CARTAS DESDE CHICAGO
Segundo debacle presidencial
/Rogelio Faz/
En el segundo debate por la Presidencia de México, el tema que más debería interesar a los mexicanos en Estados Unidos, el migratorio, fue insustancial (ni siquiera amerito cobertura de los medios con mayor presencia en Estados Unidos: Univisión y Telemundo). Los moderadores del debate no supieron enfocar adecuadamente el tema, ni los candidatos entenderlo, en todo caso mostraron falta de conocimiento y sensibilidad política.
Se les hizo bolas el engrudo entre los migrantes que están con los que llegan, los que pasan con los que regresan.
Las razones para emigrar hacia EU es diversa; económica, marginación, delincuencia, futuro incierto, educación, probar suerte, reunificación familiar (la cadena migratoria)… Y de todo se culpa al gobierno mexicano. El debate nos enseñó que los migrantes debemos tomar responsabilidad. Dejar de victimizarnos independientemente quien sea el presidente.
Por lo pronto, habrá que esperar otros seis años para saber si los presidenciables, el Congreso y el órgano electoral motivan y facilitan la participación, eliminando trámites, burocracia y excusas absurdas. Y cuando seamos un factor de balance, entonces si hablen de nosotros y júntenos.
En el debate el que se robó la noche fue Donald Trump. El represento todos los temas; migración, comercio internacional, soberanía y unión patriotera. Para esto, los cuatro candidatos lo surtieron hasta con el molcajete para complacer a su público, pero a Trump no se le movió ni un pelo de su copete.
Ahora, habrá que esperar el efecto bumerán, es sabido que sus respuestas pueden ser ofensivas o con medidas más drásticas. Y ante esto, el rollo defensor de los candidatos resulta contraproducente.
Se hablo y someramente de los derechos políticos, como tener representación en el Congreso mexicano. Todos se enfocaron en el recuento de los daños. En que no se reconoce nuestro gran valor cuando en territorio mexicano somos una carga o nos convertimos en delincuentes.
Cuando Trump dice que los migrantes somos animales, esta incluye también a los que no han emigrado, no es como se pretende hacer creer en México o Centroamérica. Para Trump un inmigrante no se convierte en animal en el momento de cruzar la frontera. El señalamiento es generalizado.
Exigirle al presidente Trump respete a nuestra gente porque vale mucho, es una respuesta débil, de impotencia. Pero antes de exigirle, hay que tratar de resolver el problema de fondo en nuestro territorio. ¿Con cien pesos de salario mínimo? ¿Sembrando maíz en Guerrero? ¿Poner procuradurías en los consulados cuando las de México no funcionan? o ¿un abrazo con puñal?
Otra propuesta fue canalizar las remesas en algo así como en un fideicomiso ¿administrado por quién? para cuando regresemos a México contemos con una inversión, casa, educación y trabajo ¿Cómo si no tenemos representación?
Por la falta de contenido, por lo insustancial y por lo irrelevante, el debate fue un debacle que no aporto más que momentos chuscos. Las promesas de campaña sobre migración; son similares a los votos de castidad de un sacerdote pederasta reincidente.
