martes, noviembre 26, 2024 - 12:51 am
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Constitución morral

CARTAS DESDE CHICAGO

Constitución morral

/Rogelio Faz/

Conforme se va acercando la fecha para elegir presidente de México, los candidatos intensifican sus críticas a sus oponentes; los especialistas en política dan sus opiniones, unas honestas y otras tendenciosas. La sociedad mexicana en lugar de disponerse a digerir un proceso democrático se está indigestando.     

En México cambiar de presidente hasta ahora significa comer de la misma sopa en diferente plato. En esta contienda cada candidato anda de compra electoral como si fuera al mercado, y según ellos traen la receta del cambio en el morral. Pero no les va alcanzar pal’ gasto. Van a tener que echar mano de recetas improvisadas o ponerle más agua al caldo.

En su recorrido por el mercado se les está yendo el tiempo en chismes de verduleras. Donde se está cocinando el México lindo y podrido que vamos acabar por probar todos. Comer la misma sopa vieja todos los días fastidia, así que un platillo diferente sería lo más factible, aunque después nos dé “chorrillo”.

Los candidatos dicen ya tener los condimentos de mejor calidad y la experiencia para darle al pueblo lo que pide. Sin embargo, todos han tenido la cocina a su alcance y han dejado a muchos con el plato y la despensa vacía. Sin que nadie los controle o den cuantas claras de los gastos.

A tanto apetito de democracia y falta de justica en la dieta mexicana, nos tienen sentados alrededor de la mesa con cuchara en mano y la lengua de fuera saboreando su batidillo. Los que vivimos en el extranjero somos comensales de segunda ronda, la ración no da para más. Aunque muchos sean los que ponen la comida en la mesa.    

Durante el aperitivo se habla de meter al ‘bote’ de la basura a todo corrupto para tener crebilidad. Con la incoherencia que no habrá venganza, pero si justicia con perdón (¿?). Donde nos dicen deben de prevalecer los principios y no los personajes, cuando los causantes son los mismos protagonistas. Las instituciones están a voluntad o deprecio; construyendo culpables o recalentando comida podrida.

A la corrupción y a la Constitución la echan en el mismo morral; somos de los países más corruptos del mundo; pero la inflación es culpa del gobierno federal y los estatales cómplices; la ciudadanía es incapaz de robarse una tortilla o un ‘chesco’. Donde hay comunicadores chaidos hirviendo la sopa más de la cuenta. 

El escándalo está funcionando. Y el deslinde de la corrupción consiste en pervertir a la justicia. Irónicamente, han caído más priistas en este sexenio priista. Y los que no, son caldo de cultivo. Como no solo se genera la corrupción en las instituciones, se anda en busca de un ‘perdona vidas’ para que la administre.

Al hambriento que se le ocurra quejarse del chef, le surtirán un cacerolazo en la mera choya o al menos se llevara un morralazo.

Pero no solo de pan vive el hombre, está el lado espiritual y emocional que nos levantan la moral, donde los mexicanos podemos vivir en un mundo surrealista como si fuéramos figuras en el espacio, o en el agua, a falta de pan. O se nos haga justicia reconociendo públicamente nuestra honestidad ‘del más allá’, donde nuestros antepasados rescaten nuestra dignidad. Donde una Constitución moral se puede llevar en el morral.

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