TAL CUAL
TEXAS: LA SEGUNDA MASACRE EN TIEMPOS DE TRUMP
Luis Carlos Rodríguez González
En Estados Unidos y en específico en Las Vegas apenas se estaban reponiendo de la masacre que provocó el francotirador Stephen Paddock, quien asesinó a 58 personas e hirió a 500 más el pasado 1 de octubre, cuando un nuevo caso ocurre ahora en Texas.
El gobierno de Donald Trump, aliado de los fabricantes de armas y tibio en sus críticas a estos episodios y venta de arsenales en Estados Unidos, enfrenta la segunda masacre de su administración, ahora con al menos 26 muertes en la iglesia baptista de Sutherland Springs, una pequeña localidad de Texas cercana a la ciudad de San Antonio.
Devin P. Kelley, el francotirador de 26 años y presumiblemente integrante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, abrió fuego contra los feligreses. Las víctimas tenían entre 5 y 72 años de edad.
Hace unos tres años recorrí por automóvil diversas ciudades y pueblos de Texas. Desde San Antonio, Austin y Houston. Pasando por San Marcos, Guadalupe, New Braunfels y decenas de comunidades texanas.
En todas, en los Wall Mart, en las tiendas de deportes y por supuesto en las armerías se pueden comprar, sin mayor restricción que una identificación, una arma de asalto, pistolas de grueso calibre, una ametralladora y cartuchos para iniciar una pequeña guerra, una tragedia, una masacre.
Es un hecho. En Estados Unidos es más difícil compran una medicina sin receta que una arma. Por curiosidad realice el ejercicio de pretender comprar una pistola. Nunca he disparado ninguna. No faltó alguna persona o empleado que se ofreció comprarla por mí con su identificación, claro a cambio de unos dólares extras. Esa es la facilidad que encuentran los cárteles y sicarios mexicanos para comprar arsenales en estados como Texas, Arizona y Nuevo México.
Pero también los ciudadanos de Estados Unidos que con el pretexto de la Segunda Enmienda de la Constitución tiene el derecho a poseer y portar armas para su defensa. Sumado a organizaciones como la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que apoyó a Donald Trump en su campaña electoral y que por ende tiene la protección en sus negocios millonarios con el actual gobierno.
El pasado 26 de abril, Donald Trump dijo a los miembros de la Asociación Nacional del Rifle que “tienen un verdadero amigo en la Casa Blanca» y agregó que jamás los defraudaría infringiendo el derecho a poseer armas.
A la facilidad de la compra de armas se suma el discurso de odio, supremacista de Donald Trump en contra de los mexicanos, los latinos, los afroamericanos. Llamar violadores a los mexicanos que emigran, buscar descalificar a jugadores de futbol americano que protestan en contra de la violencia racial y policial, insistir en el cierre de fronteras a personas de diversas naciones.
Es un coctel peligroso que incluye a Trump, su discurso supremacista y su alianza con los vendedores de armas ya tiene sus dos primeras tragedias. Las Vegas y Texas. La Cifra de muertos ya casi alcanza el centenar. Tal Cual.