”Pre” campañas llenas de boñiga, basura y mentiras
*Candidatos y partidos venidos a menos. Incredulidad, respuesta ciudadana
Por Luis Repper Jaramillo*
¡Vaya pobreza, incapacidad, inhabilidad, vergüenza de políticos y partidos mexicanos! Lo visto hasta ahora en las “pre” campañas a la presidencia de la república retrata fielmente la nula inteligencia de candidatos, asesores, equipo de prensa, dirigencia, ciertos medios de comunicación –especialmente las televisoras y radiodifusoras-, y autoridades electorales que por colusión u omisión mantienen este periodo en el más vergonzante e ineficiente trabajo político para convencer y acercar a los electores al aspirante a cargos de elección popular.
Primero porque en ese sector no hay inteligencia, es más de lo mismo de los últimos 50 años en busca del voto. Esto que vivimos hoy, yo lo registré desde las campañas presidenciales de Gustavo Díaz Ordaz hasta nuestros días; es decir: mentir, prometer, lanzar lodo al contrincante, ausencia de ofertas reales, pero eso sí, dilapidan el dinero de los mexicanos en promesas fatuas, incumplidas.
Segundo, falta de credibilidad del ciudadano en políticos, partidos, candidatos y autoridades electorales. Todos son cómplices de las mentiras, los engaños, los timos y la corrupción. El votante está harto… hasta la madre de más de lo mismo. De ese sujeto, escogido por el partido que sube a un templete, en una entrevista de radio, televisión o periódicos a prometer lo que nunca cumple (verdad, Enrique Peña Nieto), a “sacar a México de la pobreza, la inseguridad, el desempleo, la insalubridad, la ignorancia”, y al final del sexenio lo deja peor, que como lo recibió”.
Y de todo esto, el México partidista, elitista en donde tiene el poder un partido político, los ciudadanos somos en parte corresponsables, pues por décadas nos han hecho lo mismo, PRI (76 años), el PAN (12 años) y seguimos votando por ellos. Nos han humillado, robado, engañado, se han pitorreado, saqueado a la nación, a los Estados, municipios y dependencias oficiales… pero, un año antes de la elección nos “doran la píldora” con desplantes de humildad y amor por el país, sólo para obtener millonada de dinero para hacer sus mentirosas campañas.
Nos venden una frase periodística, electorera, mercadológica, para “convencernos” de que son la mejor opción para elevar nuestra calidad de vida… bueno, ellos creen: “Arriba y Adelante”, de Luis Echeverría, “La solución somos todos”, de López Portillo; “La Renovación Mortal”, de Miguel de la Madrid. Con Carlos Salinas fue “Que hable México”, “Bienestar para tu familia”, de Ernesto Zedillo; “El voto del cambio”, de Vicente Fox, Felipe Calderón acuñó “El Presidente del empleo” y Peña Nieto imprimió “Mi compromiso es contigo”,,, pero, en casi medio siglo ninguno de ellos, su lema de campaña y sexenio cumplió con la promesa; eso sí, derrocharon una fortuna del erario público y sólo se enriquecieron en lo personal, familiar, grupal y partidista.
Las pruebas están al alcance de todos, basta sólo navegar en la Internet y buscar los resultados de cada sexenio y la verdad salta a la vista. No se necesita ser un profundo investigador o acucioso analista, para detectar la verdad: enriquecimiento ilícito, corrupción, impunidad, descaro y complicidades. En la Red está “la verdad histórica” de los despreciables y miserables expresidentes del país, diputados, gobernadores, senadores, alcaldes y burócratas divinos, emanados de las catervas partidistas.
Hoy (2018) sigue siendo lo mismo. Los mismos actores tramposos, mentirosos, corruptos, indecentes, impunes, que no dan resultados, incumplen la palabra de cuando protestan el cargo constitucional; le juegan al olvido, al cansancio de la gente… y vuelven a la carga, a buscar “el hueso”, como José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel, cuyo palmares gubernamental, legislativo, administrativo dejó y deja mucho que desear, pero no se cansan de seguir “mamando de la ubre presupuestal” al fin y al cabo, los mexicanos son olvidadizos o votan cuando les regalan un tinaco, un tanque de gas (vacío), láminas de chapopote, despensas, bultos de cemento, varillas, 500 pesos, una gorra, chamarra, playera, un lonche, despensas y muchas, eso sí, muchas promesas, aunque nunca las cumplan.
No descubro el hilo negro, ni el agua tibia. Reportear por 42 años campañas presidenciales, leer y escuchar discursos, propuestas, mentiras, engaños (cubrí campañas desde López Portillo, hasta Peña Nieto), me permite opinar que una cosa es mendigar un voto (periodo de campaña) y otra cuando el sujeto se convierte en Presidente, ahí la cosa cambia.
Primero, aíslan al “común” reportero, no vuelve a ser el hombre que en campaña busca al periodista para opinar. En el poder, se olvida de éste y busca al dueño del medio para conseguir sus objetivos (intere$e$ comune$), si el profesionalismo del reportero que cubre la “Fuente” molesta al mandatario, con una sola llamada telefónica al dueño basta para “cambiarlo” en el menor de los casos, si no, hasta despedirlo. Así de sencillo.
Vi muchos ejemplos de ello en mi paso por la “fuente de fuentes”
Desde LEA hasta EPN es lo mismo, las cosas no cambian. Se busca el poder por el poder mismo, seguir usufructuando el presupuesto parta fines personales y partidistas, nunca se piensa o trabaja para logar el bienestar de la población.
Y como van las cosas en el periodo pre y electoral 2018 dista mucho de que esto cambie. Hasta el momento sólo basura, acusaciones mutuas, “trapitos al Sol”, guerra verbal, epistolar, mentiras y acusaciones sin pruebas. Esto es el denominador común en la política mexicana. Asegurar que AMLO, dice Meade, está apoyado por Venezuela y que de ganar el tabasqueño el país estaría gobernado al estilo Chavista o Madurista, sin presentar una prueba incontrovertible, es una mentira que debería tener consecuencias legales, pero como el INE y Fepade son parciales al Sistema y al PRI, guardan cómplice silencio.
Lo mismo sucede cuando Andrés Manuel asegura que Meade mantiene su campaña con recursos de los gobiernos priistas federal y estatales –sin presentar una sola prueba, como facturas, videos, audios, etc.- también es acusación temeraria, infundada. Pero como en el mismo caso del priista, la autoridad electoral omisa, indiferente, deja hacer, deja pasar.
Anaya no se escapa de verdades a medias, lo mismo echa basura al PRI que a Morena, pero sólo de palabra, nunca ha presentado evidencias que sostengan sus dichos. Por eso digo, si en “pre” sólo estiércol vemos y oímos lanzarse, imagino que a partir de la campaña oficial esto desbordará en más basura, porque sinceramente qué pueden ofrecer partido y candidato que no hayamos padecido en 8 procesos presidenciales que no se respetan, que tienen al país sumido en inseguridad, desempleo, informalidad, pobreza extrema, corrupción (Casa Blanca), impunidad, dejadez, indiferencia, ineficiencia, incompetencia y otros males.
Qué podemos esperar los mexicanos (electores y ciudadanos) de políticos, partidos y gobiernos venidos a menos, corruptos, mentirosos, incumplidores de la palabra empeñada, incapaces de elevar la calidad de vida de una población complaciente, inmóvil, dejada, sumisa y miedosa… nada. Así nos lo ha hecho el PRI, el PAN, la izquierda en donde ha sido gobierno (igual de corrupta), y seguimos creyendo (yo no) en sus proyectos, plataformas, promesas, gobiernos… manteniendo pasividad, complacencia, votando por lo mismo y los mismos.
Y son los mismos que el sistema partidista nos endilga, sus cuates, intereses, conveniencias y cotos.
¿Por qué? tenemos que votar por un sujeto que no da resultados cuando es funcionario o legislador, que renuncia al cargo para buscar otra “representación popular” pese a que su pasado y presente evidencia corrupción, incapacidad, omisión y complicidad con el gobierno en turno.
Meade, Anaya, Andrés Manuel son los mismos malos políticos, burócratas y legislador intrascendentes que siempre buscan permanecer (uno casi 20 años), vivir del erario de los mexicanos, sin aportar absolutamente nada.
¿Qué ha realizado por su bienestar personal y familiar José Antonio, Andrés Manuel o Ricardo? Piénselo unos minutos, madúrelo y tome su decisión el 1 de julio. Olvídese de las promesas que le harán a lo largo de la campaña, no les haga caso. Razone lo que cada uno ha hecho en los cargos que desempeñaron previo a su status de candidato que quiere llegar a Los Pinos.
Si no está convencido de que es la persona a quien de manera razonada dará su voto en la urna, inutilice su boleta, cruce todos los logotipos de la hoja… pero asista, vaya a la mampara y cumpla cívicamente su derecho a votar, pero no lo haga a favor de ninguno de esta triada de la corrupción, la impunidad, las mentiras que por años han engañado a los cándidos electores que sólo son buscados cada tres y seis años… luego son ignorados.
Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPÉRT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)