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Herencia hispana en EU

CARTAS DESDE CHICAGO

Herencia hispana en EU

/Rogelio Martínez/

Mes de la Herencia Hispana y Día de la Raza en Estados Unidos. Tiempo para hacer una reflexión acerca de estos conceptos. Festejos que no son de carácter oficial, pero para los iberoamericanos es mantener vivo el orgullo de origen.

Los latinoamericanos posiblemente mal llamados hispanos, el festejar la herencia es reafirmar la identidad. Esto abarca: idioma, gastronomía, música, baile, literatura y por supuesto lo racial. Pero los eventos patrióticos, son la columna vertebral del orgullo, que se ha arraigado incluso contradiciendo la veracidad histórica, incluidos los rencores.

En el caso de México, el festejo de la independencia el 16 de septiembre, es la piedra angular de la construcción nacional, de los símbolos patrios, como la mayoría de las naciones latinoamericanas.

Se nos ha inculcado que el padre de la patria mexicana es el cura Miguel Hidalgo y Costilla, por haber iniciado la insurrección con el Grito de Independencia en 1810. Sin embargo, el llamado del cura Hidalgo no era precisamente la independencia, ni la primera.

Entre sus arengas de libertad, aunque no hay una certeza de sus palabras, consistieron en:

«¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡muera el mal gobierno!» o «¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!».  Era una sublevación inspirada en la fe católica; lealtad al rey de España, Fernando VII, depuesto por los franceses; y por último, contra el mal gobierno en alusión a los gachupines que querían tomar el control del virreinato.

Claro que esto no le quita el mérito de haber iniciado la lucha que acabaría en emancipación. Esa generación de primeros insurgentes, por la forma en que se desenvolvieron los hechos, concluyo con la represalia del mismo rey Frenando VII.

No sería hasta 1821, cuando la lucha cambia drásticamente a favor de los insurgentes. Pues militares criollos a las órdenes del rey como; Agustín de Iturbide, cambian de bando y se unen a los insurgentes, en esos momentos encabezados por Vicente Guerreo, y firman la independencia en el Tratado de Córdoba. Acuerdo que no fue aceptado por España.

En seguida vendría el primer tropezón para México como nación independiente, y presagio de lo que nos esperaba. Agustín de Iturbide se proclama Primer emperador de México. Eso significaba un sistema monárquico europeo obsoleto en América. Lo pago con su vida. 

Era como si no hubieran servido los ideales de la Ilustración de la Revolución francesa y la independencia de EU, las que habían inspirado a los mismos insurgentes en toda Latinoamérica. Oficialmente la independencia no se daría hasta 1836 con la muerte del rey Fernando VII. A partir de entonces iniciaría otra suerte para México. Surge la independencia de Texas de México, cuando los texanos ya no tendrían conflicto con el imperio español.

Tras la pérdida de Texas, siguen las rencillas internas en México dando pie a la invasión estadounidense bajo pretextos absurdos pero comprensibles. Invasión que concluye con la toma de medio territorio, que a su vez México sostenía le pertenecían por haber sido territorios que pertenecían a la desaparecida Nueva España, que también habían sido objeto de conquista.

Era un territorio inmenso, prácticamente abandonado por México, la cantidad de ciudadanos mexicanos era ínfima. Esos habitantes no estaban representados ni se sentían identificados con el gobierno central, que cambiaba de mando una y otra vez.

El resentimiento o rencor que nos inculcan por el despojo territorial ha sido utilizado para canalizar rencores o quienes quieren enredarse en la bandera como gesto patriótico.

La verdad es que en esas tierras nunca tuvimos arraigo ni control, por lo tanto ni coraje para pelearlas. Llego otro conquistador más gandaya y se las quedo.

Nuestra independencia surgió con una lealtad a un rey que nos degolló, cuando parecíamos consumar la libertad, nuestros héroes se proclaman emperadores, y cuando realmente quedamos libres nos quitan lo que nunca tuvimos.

Ahora los inmigrantes estamos en una tierra donde exigimos derechos cuando en la nuestra no lo hemos logrado, que no sea por medio del trueque de originó mestizo entre españoles e indígenas, que inicia un 12 de octubre de 1492. Donde tal parece aún prevalece el complejo de castas y reyezuelos; políticos que saquen al país como en tiempos de la Colonia.

Surgen los dictadores que ven en el pueblo a sus súbditos, vienen sublevaciones disfrazadas de constitucionalidad, que no son más que rebatingas por el poder y ajuste de cuentas. Nuestros héroes acabaron matándose unos a otros.

Como país, en su afán de ponerse al día en democracia le hacen una copia al carbón a la constitución estadounidense, pero es letra muerta, ya era tarde, la esencia ya se había arraigado en la mentalidad del mexicano.

Así se llega a la Revolución mexicana en 1910, con la consigna de “sufragio efectivo no reelección” que no aplica, con excepción de algunos que quedaron en intento. No obstante, en medio de la Revolución seguía la incertidumbre y debido a los miedos y rencores a quienes les habíamos copiado la constitución, se pretende cambiar de rumbo ideológico para importar otra revolución a mitad de la nuestra, la rusa bolchevique de 1917. La comunista.

Algo que de entrada, además de no ser la mejor opción, era un sistema de gobierno opuesto al estadounidense, los vecinos a los que les habíamos copiado los ideales. De haberlo logrado en todo caso tuviéramos un muro más alto y más cruel para evitar que saliéramos a buscar el ‘sueño americano’.

Ahora que el muro está del lado norte es para evitar la inmigración debido a las políticas socialistas, como de los reyezuelos modernos, que se disputan el derecho de propiedad del país con la plebe, representada por el crimen organizado.

Ante tal circunstancia, la mejor manera de rescatar nuestra herencia es en el Columbus Day, aquello que el pueblo ha podido hacer y conservar, como es: cantar, bailar, disfrutar sus comidas, y más recientemente tratar de asimilar la cultura occidental estadounidense, creando un nuevo mestizaje, una nueva raza, que mezcal cultura indígena, fe religiosa, idiomas (spanglish), con una salvedad, después de divertir y servir nos aferramos a un espejismo que no queremos dejar del cual nos decimos orgullosos.

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