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La firma de Decretos del agua puede ser legal, pero también inmoral

La firma de Decretos del agua puede ser legal, pero también inmoral

*50 años de concesión, en estricto sentido es privatización

Por Luis Repper Jaramillo*

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En el año 2000 cuando Vicente Fox (PAN) asume la Presidencia de México, la compañía refresquera Coca Cola, instala en misteriosas circunstancias una planta, en San Cristobal de las Casas, Chiapas, quizá esto no sea relevante, lo que sí es tramposo, es que meses antes de inaugurar la fábrica, la transnacional desarrolló una campaña publicitaria en tzotzil  (dialecto local) para convencer a los indígenas de beber su producto y para reconvénselos, fijó el precio de su producto muy por abajo del nacional, hasta 4 pesos menos.

¡Tanta maravilla no era casual, sino causal!, ya que esa región del sureste mexicano es rica, abundante, caudalosa en ríos, cuencas y filtración natural de agua… y cómo no?  por su geografía corren afluentes tan importantes como el Grijalva, Usumacinta; se encuentra la Selva Lacandona, pulmón natural que absorbe bondadosas cantidades del recurso que permite conservan su verdor, la vida de flora,  fauna y reserva hídrica no sólo para la región y el estado, sino para el país.

Esta es la causa por la que la “bondadosa” Coca Cola tuvo la bendición de Vicente Fox, para establecerse ahí, aprovechando la riqueza hidráulica de la zona. Por qué tantas facilidades…aah, porque el entonces presidente, años atras había sido Director Ejecutivo, para México, de la transnacional y motu propio decretó que esa empresa explotara la riqueza natural, en detrimento de la población.

Las protestas por el robo de agua fueron constantes, porque el Primer Mandatario había concesionado a la refresquera utilizar a su antojo y necesidades el agua, sin importar que a la población se limitara el suministro.

De inmediato vinieron las reacciones de ONG’s, habitantes, investigadores, concluyendo con estas cifras alarmantes: el mexicano consume al año 163 litros de agua, el más alto de América Latina.

Coca Cola, para elaborar 1 litro de su bebida, utiliza 3, entre lavado, desperdicio y producto.

Más aún, un documental televisivo reveló que en San Cristobal de las Casas, Chiapas, la transnacional utiliza al día 750 mil litros de agua para producir sus refrescos. Con ese caudal se podría abastecer a 10 mil habitantes chamulas.

Fox actuó por intereses económicos y filiales, que por obligación social.

Mañosamente 18 años después se repite la historia… pero esta vez, no sólo en detrimento de una población, sino de la nación. Hoy es un priista, Enrique Peña Nieto, quien misteriosa y agasapadamente, en petit comité (cuates, cuotas y cotos) firma sin que los mexicanos nos enteremos, con la complicidad, encubrimiento y solapasión de legisladores, funcionarios públicos, compinches de su gabinete, 10 Decretos que Eliminan las Vedas de 300 Cuencas Hidrológicas, simulándolas como “Reservas hídricas para uso ambiental”, dándole a particulares derecho a “explotar” el agua de los mexicanos, en su beneficio, usufructo o decisión.

El Artículo 27 Constitucional es muy claro respecto a la “privatización” del agua que el Gobierno Federal no quiere reconocer y cambia –a su interés- por la palabra concesión. A la letra dice el precepto, “la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponden originalmente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”.

Continua el 27 Constitucional, “las expropiaciones sólo podrán hacerse por causas de utilidad pública y mediante indemnización”.

Entonces si el cuidado, conservación, utilización y distribución del agua de suyo es de utilidad pública, ¿por qué Enrique Peña Nieto, quita las 300 vedas y “concesiona” a particulares el manejo y explotación del recurso en abierto atentado contra el Derecho Humano que tenemos los mexicanos sobre este bien natural?

La Nación, como dice el Art. 27 somos el territorio, la población, las instituciones, no un  individuo, como Peña Nieto para tomar decisión unipersonal y donar las 300 cuencas a empresarios que venderán el líquido, para recuperar su inversión. Es el ADN de los dueños del dinero.

En este atentado de quien cobra como presidente de la república, ¿por qué los diputados y senadores (nuestros representantes populares) no impidieron tal barbaridad. Por qué no convocaron a una consulta pública para que la población (que somos parte de la Nación) decidiéramos si aprobábamos privatizar nuestros ríos, cuencas y aguas? Su actitud es cómplice, desafiante e irresponsable. Estos sujetos, de ambas cámaras, no representan los intereses de más de 121 millones de mexicanos, sólo sus políticos, económicos y de poder que siempre los han caracterizado.

Tal como “policía chino”, (misterioso y tarugo) Peña Nieto elucubró como otorgar en concesión aguas nacionales a sus cuates de la IP, aprovechando la distracción de las campañas electorales, las barbaries, masacres entre el crimen organizado y autoridades, así como la enajenación de la Copa del  Mundo de Futbol “Rusia 2018”  para reunirse con sus cuates y firmar los Decretos privatizadores –aunque no acepten esta verdad-

Demos el significado verdadero de esta atrocidad peñista:

CONCESIÓN, dice el diccionario: es un permiso que no transmite la propiedad del bien o servicio.

PRIVATIZACIÓN, es un proceso jurídico y económico mediante el cual las actividades empresariales son transferidas del sector público al privado; es decir, traspasadas o tomadas del Estado como bien jurídico  a agentes económicos privados

La diferencia entre ambas definiciones conlleva procesos similares, el concepto de dominio.

Se amplía el término concesión y pinta la realidad no aceptada por el Gobierno Federal, que estipula que el Estado, denominado concedente faculta a un particular a administrar y explotar en su provecho de forma regular o continua por tiempo determinado (estos Decretos peñistas son por 50 años) bienes del dominio público en busca de satisfacer un interés colectivo, bajo el amparo de un contrato de ambas partes.

El concesionario (los particulares) actúa por su propio costo y riesgo. La labor se retribuye con el precio que pagarán los usuarios.

El mal está hecho. Nuestros “representantes populares” cómplices de la tranza oficial, se mantienen en contemplación, indiferencia, corrupción, dejadez  e impunidad.

¿Cómo “explotarán” los concesionarios las 300 cuencas hídricas? Aún no lo sabemos, ni tampoco los nombres de los cuates, cuotas y cotos, pero seguro estarán propietarios de refresqueras, petroleras, mineras, papeleras, éstos además de depredar nuestros bosques, selvas y maderas, ahora lo harán para lavar el papel reciclado transformándolo en cuadernos, hojas, etc.

Según cada Decreto (10) señala el porcentaje (millones de litros de agua) que pueden  extraer, señala el Título de Concesión (privatización por 50 años).

Los ríos y cuencas que serán privatizado/concesionados son: Grijalva/Usumacinta (Chiapas, Tabasco y Campeche), Papaloapan (Oaxaca, Puebla, Veracruz), Pánuco (Estado de México, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León), Cuenca, Costa Chica de Guerrero, Costa Grande (Guerrero y Oaxaca), Soto La Marina (Tamaulipas, Nuevo León), Río Santiago (Aguascalientes, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Zacatecas), Cuenca Actopan/Antigua (Veracruz, Puebla), Costa de Jalisco (Colima, Jalisco), Río Ameca (Jalisco, Nayarit)

Dice el refrán popular “no hagas cosas malas que parezcan buenas”, justamente eso hizo Peña Nieto, se fue por la libre, aun siendo Jefe del Ejecutivo, tuvo que informar a ambas Cámaras. Salir en cadena nacional a solicitar a los mexicanos si aceptamos ceder a particulares nuestros ríos, cuencas y causes, propiedad de la Nación –no de Enrique Peña Nieto- por un mal llamado Reserva Hídrica para Uso Ambiental, que no respetarán los nuevos dueños, como siempre sucede en México. Haber convocado a una Consulta Popular para decidir si privatizamos el agua; pero no, a hurtadillas, en medio de campañas electorales, guerra fallida contra la delincuencia organizada y el mundial de futbol, nos receta una más de sus equivocaciones e incapacidades: ceder lo que no es suyo a cambio de “aún no sabemos qué”

Finalmente, dejen les digo, la firma de los 10 Decretos puede ser legal por lo que él representa; pero también es INMORAL, porque regala durante 50 años el recurso vital para todo ser vivo en detrimento de más de 121 millones de mexicanos.

¿Por qué hacerlo a seis meses de largarse de Los Pinos?, venganza, dolo, corrupción, denostación a los mexicanos, compromiso con sus cuates, inmoralidad, violación a nuestro Derecho Humano por el agua? en Enrique Peña Nieto siempre ha sido así.

No podíamos esperar algo bueno. En casi seis años ha demostrado, con creces, su incapacidad para gobernar, para asumir responsabilidades, por hacer un bien a México.

*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)

 

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