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¡Familia bajo el mismo efecto!

Confesiones de un alcohólico

 

¡Familia bajo el mismo efecto!

 

  • Carlos R., de treinta años, nos comparte desde Saltillo, Coahuila la vida que llevó durante el alcoholismo y la drogadicción a temprana edad.

 

  • Su mamá, con la necesidad de protegerlos y estar con ellos, quedaba con angustia por las condiciones en las que se encontraban sus hijos y esposo.

 

  • “Si usted detecta que es alcohólico, mañana lo esperamos aquí!”, me dijeron en Alcohólicos Anónimos.

 

 /Paola Topete/

 

Carlos R., de treinta años, nos comparte desde Saltillo, Coahuila, la vida que llevó durante el alcoholismo y la drogadicción a temprana edad.

“Mis relaciones con el alcohol iniciaron a los cinco años de edad, mi padre era alcohólico, mi familia para ese entonces era disfuncional”.

Vivía con sus padres y dos hermanos mayores, los cuales, no tuvieron una buena hermandad, comunicación e interacción cordial por los vicios que nos alejaron día a día.

“El mayor de mis hermanos tenía problemas con las drogas, mi madre al ver la situación crítica, la volvimos neurótica, sin duda, de tanta tensión”.

Los días transcurrieron, sin embargo, el comportamiento de Carlos R. era muy distante hacia con todos quiénes lo rodeaban, el círculo de vicios le marcaron a partir de los trece años comencé a beber y a los quince años inició con la drogadicción.

“Yo dejé los estudios a Nivel Media Superior porque tenía problemas con las drogas, una amiga de mi mamá siempre nos ayudó con lo que tuviera en sus manos y ella fue quien me apoyó en mis estudios, aunque siempre tuve el deseo de estudiar pero me ganó el camino incorrecto”.

Debido a la relación variable que tuvieron entre padre e hijos, el respeto y confianza se rompió; mientras tanto, su mamá con la necesidad de protegerlos, estar con ellos, quedaba con angustia por las condiciones en las que se encontraban sus hijos y su esposo. Así comenzaron las ausencias en casa, se perdían algunos fines de semana por tomar o trabajar para sustentar el alcohol o las drogas.

“Mi primer trabajo fue como ayudante del pintor en una carpintería, trabajaba por temporadas, había meses que no se vendían muebles y le iba cambiando de trabajo, posteriormente laboré en un taller de tornos, me gusto más por lo que decidí especializarme en tornería, aquí le llaman Mecánico para Pista, es a lo que me dedico hasta el día de hoy”.

A pesar de trabajar a temprana edad, Carlos R. encontró de todo, personas que pudieran orientarlo y otras que no lo hicieron.

“Cuando trabajé en un taller con un señor que llegué a convivir con él, lo conocían muchas personas de diferentes lugares donde escuchaba cosas más negativas que positivas, pero él siempre me quiso compartir buenos mensajes de vida”.

Él mantenía poca interacción con los demás, “los amigos o conocidos siempre eran de otros lados, bajo unas gotas de alcohol, yo en casa de mis padres nunca socialicé con los vecinos, no saludaba, me aislaba a todo momento”.

Así mismo, Carlos R. comparte la convivencia con su familia materna, “Mi mamá es nativa de uno de los Ejidos de la ciudad de Coahuila, cuando nosotros íbamos a convivir con los tíos comprábamos bebidas alcohólicas, en ese tiempo los ingresos eran cortos, la última ocasión que fui a visitarlos sanamente, (sin tomar), quedé muy triste, ahora sigue siendo complicado la parte económica para quiénes cuidan sus tierras, sin embargo, ellos reciben apoyos del gobierno, a pesar de ello, es utilizado en alcohol sin importar si tendrán que comer el día de mañana”.

A los veinte años le pasaron el mensaje del agrupamiento de AA, lo cual, creyó que le faltaba mucha experiencia por vivir, de conocer y que estaba muy joven para ser un alcohólico, nunca observaba su comportamiento para él todo estaba bien.

“Un día salí con los compañeros del trabajo, nos dirigíamos hacia la carretera de Torreón Coahuila cerca de la media noche, había un lugar que visitábamos, se llamaba ‘El Dorado’ paseábamos en un auto de un amigo, íbamos tomando y drogándonos antes de llegar al lugar había unas curvas peligrosas , hasta que vimos venir un tráiler de frente, por fortuna mi compañero alcanzó a salirse de la carretera, se descompuso el coche, salieron unas rotulas volando, ahí permanecimos hasta repararlo”.

La fábrica donde trabajaba de Tornería, le mencionaban que tenía problemas con el alcoholismo, a pesar de su enfermedad nunca se ausentó en el trabajo, su responsabilidad la mantuvo, lo cuál, pidieron que acudiera al Grupo de AA para recibir ese apoyo que él necesitaba debido a sus cambios de carácter, al deterioro personal y problemas económicos.

Los cambios de Carlos R. fueron para bien, él vive solo en la misma ciudad que sus padres, les apoya en el sustento, sin embargo, aún no forma una familia por mera decisión a su enfermedad como parte de la rehabilitación.

“Tenia veintiséis años cuando mi hermano mayor y yo teníamos problemas más severos con el alcoholismo y la drogadicción, mi madre en algún tiempo cayó en una depresión, tomé iniciativa en preocuparme por mí, en ese tiempo yo ya había comprado una casa que estaba sola, al ver la situación de mi madre me hizo desprenderme para no darle mortificaciones me fui a vivir a mi casa”.

“Desde hace cuatro años colaboro y llevo mi rehabilitación con el Grupo de Alcohólicos Anónimos como secretario del cuarto distrito, en el mismo apoyo en el área de literatura y revista”.

“Aún recuerdo cuándo acudí a mi primer junta, estaba nervioso, con miedo pensando que me iban a regañar, me recibió una señora que se llama Yolanda, le mencioné que requería ayuda, me dijo: ¡Adelante!, en ese momento vi muchas personas desconocidas que me aplaudieron sin hacer ni decir nada, fue emotivo sentir el recibimiento, al terminar la plática me hicieron un autodiagnóstico para que yo viera si realmente era alcohólico, lo único que me mencionaron fue ‘¡si usted detecta que si es alcohólico, mañana lo esperamos aquí!’, fueron preguntas que en su mayoría me sentí identificado”.

“A pesar de los problemas que tuve en mi vida, estoy orgulloso de haberle puesto empeño, esfuerzo y tiempo a algo que da resultados, en este caso es mi persona. El Grupo de  AA funciona bajo los lineamientos y la disposición”.

 

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