacer que se nos aparezca. Creerlo así es preocupante, pues no debemos depositar toda nuestra suerte en un Dios, menos en ningún líder terrenal. Con la diferencia que a Dios no le podemos exigir personalmente, pero al parroquiano sí.
 
¿Usted cree que las personas que se la pasan rezando todo el día por un milagro Dios les cumple? Usted respóndase. Qué bueno que el Peje saco al PRI y al PAN de la Presidencia. Pero ¿hasta dónde debe de llegar el culto a ese “milagro”? no más que el reconocimiento. Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre.
 
El que López Obrador llegue a ser el Presidente no debe de preocupar a los que no son de su fe, porque sus almas no están a sumisión de un líder. El alabo enajena y en estos tiempos la fe ciega no tiene cabida.    
 
Si AMLO llegara a faltar mañana, ‘que ni Dios lo quiera’, los mexicanos así tal cual, tenemos la obligación de convivir en armonía y respeto. Señalar los aciertos y las incongruencias del Peje o de quien sea no va en contra del bienestar común, ni se está a favor de los perversos o los demonios que andan sueltos. Con todo respeto ¿es difícil entenderlo?
 
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