CARTAS DESDE CHICAGO
Masacre como diversión
/Rogelio Faz/
}Después de la más reciente masacre en Estados Unidos, en un ‘high school’ en el estado de Florida. Resurgen los debates sobre el control de armas. Los más cuestionados son los políticos, en particular aquellos que reciben respaldo de la National Rifle Association, NRA, o sea, en su gran mayoría republicanos. Sin embargo, aunque estos cedieran a las demandas, el dedo sigue en el gatillo.
A sido tema de todos los días en donde todos participan; comentaristas, analistas, estudiantes sobrevivientes, sus padres, expertos en armas, grupos religiosos, incluida la NRA. Pero no le dan al “target”.
Para esto se realizan marchas en contra del uso de armas, la indignación es tanta que parece no hay argumentos válidos para defender su venta y uso. Que esta siendo utilizado por enfermos mentales o desequilibrados emocionales para canalizar sus frustraciones.
Por supuesto que la solución sería eliminar las armas por completo. Pero no va a suceder, meterse con la segunda enmienda de los EU es como eliminar un evangelio de la Biblia. ¡Ni Dios lo quiera!
A diferencia de los delincuentes, las armas en manos de gente irresponsable o no apta para portarlas, sea por edad o razones mentales, el obtenerlas es lo de menos; la pueden comprar en las calles. Lo que hagan con ellas dependerá de lo que tengan en la mente.
Es decir, a diferencia del mercado negro, en la venta legal el vendedor es el mayor responsable que es por donde se está canalizando el reclamo. Es más idiota el que la vendió que el que la compro.
Sin embargo, alguien con problemas mentales pueda adquirir armas de asalto evadiendo las medidas de control. Tenemos el caso de Las Vegas, un viejo traumado y asesino. Por lo tanto, en cada compra debería de aparecen el record de las compras anteriores y cuáles son las armas, sería la señal de alarma.
No obstante, con todas las medidas de control y respetando la sagrada enmienda, sigue el dedo en el gatillo.
Todos los jóvenes y sus padres indignados que marchan protestando contra el uso y venta de armas, deberían someterse ellos mismos a un chequeo de conciencia. Pues es muy probable que la mayoría tenga en sus casas video juegos violentos donde la diversión es destrozar los sesos del oponente. Muchos cuentan con el consentimiento de los padres por muy agresivos que sean.
Si la diversión es matar, porque habríamos de sorprendernos que alguno de ellos se salgan de la pantalla para hacer realidad la fantasía. Como sucedió durante la presentación de la película de Batman “The Dark Knight Rises” en el 2012. Con sala repleta de ávidos a la violencia les salió por la pantalla un ‘joker” real para acribillarlos.
Llámele como usted quiera, modernismo, era de la tecnología o milenos, muchos de ellos con la complacencia de sus padres tienen el dedo en el gatillo. En espera del momento que su clímax de violencia coincida con un desequilibrio emocional.